୨ 5.

2.9K 423 5
                                    



──── ❝ AIMER ❞ ────

five.black cupid



▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ 

          SAN VALENTÍN HABÍA llegado, y mayor parte de los alumnos que asistían a la escuela estaban trazando sus planes para ese día y para conquistar a quienes amaban, pero Amelié sólo tenía un plan: llegar a casa y dormir. La noche anterior no había dormido nada, su hermana tampoco, y era gracias a la misma. Marinette por alguna extraña razón que Amelié no comprendía aún, pero que tampoco quería comprender, había estado dando vueltas en su cama murmurando lo mucho que deseaba poder decirle a Adrien lo que sentía y demás. Hasta que Amelié le gritó que se duerma, treinta minutos antes de que la alarma sonara.

  —Amelié, Adrien, espero que estén prestando atención a mi clase. —regañó la Srta. Bustier y Amelié elevó su mirada, notando que tenía la atención de todos puesta en ella, incluyendo la de Adrien que había estado con su mirada fija en una hoja que tenía frente a él. —¿Pueden decirme lo que acabo de decir?

  —En los cuentos, el hechizo se rompe con un beso, porque sólo el amor puede vencer al odio. —respondieron ambos de manera automática, al mismo tiempo.

  —Bien hecho, ambos. —el timbre sonó y todos comenzaron a levantarse. —No se olviden de leer "La bella durmiente" de Charles Perrault. ¡Y feliz Día de San Valentín!

Todos los alumnos salían, incluyendo a Amelié, pero al ver que su hermana no estaba frente a ella, volteó. —Los alcanzo luego, ve. —la chica asintió y se alejó bajándo las escaleras, dejando salir un bostezo que no se molestó en disimular. 

  —¡Amelié! —exclamó Adrien poniéndose frente a ella con un poco de nervios que hicieron que Amelié le mirara confundida. —Hola.

  —Hola, Adrien. —saludó ella sonriendo aunque mirándole con los ojos entrecerrados, tratando de leer su lenguaje corporal. —¿Todo en orden?

  —¡Sí! ¡No! Quiero decir —respondió él entre balbuceos logrando que Amelié riera aunque su cara de cansancio no desapareciera. —Yo... ¿tú estás bien?

  —Yo sí, gracias por preguntar. —contestó ella. —Sólo un poco cansada. No tuve la mejor de las noches.

  —Oh, bueno, yo quería saber si querías salir a dar una vuelta.

  —Diría que sí, pero estaría con las energías bajas durante todo el tiempo y no creo que sea justo, además de que mi mente no se concentraría en esto como debería. —explicó Amelié. —En este momento, yo sólo quiero pasar el resto del día en mi cama. Tal vez otro día, cuando haya dormido bien, ¿te parece?

  —¡Sí, me parece perfecto! —exclamó él con alegría. —Te veré mañana entonces, espero que logres descansar, Lié. —le dejó un beso en la mejilla y se alejó dejando a la chica completamente estática por el apodo y ese beso.

Luego de eso, Amelié había soltado una risa antes de ir al parque para comprar un helado que comería en su casa, antes de irse a dormir. Pero vaya que las cosas se complicaron cuando Ladybug apareció peleando contra otro super villano, que al parecer había hechizado a Cat Noir también.

  —¡Amelié, escóndete! —gritó la heroína y Amelié corrió a esconderse detrás de un árbol justo para el momento en que varias flechas fueron disparadas en su dirección. 

  —¿Cómo lucharás contra los dos, ojos de insecto? —preguntó Cat Noir y las hermanas se miraron. —¡Cataclismo! —exclamó él. —Solía preguntarme qué pasaría si usara mi Cataclismo contra alguien. 

  —¿Te parece si me explicas qué sucede? —susurró Amelié en dirección a su hermana.

  —Básicamente Chloé rechazó a Kim, Kim fue akumatizado y tiene a Cat Noir hechizado, lleno de odio. 

  —Tengo una idea. —respondió Amelié luego de mirar a otro lado tratando de trazar algún plan. —Tú encargate de Kim, yo me encargo de Cat Noir. 

  —¿Segura? 

  —Sí, es sólo un gato grande, ¿no? —preguntó ella divertido y Marinette rió un poco.

  —¡Amuleto Encantado! —exclamó la heroína activando su poder secreto para que luego en su mano cayera una manzana con caramelo. —¿Una manzana con caramelo? ¿Qué haré con esto? Piensa, Ladybug. —comenzó a mirar a su alrededor en busca de un plan hasta que sonrió y miró a Amelié. —¿Lista?

  —Después de ti.

Ambas salieron de su escondite, y Ladybug volvió a hablar. —Les tengo un regalo de San Valentín.

Mientras Marinette las protegía a ambas de las flechas de Cupido Negro, Amelié tuvo que agacharse rápidamente para escapar del Cataclismo que Cat Noir intentó usar con ella, y apenas él perdió el equilibrio, tiró del cinturón que simulaba la cola de gato para detenerlo, justo para cuando Ladybug saltaba y volvía a saltar en la cabeza del rubio para lanzarle el dulce a Cupido, logrando distraerlo.

En un momento de distracción, Cat Noir se había lanzado sobre Ladybug logrando inmovilizarla, y listo para intentar quitarle los aretes. —Finalmente descubriré quién eres. Tu secretito se sabrá.

  —Yo no lo creo así, gatito. —respondió Amelié lanzandose sobre él para ambos terminar rodando por el suelo hasta que ella quedó encima de él. —Seguramente me arrepienta de esto. —murmuró antes de besar a Cat Noir, sorprendiéndolo. 

Cuando se separaron, Cat Noir habló. —¿Eh? ¿Qué hago aquí?

Amelié se levantó justo para cuando Ladybug alzó a Cat Noir. —No hay tiempo. El broche, Cat Noir, ¡ahora! —dijo la heroína antes de lanzar al héroe hacia Cupido Negro.

  —Felíz Día de San Valentin. —bromeó Cat Noir lanzándole a Ladybug el broche.

  —No hacía falta. —respondió ella fingiendo. —Ups. —dijo cuando el broche cayó rompiéndose, liberando al akuma, para luego deshacer toda la maldad que cargaba. 

Luego de que Cat Noir y Ladybug se fueran, Amelié se había encargado de acompañar a Kim al colegio, donde notó que el chico aún tenía una expresión triste. 

  —Oye —llamó. —, no te sientas mal por eso. Sabes que Chloé es así, sólo le importa ella misma y demás. Estoy segura que algún día encontraras a alguien que acepte ser tu cita del Día de San Valentín. Pero hasta entonces, por favor no intentes nada con Chloé otra vez, porque ambos sabemos cómo terminará eso. 

Kim asintió. —Tienes razón, Amelié. Gracias. 

  —No hay de qué. —respondió Amelié y Kim se alejó.

Cuando Amelié volvió a casa, Marinette y Alya le explicaron que su hermana le había escrito un poema a Adrien, para declarse. Ella se había alegrado por su hermana, por haber dado ese paso, hasta que cuando ambas le preguntaron a Marinette si había firmado la tarjeta. Marinette había dudado.

Comenzó a enlistar en voz alta todo lo que había sucedido, hasta que gritó diciendo: —¡Todo es muy borroso!

  —Marinette —llamó Amelié. —. Déjame decirte que eres una tonta y que no firmaste esa tarjeta.

Alya y Amelié rieron cuando Marinette gritó tirándose en el suelo de manera dramática, antes de bajar a la panadería y disfrutar de un café con unos dulces, gritando —¡Feliz Día de San Valentín!

AIMER¦ADRIEN AGRESTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora