Louis le sonríe a Harry mientras se baja con gracia de su caballo. Después de que dieron de comer a algunos de los animales, fueron a dar un paseo. Harry se pasó el día mostrándole al castaño cada centímetro de la tierra; fue fácil ver cuánto orgullo tenía por este lugar.
No tenía ninguna duda de que el fuego destruyó a Harry. No había nada peor que ver cómo el lugar al que llamas hogar se incendia.
—Deja que te ayude —Harry le ofrece sus manos, ayudándolo a soltarse del caballo. —Estás cubierto de lodo.
Y Harry tiene razón: Louis tiene lodo en todas partes, incluso en su cabello, pero a él no podría importarle menos, se siente increíble.
—No pude evitarlo —se ríe Louis. —Ese caballo quería correr por los charcos.
—Tendré que llevarte en motocicleta después.
—¿En verdad? No me tomes el pelo. —agarra la camisa de Harry, emocionándose. Louis nunca querrá salir de este lugar, cada segundo que está ahí, se encuentra cada vez más enamorado de él. Ahora entiende la necesidad de Harry de reconstruir el lugar.
Harry lo mira, algo así como una sonrisa que le hace cosquillas en los labios.
—Eres algo especial. ¿Tú lo sabes, Louis?
—¿Qué se supone que significa eso?
—Te hice trabajar en las caballerizas esta mañana, y tarareaste todo el tiempo teniendo el mejor momento de tu vida.
Louis suelta una carcajada, por supuesto que Harry no lo había obligado a hacerlo. El rizado había comenzado y Louis se había unido de buena gana. No sabía que lo disfrutaría tanto como lo hizo. Fue muy diferente a lo que hacía con su vida diaria.
—No fue mi parte favorita del día, pero quiero hacer mi parte aquí. Si este caballo tuyo me llevará a dar los paseos, seguramente puedo alimentarlo y limpiar un poco de su suciedad.
Harry se inclina, dejando un beso en sus labios. Louis agarra su camisa con más fuerza cuando profundiza el beso. Esta es, con mucho, su parte favorita del día.
—Mierda. Perdón. —se separan al oír la voz de Winston. La cara de Louis se calienta al notar que el hermano de Harry los descubrió besándose como si fueran adolescentes. Ese pensamiento en realidad le hace sonreír, porque Louis nunca llegó a hacer cosas normales de adolescentes mientras crecía.
—Está bien —se apresura a decir cuando se da la vuelta para irse.
—Llevaré a los caballos. ¿Por qué no te limpias? Linden ya debería haberte traído algo de ropa —Harry le da un apretón en el trasero antes de irse.
—Él lo hizo. Las puse en tu habitación —dice Winston.
—Entonces nos prepararé algo para comer después de la ducha —agrega Harry.
Louis asiente con la cabeza y se dirige a la casa. El sol ya se está poniendo sobre el viñedo, ofreciendo una vista impresionante. Es un final perfecto. Todavía él no puede creer lo rápido que pasó el día antes de que se diera cuenta. Tenía que admitir que montar a caballo no era de ninguna manera tan fácil como pensó que sería, pero lo entendió bastante rápido.
Camina por la casa, asegurándose de dejar sus zapatos embarrados en el patio. Inmediatamente se dirige a la habitación de Harry, no debería ser una sorpresa que Kittypuff esté acurrucado en la parte superior de la cama durmiendo. Le da una pequeña caricia en la cabeza antes de buscar en la bolsa de la cama unos pantalones de yoga y una playera. Se los lleva consigo al baño y luego abre el agua caliente antes de meterse en la ducha.