Ad Originem Capítulo 264 - La Maldición de Al-Sabbah Suer

37 11 8
                                    



-La Maldición de Al-Sabbah Suer-



     La Lady Olímpica Atenea, las Gorgonas Maestras Euríale y Esteno y la Gorgona Reina Medusa II, llegaron a un feliz entendimiento y ambas partes se comprometieron firmemente. 

- Essto hay que celebrarlo, ¡Sssh...! vamosss a brindar. ¡Sssh...! Voy a abrir el mejor vino que tenga. ¡Sssh...! Randresse, Mydea, Myxxissea... ¡Sshhh...! Tocad algo tranquilo. ¡Sssh...!
Mandó la Gorgona Maestra Euríale y mientras ella iba con las sirvientas a elegir el vino, las Gorgonas Randrese, Mydea y Myxisea, cogieron un arpa, una flauta y un triángulo y comenzó a sonar una tranquila y hermosa melodía.

Realmente Heracles había estado bebiendo una copa de buen vino detrás de otra, mientras observaba impresionado el increíble don de gentes que tenía su hermana Atenea.

Y cuando se anunció que iban a abrir su mejor botella y las Gorgonas Randrese, Mydea y Myxisea se pusieron a tocar una melodía, se alegró muchísimo y quería cantar algo para acompañar el agradable sonido del arpa, de la flauta y del triángulo.

- No, no y no... Ni se te ocurra Hermano, estamos de celebración y no queremos que llueva. Tienes terminantemente prohibido cantar.
Prohibió tajantemente la Lady Sacerdotisa Atenea entrecerrando sus ojos, poniéndole de nuevo a Heracles su Lanza Rúnica de Acerantium Aurum en la garganta.

Y a pesar de su suave voz, se sintió seriamente amenazado por ella, quien era perfecta conocedora de sus anti dotes musicales.

- Vale, vale... Qué malas pulgas, hermana... No hace falta que seas tan fría conmigo...
Farfulló Heracles que no entendía cuál era el problema.

Sin embargo, eso no empañó su buen humor y se bebió de un trago la copa que tenía, esperando que trajeran ese vino tan bueno, copa en mano.

Arin, también tomó algo de vino aunque a un ritmo mucho más relajado.

Cualquiera que le observara, podría notar fácilmente que estaba bastante contento y era debido a que habían podido llegar a un entendimiento entre ambas especies.

Nunca imagino cuando se levantó ese día, que las cosas fueran a ir por ese camino y no habría sido posible sin Lady Atenea, sin Heracles por traerla, sin la Instructora Luz de Vela que contactó con Heracles, y por supuesto sin sus amadas Cieloazul Ibeli y Cienfuegos Amia.

Las cuales nunca perdieron la fe en que estuviera vivo, y dado que Arin pidió a Lluviaestelar Korbis que no permitiese que fueran a buscarle al Cementerio de Arena, las chicas tuvieron la más que ingeniosa idea de recurrir a Heracles, quien tenía poder suficiente como para lidiar con las Gorgonas.

Hah... Cómo las echaba de menos...

Al menos tenía a la Joven Maestra Al-Sabbah Suer a su lado.

Realmente no sabía desde cuando era así, pero esa bellísima chica de Alma Oscura, de alguna forma conseguía aliviar el vacío que tenía en su corazón y resultó ser recíproco, pues ella demostró en varias ocasiones que estaba dispuesta a dar hasta su vida por él y por mucho que se hiciera la dura, Arin sabía que había ablandado su corazón.

Al-Sabbah Suer también estaba bebiendo un poco de vino y realmente no le podía importar menos los asuntos de las Gorgonas, pero como era algo que a Arin si le importaba, ella se alegró de ver que Arin cumplía con su objetivo.

De hecho, nunca imaginó que este asunto pudiera tomar este rumbo y menos tan rápidamente.

Al-Sabbah Suer no pudo evitar recordar cuando Arin le prometió que la curaría la parálisis y también que la sacaría de las minas como fuera.

Ad Originem (Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora