Capítulo 3

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Louis se para justo delante de Harry en el ascensor, su playera y pantalón abraza perfectamente su delicioso cuerpo. Louis es un chico pequeño, uno que podría volar con una fuerte brisa, Harry aún puede sentir la sensación que tuvo cuando Louis resbaló y él fue para impedir la acción. Era suave en todos los lugares correctos.

Sin embargo, Harry necesita dejar de pensar en Louis de esa forma. Él es un trabajo. Uno que puede sacar a Harry de esta ciudad infernal. Todo lo que el rizado tiene que hacer es encontrar a su acosador y estrangularlo. Fin del problema.

Pero mientras Louis acomoda su cabello con una especie de gracia nerviosa, Harry se pregunta si realmente será el final. Porque cuando lo atrapó y lo abrazó, sintió algo que había evitado durante mucho tiempo. Algo de lo que Harry pensó que nunca tendría que preocuparse, especialmente no en esta ciudad llena de farsantes.

Pero Louis no. Él es auténtico, cada parte del ojiazul lo es.

—Tú... eh... no eres lo que esperaba.

Harry se da cuenta de que Louis lo ha estado mirando fijamente en el reflejo cromado pulido de la puerta del ascensor.

—¿No lo soy? —responde Harry. Tú tampoco. Louis es vibrante y hermoso, no cualquier tonto con un hábito de cocaína y necesidad de dinero para mantenerse en marcha.

Louis sonríe un poco. —No. Los dos últimos chicos eran mayores, tú no pareces mucho mayor que yo.

—No te preocupes. Soy bueno en mi trabajo.

El castaño mira hacia abajo, recatado escrito por todo su cuerpo.

—Dijeron que eres el mejor.

El ascensor se abre, pasan por una serie de pasillos y están en el área de backstage detrás del enorme auditorio. Harry mantiene los ojos abiertos, su cuerpo en sintonía con el de Louis.

—¿Realmente no sabes quién soy?

—Lo siento, realmente no estoy a la altura de las estrellas del pop estos días.

Louis deja escapar una risa pura y aguda. —¿Estos días? Estoy bastante seguro de que nunca estuviste al día con las estrellas del pop en toda tu vida. ¿Qué, sólo Metallica y música de gritos enojados para ti, entonces?

Cualquier persona que mire en su dirección, Harry lo cataloga en su mente. Tendrá un manifiesto de todos en el set y detrás de escena en poco tiempo. Nadie va a tocar a Louis mientras Harry esté cerca, y ciertamente no algún fan enloquecido que cree que es su esposo. El solo pensarlo envía una sacudida de odio a través del rizado.

—¿Metallica? Por supuesto —gira la cabeza hacia un fuerte golpe, pero son solo algunos técnicos trabajando con andamios detrás del escenario. Por lo que parece, su espectáculo está lleno de brillo, glamour y cosas ridículas como animales de peluche gigantes con diseños fantásticos.

—Es un pandacorn —Louis señala el más grande que Harry puede ver a través de las cortinas del escenario lateral. —Hecho a medida para mí por una dulce mujer que comenzó toda la locura del pandacorn hace un tiempo. Layla los hace a mano y le tomó un mes hacer ese.

A Harry debería aburrirle de oír hablar de animales de peluche de tamaño descomunal, pero no lo está. No cuando las palabras fluyen de los labios de Louis con emoción y asombro. Él es tan puro, una flor inocente en este jardín lleno de espinas venenosas. Las Vegas no es su ciudad, al menos no debería serlo. Pero esa no es la preocupación de Harry. Solo necesita hacer el trabajo.

—¿No te gustan los peluches? —Louis pregunta.

—No puedo decir que tenga mucha experiencia con ellos, pero si te gustan, supongo que están bien —Harry mantiene su cabeza en movimiento, aunque su mirada se detiene en Louis más de lo debido.

Louis sonríe, sus mejillas se tornan de un rosa claro. Hermoso. ¿Cómo terminó en ese lugar en el cementerio de los veteranos conocidos como espectáculos teatrales en Las Vegas? Louis debería estar de gira y entreteniendo a adolescentes hormonales y a sus padres de mediana edad. Aquí hay una historia. Una en la que Harry no debería entrometerse, pero una que quiere conocer de todos modos.

—Después del show, necesitaré más información.

Un hombre se acerca cargando con un auricular puesto mientras habla furiosamente por el micrófono, luego sube el volumen aún más cuando ve a Louis.

—¿Dónde has estado? ¡Te necesitaba maquillado hace quince minutos!

Harry se acerca, interrumpiéndolo antes de que llegue a su chico. No, esperen, no es su chico. Es su cliente.

El hombre le da una mirada exasperada a Harry. —Muévete. Soy el director de escena.

—Me importa un carajo quién eres, no te acercas a Louis así —da un paso hacia el hombre. —Y tampoco le hables en ese tono. ¿Comprendes? Quiero que te dirijas a él como joven... —se vuelve hacia Louis—. ¿Cuál es tu apellido?

—T-Tomlinson. —los ojos azules de Louis están bien abiertos y tartamudea.

—Joven Tomlinson de ahora en adelante. —Harry devuelve la mirada al director de escena y saca sus guantes negros de su bolsillo.

—¡Le ruego que me disculpe! No puedes venir aquí y... —su bravuconería se desvanece mientras Harry se pone los guantes y flexiona los dedos. —Tú, ah, tú...

—Sigue. Dime lo que no puedo hacer —se cierne sobre él, y de repente el director parece darse cuenta de que empujó al jodidamente más grande y más malo oso en este casino de mierda, tal vez incluso en todos los alrededores, para el caso.

—Bueno, sí. Tú, eh, tienes tanta razón —da un paso hacia atrás. —Loui... eh, joven Tomlinson, lo necesitan maquillado.

—¿Ahora mismo o lo antes posible? —pregunta Louis, disfrutando del brillo de sus pupilas con cada palabra amenazante de la boca de Harry.

—Bien, quiero decir, lo antes posible, por supuesto —traga saliva, el sudor de su frente comienza a rodar por sus sienes —Cuando esté listo. No, ni un segundo antes, sin prisa. No cuando tú eres la estrella.

—Mejor. Mantén esa misma energía cuando se trate de Louis. Odiaría que hubiera algún tipo de accidente entre bastidores. Uno que podría dejarte mutilado ó —se encoge de hombros—, peor.

El director balbucea mientras Harry se quita los guantes y luego toma la mano de Louis. Desliza su pequeña mano en la de Harry, y lo lleva más allá del molesto hombre y al vestidor con la estrella dorada astillada en la puerta.

—Hogar dulce hogar —murmura y abre la puerta.

Harry conseguirá un duplicado de esa clave, pero por ahora, necesita seguir explorando su entorno. Si este imbécil acosador es lo suficientemente bueno como para pasar a los últimos guardias, no se queda atrás. El rizado sería tonto si subestimara a su oponente, incluso si esos otros tipos no pueden sostener una vela.

—Está bien, no me juzgues —Louis mira por encima del hombro a Harry.

Esos grandes ojos azules podrían destruir a un hombre como Harry.

—¿Juzgarte por qué? —dice Harry y empuja suavemente a Louis detrás de él y entra a la habitación primero. Al presionar el interruptor, se detiene. —¿Qué demonios...?

Un movimiento rápido de su derecha le llama la atención y se lanza hacia adelante y saca un cuchillo, listo para acabar con la amenaza.

—¡No! —Louis grita—. ¡No lastimes a Kittypuff!

obsesión ও larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora