Capítulo Final.

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Tres días después del entierro, parecía que todo se había vuelto en su contra. Luego del servicio fúnebre Saul se encerró en su habitación, no recibió a Carla ni a Oscar; después de todo ella conocía al pastor por ocasionales encuentros y Oscar tan sólo le recordaba a Roxana.

Tres días que le parecieron eternos fue suficiente para desahogarse, al fin estaba libre de las sombras de su pasado; sin proponérselo perdió la fe en el amor, en la amistad y también en Dios. Los primeros días de su encierro voluntario se la pasó preguntándose «¿Porque?», recordaba su infancia y la constante presencia de su padre en toda su vida, el incondicional apoyo en todas sus iniciativas, ¿acaso no fue su padre quien le aconsejo participar en los concursos literarios?, el fue la primera persona en conocer los resultados y las primeras felicitaciones vinieron de él, también fue idea de su padre fundar la editorial, «Dios ¿Esto es un castigo por cuestionarte?»,Saul jamás obtuvo respuesta.

Al tercer día como resucitando de una muerte lenta y dolorosa, comprendió la realidad de las cosas, súbitamente volvió a la vida, a esta vida tangible y lógica. Supo que todo era consecuencia de una primera acción. Roxana no era para él porque su corazón ya tenía dueño, Carlita lo amaba pero el no la correspondía, por una borrachera producto del despecho egoísta perdió su dignidad ante el mismo y sus lectores, Oscar sería bien promocionado y tendría éxito, por su perseverancia y el pastor Robles murió sabiendo que cumplió con todos sus objetivos en esta vida, después de revelarle a Saul su origen y a la vez contarle una historia real.

«¿Dios que eres? ¿Amor o venganza?», aún no había respuestas y desde lo más profundo de su corazón sintió nacer la ira, una bronca dirigida al cielo, a ese ser del que alguna vez sintió su cobijo y afecto, todo era ficción, falacias hipócritas con el único fin de lucrar y obtener dominio sobre las personas, apretó sus mandíbulas y sus dientes crujieron, por primera vez desde que llegó a Santa Cruz, dos semanas atrás (pero era por varios años) lloró, se vació el coraje que había cargado durante toda su vida. Estaba libre del peso de su conciencia, pensó que tal vez todo funcionaba con una precisión psicológica, como la corriente del río, la religión o las mismas tradiciones y al fin estaba en paz consigo mismo y con todos, ahora lloraba tranquilo, su respiración agitada retorno a la normalidad, permanecía echado en su cama, hacia rato que estaba así, al fin se durmió con la «falaz» confirmación de que Dios no existe.

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Detuvo el auto frente a la iglesia, la observó, por su mente se contrabandeaban mudos recuerdos, su infancia, su adolescencia, sus mejores amigos, su padre diciendo el sermón, suspiro con ansiedad.

Ingresó al templo y se sentó frente al púlpito, creyó estar solo, pero alguien posó sus manos sobre sus hombros, Saul volteó y contempló a una persona madura y de cabellos canos, el intruso habló :

—Buen día, hermano Saul, soy el pastor Juárez, seguramente viene a recoger las cosas de tu padre.

Saul se maravilló por la rapidez con la que reemplazaron a su padre.

Colocó toda la ropa en una maleta vieja y la llevó al coche. Después las cosas personales : su reloj, dos anillos obsequio de la congregación, agendas y por último el portaretrato con la fotografía de la jovencita que no conocía; la miró con interés, ahora podía hacerlo, le parecía increíble la similitud con la muchacha de su pesadilla.

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En la habitación del hotel se paseaba de extremo a extremo, pensaba en la manera de comenzar la novela de su padre, su nueva novela, se sentó frente al computador y encendió la máquina, cogió el teléfono y se comunicó con Carla en La Paz disculpándose por los retrasos prometiendo regresar al día siguiente, luego empezó a teclear :

            Título :«El día que...

Pensó un momento, lo borró y de nuevo escribió :

            Título :«El sueño de la...

Bruscamente se levantó y hurgo en la maleta vieja, tomó el portaretrato y pasó un buen minuto contemplando la foto de aquella jovencita. De pronto de un golpe seco rompió el marco contra el velador. El cristal se quebró en mil pedazos y el marco barroco cayó en dos mitades sobre el piso alfombrado. Se agachó y recogió cuidadosamente la fotógrafia. El temblor comenzó a recorrer su cuerpo y no pudo enfocar la mirada. La materia gris se llenó de color y vio nuevamente a su padre, la última vez, también vio mentalmente a esa jovencita, tenía un presentimiento y desdoblo la foto que había estado doblada. A la muchacha le acompañaba un joven, era el mismo de su sueño, aquel raro sueño que terminaba en una explosión de sangre.

Miró atrás de la foto, el corazón le brincaba sin piedad y sintió como si un hilo de fuego le perforara el estómago, se atragantó con su saliva y tosio, ahí se leía :

          «Con cariño para el pastor Robles»
              Julián y Ninon

Había una fecha pero estaba borrosa, ¿Porque le mintió que no existía foto alguna de sus padres? Colocó la fotografía en un lugar visible desde su computadora y trato de escribir pero no podía concentrarse, una duda surgió en su mente «y si estoy equivocado y realmente existe Dios, ¿donde estará el espíritu de mi padre?», la duda lo acoso de tal manera que sintió el apremiante deseo de orar por primera vez desde que perdió la fe, tratando con todas sus humanas fuerzas de recuperar el Dios que había abandonado, pero le resultó inútil, la incredulidad resiste más que la fe porque se sustenta en los sentidos. Durante algunos minutos no logró enfocar sus pensamientos, su alma estaba vacía, incapaz de percibir lo espiritual, comenzó :

—Padre eterno, te doy las gracias por...

Un nudo en la garganta no le permitió continuar y pensó que ahora sí estaba completamente solo, tal vez jamás encuentre la felicidad, pero no, Instintivamente buscó en su billetera un papelito, una pequeña nota, una esperanza; lo desdoblo y ahí estaba :

«Saul, espero que encuentres la verdadera felicidad que estoy segura vendrá a ti... Quizás sea Roxana, quizás no, pero no pierdas la esperanza, ni bajes la guardia, tal vez ni lo sospeches,, pero tu felicidad y tu dicha pueden estar tan cerca...

                     Lolita

Descorrio la enorme puerta de vidrio de la habitación que daba acceso al espacioso balcón, la fresca brisa de la tarde le envolvió inmediatamente. «Después de todo no estoy tan sólo, alguien me espera y esta vez no desperdiciare la oportunidad», pensó, se aseo y vistió, nuevamente cogió la foto y mirándola le habló en voz alta :«Dios, yo no sé si existes ¡Pero te aseguro que lo averiguaré..!»

Inmediatamente se sentó frente al computador y cambió el título de la novela por :«En vísperas de la muerte de un gran amor», obviamente, su gran amor siempre fue Dios y cuando lo abandono surgió el milagro de la esperanza.

A pesar de sus tropiezos, sus culpas y su debilidad iva a tener otra oportunidad, sacudió la cabeza, como dando a entender borrón y cuenta nueva, guardó la nota en su billetera y salió en busca de ella.

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En vísperas de la muerte de un gran amor (completo) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora