9. Su mirada

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- Queria tomar el aire.- Respondo con simpleza.

- Si, hace mucho calor allí dentro. ¿Puedo sentarme?- Pregunta ella.

Yo asiento en un gesto de cabeza y ella se sienta a mi lado, a una distancia prudente.

- Has bailado con Christian.- No es una pregunta, es una afirmación. Y por el tono en su voz presiento que la idea más bien le desagrada.

Me encojo de hombros.- En realidad no quería, pero puede ser muy persuasivo.

Ella me mira fijamente.- Estas muy guapa, me gusta tu vestido.

Su halago hace que me ruborice y no me atrevo a mirarle a la cara.- Tu también estas muy guapa.

Se que mis mejillas estan rosadas, y aunque no entiendo el porque, decido disimular mirando hacía otro lado.

Ella se levanta levemente.- ¿Caminamos un poco? Cogeremos frío si nos quedamos aqui quietas.

No espera respuesta de mi parte para emprender su caminata. Yo me levanto rápidamente y la sigo, posicionándome a su lado.

Caminamos por los jardines del castillo. A pesar de ser de noche los faroles iluminan bastante bien los paisajes.

- ¿Te gusta él?- Pregunta súbitamente tras unos minutos de silencio.

- ¿Christian?

- Si.

- No, es un chico guapo y agradable pero no creo que sienta nada por él más que una bonita amistad.

- Eso es un alivio.- Suspira Alexia.

Yo la miro con las cejas alzadas, sin entender su respuesta. Ella nota que he dejado de andar y me mira, su expresión pasa a una de nerviosismo y intranquilidad.

- ¿A que te refieres?- Le pregunto curiosa.

- Es decir, es un alivio porque ya sabes que no me fio mucho de las intenciones de su familia.- Responde ella torpemente.

El hecho de que no me mire a los ojos al hablar me hace dudar sobre si esta siendo sincera. Ella siempre mira a los ojos, al menos la mayor parte del tiempo.

- ¿Volvemos ya?- Pregunta Alexia, girandose para volver tras nuestros pasos.

Ninguna dice nada en el camino de vuelta. Al llegar al banco de hace unos minutos ella vuelve a mirarme, esta vez mas tranquila.

Se acerca a mi y con seguridad coje uno de los mechones de pelo en mi rostro para posarlo detrás de mi oreja.

- Eres preciosa, ¿lo sabías?- Alexia suelta las palabras mientras me mira, pero rápidamente veo el arrepentimiento en sus ojos.

No quiero hacerla sentir incómoda por lo que decido hablar apresuradamente .- Gracias, viniendo de alguien como tu es todo un halago Alexia.

Ella suelta un leve suspiro como si hubiera estado aguantado la respiración unos segundos, y después esboza una pequeña sonrisa. Todavía mantiene su mano en mi rostro.

A diferencia de la otra vez, su cercanía no me acorrala tanto, me transmite una extraña paz y calidez.

En el momento que acepto el contacto visual me pierdo irremediablemente en sus ojos avellana.

Ella acorta la distancia entre nosotras y en cuestión de segundos nuestras narices se rozan sutilmente. Cierro los ojos por inercia. No tengo el tiempo ni la razón en estos momentos para pensar en lo que hago.

Alexia vuelve a dar el paso y nuestros labios se rozan ligeramente. El pequeño contacto me hace abrir los ojos y darme cuenta de la situación.

Alexia parece notar mi pánico.- Shh, no te alteres Leo. Déjate llevar.

Ella mantiene sus ojos cerrados mientras sostiene con ambas manos mi rostro.

Cierro mis ojos de nuevo intentando no pensar en mis extrañas acciones. No sé que estoy haciendo. Y no sé porque me siento extrañamente bien haciéndolo.

Mis pensamientos son cesados cuando los cálidos labios de Alexia se posan en los mios en un beso suave y tierno. Tiene un ligero sabor a vainilla y es maravilloso.

Nunca antes había besado a nadie. Tampoco es como si hubiera tenido tiempo para pensar en esas cosas, ser heredera ocupa todo tu tiempo.

Ambas cortamos el beso para recuperar el aliento y cuando Alexia se acerca para juntar nuestros labios de nuevo me separo rápidamente de su suave agarre. Agarro sus muñecas para separarlas de mi rostro y ella las deja caer en un gesto decaído.

- No puedo.

- ¿Que pasa?- Pregunta ella, claramente preocupada.

- No sé que estoy haciendo Alexia, dios yo nunca he besado a nadie, y tu... tu eres una chica y esto no tiene ningún sentido. No entiendo que es esto, no entiendo que estamos haciendo.

Intento huir de ahí pero Alexia agarra mi brazo con determinación.

- ¿Ese es el problema? ¿Que soy una chica?

-Hay muchos problemas, pero si, uno de ellos es ese. No deberías haberme besado Alexia.- Me suelto de su agarre y empiezo a andar camino al castillo.

- Leo por dios, simplemente me ha nacido hacerlo. Tu no te has negado, esta claro que tambien querias hacerlo. No tiene nada de malo, mucha gente se besa con personas de su mismo sexo.- Alexia habla rápidamente mientras trota para alcanzarme.

- No lo entiendes, soy heredera. Si alguien se entera de esto podría tener un problema bien gordo.

- Leo espera.

Hago caso omiso a los llamados de Alexia y me adentro en el castillo. La pelirroja me sigue a pocos pasos y me entra el pánico cuando veo la cantidad de gente.

- Alexia no me sigas porfavor.- Le suplico.- Nada de esto ha pasado, ¿vale? Olvídalo, yo ya lo he hecho.

Sin esperar respuesta camino sin rumbo, casi corriendo hacía el montón de gente bailando con la intención de huir de Alexia. Me giró sobre mis espaldas y suelto un suspiro de alivio al ver que no me está siguiendo.

Sigo caminando cuando un pequeño cuerpo choca débilmente contra mi pecho. Alzo la mirada para divisar a Astrid.

- Wow calma, ¿a donde vas con tanta prisa Leo?- Prgunto ella. No me da tiempo a responder ya que ella abre los ojos confusa y vuelve a hablar.- ¿Que te ha pasado? Estas pálida.

- Me duele un poco la cabeza, nada más. Me gustaría volver a la habitación y descansar.

- Oh, ¿quieres que te acompañe?

-No tranquila, si ves a Christian dile que no me encontraba bien.

Astrid asiente y yo salgo rápidamente del decorado comedor.

Tengo demasiado en lo que pensar y no estoy preparada para empezar siquiera a hacerlo.

Ahora mismo solo quiero meterme en una caja y desaparecer.

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