AIMER￤ADRIEN AGRESTE.

୨ 6.

──── ❝ AIMER ❞ ────

six.￤darkblade

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ 

          AMELIÉ ESTABA TERMINANDO de vestirse para salir a la escuela, cuando Ladybug se dejó caer en su cama para luego destransformarse. —Una vez más, Marinette espera tener tiempo para completar su caja mágica. —dijo la chica lanzándose a una silla para intentar terminar dicha caja.

  —¿Para qué es la caja mágica? —preguntó Tikki y Amelié soltó una risa.

  —Para que yo no pueda leer su diario. —respondió ella. —Como si hubiera algo allí que no supiera, Ladybug, enamorada de Adrien, sueña con ser diseñadora, odia a Chloé, ama a su hermana. ¿Algo más?

  —Já, já. —contestó Marinette y Amelié le guiñó un ojo. —Aunque tiene un poco de razón, es para guardar mi diario y todos mis secretos. Pero no sólo de Amelié.

  —¿Todos tus secretitos? ¿Dices que anotas todo en esa cosa?

  —Sí, ¿algún problema?

  —Primero, ¿y si alguien se entera de que eres Ladybug? Y segundo, ¿y si alguien se entera de que eres Ladybug? —exclamó la kwami y las hermanas rieron.

  —No pasará. —afirmó Amelié que se encontraba de pie detrás de Marinette. —Inténtalo, Tikki.

Apenas la kwami intentó alzar dicho diario, la caja se cerró dejándola atrapada, hasta que Marinette la volvió a abrir utilizando la llave.

  —Esta bebé tiene un resorte que activa un mecanismo creado gracias a una fórmula que me enorgullece decir, es maravillosa. —comenzó a explicar Amelié cuando Tikki salió. —La única forma de sacar el diario es si la llave se encuentra en la cerradura, lo cual desactiva dicho mecanismo. Es por eso que Marinette siempre tiene la llave en el collar que compartimos ambas, que, de hecho, yo tengo este candado para simular que sean simples dijes y no que esa llave abra algo realmente.

  —Sí que pensaron en todo.

  —Hay que proteger a Ladybug, ¿no?

Marinette había dirigido su atención hacia la televisión donde se hablaba sobre cómo el padre de Chloé había resultado electo una vez más para ser alcalde. Hasta que se dio cuenta de la hora y comenzó a correr agarrando todas sus cosas y bajar las escaleras hasta la panadería donde su hermana estaba agarrando unos macarrones para su post-desayuno de cada día.

  —Tikki cree que debería postularme para representante escolar. —le dijo Marinette a Amelié mientras cruzaban la calle. —Si lo hago, ¿serías mi ayudante?

  —¿Para ganarle a Chloé? —preguntó Amelié sonriendo. —Cuenta conmigo.

Las dos subieron las escaleras hacia el salón y mientras se iba a sentar, Amelié chocó los cinco con Adrien a modo de saludo.

  —Chloé se postula como representante de la clase y Sabrina será su ayudante. —anunció la Srta. Bustier. —¿Tenemos más candidatos?

Marinette volteó hacia su hermana que asintió, para luego ponerse de pie ambas. —Nosotras nos postulamos.

  —¡Genial! —exclamó la Srta. Bustier y las dos sonrieron. —Tendrán que desarrollar una campaña y preparar un discurso para mañana, y haremos la votación.