Capítulo seis

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Con la ayuda de una cucharilla deshizo la yema del huevo estrellado, seguidamente le echó ketchup, mostaza y mayonesa, mezclando todo hasta formar una pasta espesa y roja, tomó un pedazo de pan francés y lo untó en esa mezcolanza, llevandoselo luego a la boca, sorbio un poco de café.

Pensaba mientras desayunaba a quien visitaría primero este nuevo día : a su padre o a Roxana, realmente deseaba verla, pero creyó más sensato conversar seriamente con su padre y después verla a ella.

Por lo general le eran completamente indiferente los rumores y chismes que se publicaban en la prensa sensacionalista. Cierto día algún tiempo atrás paseaba tranquilo por el prado frente al edificio Alameda en la ciudad de La Paz del brazo de Carla Melgar, repentinamente algunos periodistas los abordaron con preguntas tan directas y otras de doble sentido que obligó a los jóvenes a retirarse. Al otro día el sector farándula de los periódicos decía irónicamente en primera plana :

«Joven promesa literaria... ¿Soberbia o ignorancia?

Aquella nota ponía en entredicho su conducta. Sin embargo pudo mas su talento y audacia, porque al año siguiente participó con una nueva novela en un concurso internacional, resultando primer finalista lo que rápidamente catapultó su popularidad en todo el país, editores internacionales le ofrecieron tentadores contratos para publicar nuevos trabajos. Saul estubo a punto de firmar, pero su padre le propuso una mejor idea, ¿Porque no crear tu propia editorial?, la idea aunque parecía descabellada olía a éxito, el dinero que recibió como premio por su segunda novela para legalizar la editorial y obtener un 75%de la maquinaria, faltaba un socio accionista que cubra el restante.

El padre de Carla Melgar, empresario y viajero constante entre Santa Cruz y La Paz. También era miembro activo de la iglesia que pastoreaba Santiago Robles, cubrió el dinero faltante constituyéndose así en el segundo y único socio de la naciente editorial; por supuesto que su hija fue el motivo principal de esta decisión, a ella él le agradó desde que lo conoció, más aún cuando ganó la convocatoria internacional, era su tipo de hombre, serio, varonil, de buena contextura física y además escritor. Su padre siempre complaciente con ella accedió a invertir con tal de ver feliz a su hija.

Carla desde el principio trabajo al lado de Saul como su representante, este siempre notó el singular aprecio y cariño que ella le prodigaba, la relación nunca pasó de una sincera amistad.

«¡No puede ser!», exclamó incorporándose de un brinco para luego sentarse nuevamente. En la cubierta del periódico una fotografía : El borracho y acompañado de Lolita. «Seguramente me la tomaron sabiendo que estaría ahí», pensó desconcertado. El título del artículo rezaba :«Conducta poco seria : célebre escritor se emborracha acompañado de una dama de compañía»,rápidamente hojeo el matutino en busca de las noticias locales, ahí estaba la espinosa nota, además de otras fotografías, una de ellas más comprometedora, Saul besaba a Lolita en los labios.

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—¿Pero hijo como pudiste cometer semejante imprudencia? —. Exclamó airado el pastor Robles.

—Papá fue algo que pasó, no lo había siquiera pensado, fue..., un impulso —. Mintió defendiendo su maltrecha dignidad mientras tragaba saliva medio ofuscado.

—No lo comprendo Saul, te conozco y se que lo hiciste por despecho, ¿ahora que harás? Saul no dijo nada, su padre continuó con la perorata sentenciando : Ahora que saben que estas aquí no te dejarán en paz.

—Papá no es eso lo que me preocupa, sino esto —mostrando la foto truculenta del diario.—¿Que le diré a Roxana?, esta mañana por poco meto la pata al ir a su casa sin leer esta basura.

—Te sugiero que la cites para aclarar las cosas, aunque tengo la impresión de que pensará que te burlas de sus sentimientos, si de verdad la amas deberás ser honesto con ella.

—Papá la amo y no escatimare recursos para conquistarla.

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Llegaron juntos a las cabañas del río Pirai y mientras tomaban café conversaron :

—Roxana, quiero que sepas que ese del periódico soy yo.

Ella le miró sin decir nada, Saul continuó :
—Aquella noche me embriage porque supe algo de ti y me dio coraje —. Ella suavizo la mirada en señal de ternura al notar el nerviosismo del joven, y respondió al fin :

—Saul lo que sepas de mi no tiene importancia —¡Roxana! — interrumpió él —, ¿me das alguna esperanza?

—Escúchame... —nuevamente es interrumpido —. Te prometo lealtad y amor incondicional, si tan solo aceptas ser mi novia —su labia iva en aumento como su ímpetu —, nos conoceríamos mejor y..., tal vez hasta nos casamos.

Ella lo silenció acariciando sus brazos con las manos y trató de calmarse pues la reacción de él la puso nerviosa.

—Escúchame Saul, lo que me propones no puede ser.

—¿Que dices?, yo te amo y se que tu también sientes algo por mi...

—Es cierto Saul pero... —. Ella bajó la mirada.

—¿Pero mi dulce Roxana? ¿Que puede impedirlo?

—Me voy a casar.

—¿Que? ¿Con quien?

—Con Andrés, mi ex-novio, el regresó a buscarme y pedir perdón, yo..., aún lo amo.

Después de esto no supo en qué momento se quedó sólo, pidió una cerveza y después otra y cuando quizo retirarse apenas se tenía en pie, ya era de noche y la gente bailaba, bebía y hablaba a gritos por la música fuerte y estridente, una mujer se acercó y lo persuadio para que la acompañara a su casa. Sin acordarse de nada se encontraba en una lujosa mansión, posiblemente una quinta, contempló luces y licores de todos los colores, mucha cerveza;
afuera en la iluminada piscina reconoció a algunas personalidades públicas, incluidos autoridades bebiendo y bailando al son de la orquesta tropical con simpáticas jovencitas.

De súbito dos mujeres adultas y hermosas lo llevaron a una habitación y le acosaron dejándole en calzoncillos, después cerraron la puerta. Saul abría los ojos a pequeños intervalos, pese a que sentía los párpados pesados como dos plomadas, intentaba levantarse para asegurar la puerta, pero los medanos de su musculatura no respondían, lo último que recordó como entre sueños, fue que una bella jovencita, ebria y desnuda le quitaba los calzoncillos y cuando le montó tubo arcadas vomitando a un lado de la cama, luego cayó un profundo sopor.

Cuando despertó el día estaba muy avanzado, empapado en sudor y como drogado, necesitaba un momento para recordar que pasó, sintió escalofríos y le dolía la cabeza. Era una habitación vacía que daba a un patio donde crece un árbol de guayabo. A dormido en un colchón en el suelo, con una manta ligera sobre las caderas. Minutos después entró la misma mujer de la noche anterior, traía la ropa de Saul limpia y planchada.

Apenas el taxi llegó a las puertas del hotel advirtió que los periodistas cercaban la sala de recepción, indicó al chófer otra dirección.

Casi era mediodía.




En vísperas de la muerte de un gran amor (completo) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora