AIMER￤ADRIEN AGRESTE.

୨ 9.

──── ❝ AIMER ❞ ────

nine.￤i can't

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pd: preparen los pañuelos gente hermosa.

maratón 1/2

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          AMELIÉ HABÍA LOGRADO convencer a sus padres de dejarla ir a uno de los bosques a las afueras de París, para relajarse y estar un momento sola. 

Llevaba ya una hora en ese lugar, acostada en el césped, mirando hacia el cielo. Sola, con sus pensamientos.

Se sentía bien, más que bien en realidad. Por primera vez en mucho tiempo estaba en paz, y le agradaba. Deseó poder quedarse allí durante el mayor tiempo posible, aunque no pudiera ser. Pero se prometió que algún día, al ser mayor, se quedaría allí durante la noche, a ver las estrellas.

Había leído en muchos artículos que los bosques tienen dos opiniones más comunes; la primera era que les daba miedo, tan grande y silencioso que nunca se sabe qué puede pasar; y la otra era que les daba esa paz que no podían encontrar en ningún otro lugar. Ella estaba en la segunda.

Cerró sus ojos y se concentró en la suave melodía instrumental que sonaba por el altavoz de su teléfono, simplemente disfrutando la suave brisa que acariciaba su rostro de vez en cuando.

No lo escuchó llegar, sólo escuchó su voz. —No creí que alguien más disfrutaría este bosque tanto como yo —habló y ella se sentó de inmediato, volteando hacia el chico. —. Hola, Amelié.

Ella sonrió cuando se dio cuenta que era sólo él. Aquel peliazul que se estaba ganando el cariño de todos desde que Juleka se los presentó. Traía su guitarra lo que la llevó a entender que él solía venir a este bosque a estar simplemente con su música.

  —Hola, Luka.

  —Es bueno verte sonreír de verdad —dijo él y ella se perdió un poco. —. Siempre que van a casa y sonríes es un poco obvio que no es una sonrisa genuina. Esta vez si lo fue.

Ella soltó una risa baja. —En mi defensa, no han sido semanas fáciles. —él se sentó con ella. —Hace un tiempo que quiero venir, pero recién hoy logré convencer a mis padres de que me dejaran venir. Simplemente necesitaba un poco de paz.

  —No te juzgo. —fueron las palabras de Luka. —¿Quieres que te deje sola?

  —No, a no ser que tú quieras. Pero creo que tu compañía no va a arruinar esta paz.

  —Eso espero.

Amelié estaba consciente de que Luka le prestaba atención luego de que se recostara sobre el césped con la música en pausa y sus ojos cerrados de nuevo, pero no le molestaba realmente.

Luka comenzó a tocar una melodía lenta, tranquila pero que para algunos podría ser muy emocional y descriptiva. Amelié abrió los ojos y dirigió su mirada hacia Luka que también se había recostado y tenía sus ojos cerrados, simplemente él y la melodía.

Ella hizo lo mismo. Decidió simplemente estar en paz con la brisa y la melodía que Luka producía. Hasta que el volumen fue bajando, hasta quedar en total silencio. —Es la melodía que creo que tienes, Amelié. —la chica abrió lo ojos y volteó hacia él. —Es hermosa, puede significar muchas cosas pero solo algunas descubren el verdadero significado. Es fuerte pero sufre. Y es tranquila pero oculta una tormenta.