23. Momento

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Bailar rodeada de desconocidos en el pasado jamás se me hubiera pasado por la cabeza. Sin embargo, en estos instantes es justo lo que estoy haciendo.

Y no me parece tan grave, pensandolo bien. No sé si se deba a que la mayoria estan obviamente ebrios, pero el alcohol aparentemente hace a la gente más amigable y sociable. Y eso me inlcuye a mi.

He estado en medio de la pista bailando con personas con las que apenas he compartido un hola esta noche. Y lo jodidamente peor es que me sentido bien.

Jamás pense que podría hacer algo así, como una adolescente normal. La primera copa ha sido solo el empujon que necesitaba para romper ese muro de formalidad y abstinencia que rodeaba mi vida por todos lados.

No es mentira eso que dicen de que el alcohol ayuda a olvidar los problemas. He olvidado todo aquello que me carcome por dentro diariamente durante unas horas. Y me he sentido malditamente libre y feliz.

Pero, como toda sensación, el momento tiene su fin.

Y después de haberme setido completamente despreocupada me ha llegado el bajón.

Esa situación en la que te estampas de cara con la jodida realidad. Cuando te das cuenta de que los problema siguen ahí, que solo los has evadido durante un período de tiempo limitado. Y que solo juegas a vivir algo que no es real, a ser alguien que jamás vas a ser.

Asi me siento ahora.

Sentada en un sillón del solitario balcón que hay en la parte superior del local. Aún oigo la música, pero son sonidos lejanos a lo que pretendo no escuchar.

El mareo es constante en mi cabeza y solo puedo cerrar los ojos con fuerza, maldiciendo mentalmente haber bebido tanto esta noche.

El sonido de unos tacones me sobresaltan del sillón. Me levanto del sillon con rapidez y para ver quien hay tras de mi.

La oscuridad de la noche dificulta mi visión, entrecierro los ojos tratando de identificar a la persona que se acerca.

No es hasta que la tengo a un metro de distancia cuando la reconozco.

Verla solo es otro golpe más de la dura realidad.

Nunca habria creido que el echo de que me gustara alguien supondría tal destrozo en mi estabilidad.

Siempre he creido que era algo sencillo y bonito. Pero el amor es mas complejo que eso. Y cuando no es mutuo solo te somete a un pozo descompuesto de emociones.

- Hola rubia.

Esas dos palabras son suficientes para alterar las pulsaciones de mi corazón.  Y me odio a mi misma por ser tan débil ante ella, porque no merece que sus palabras tengan ese efecto en mi.

Huele a alcohol, pero no luce tan ebria como yo. Supongo que el paso de las horas ha disminuido sus efectos, y probablemente ahora tenga un poco de sobriedad en ella.

A pesar de eso se ve malditamente bien. Como si no se hubiera desvelando bailando en la pista, como si no tuviera ninguna preocupación en su lujosa vida. Tiene las mejillas levemente rosadas, seguramente por el calor de allí dentro.

- ¿Que quieres Alexia?- Preguntó cortante.

No quiero verla, y mucho menos quiero hablar con ella. Eso solo me hará sentir peor y me recordará lo estúpida que he sido estas semanas.

- No seas asi Leonor.- Pide ella, mirandome directamente a los ojos.- No entiendo porque te comportas de esta manera.

Silencio. No sé que reponder. Me gustaria insultarle por ser una ignorante en la situacion.

Se que no le dije nada respecto a como me sentia. Pero ella sabe que esta jugando conmigo, y eso esta mal.

- Deja de ignorarme por favor. ¿Que ha pasado? Porque realmente no entiendo que narices ha ocurrido para que todo cambie de un dia para otro, pense que estabamos bien.- Alexia se ve realmente frustrada con la situación, moviendo las manos de un lado a otro de manera efusiva.

No comprendo cómo aún Alexia no conoce los motivos de mi alejamiento hacia ella. Es evidente, por sentido común deberia deducirlo por sus propias acciones.

No quiero decirlo en voz alta. Me avergüenza hacerlo. Solo me dejará en ridículo y quédare, una vez más, como una patética enfrente suyo.

Me niego a admitirle que mis sentimientos han ido más allá de un pasatiempo, se que ella no se siente de la misma manera y seria humillante para mi.

Cuando era pequeña pensaba que el amor era como en las películas, que si una persona se enamoraba la otra también lo hacia. Pero es solo una realidad alternativa que pretendes creer para evadirte de la cruel realidad.

- Supongo que a veces te toca ser solo un momento en la vida de alguien.- Respondo finalmente, evitando su mirada.- Y nuestro momento ya acabó.

- ¿Que estas diciendo Leo?- La voz entrecortada de Alexia me estruja el corazón.

Me armo de valor para mirarle a los ojos.

- No estamos en la misma sintonía. Mi vida ya es demasiado complicada como para cargar con una desilusión amorosa.- Mis palabras suenan firmes, pero mi mente esta al borde del colapso.- Podemos intentar ser amigas, pero no quiero que vuelva a suceder nada entre nosotras.

Al finalizar mis palabras doy un paso al lazo emprendiendo el camino, con la intención de no dejar tiempo a la pelirroja para responder y huir de esta desastrosa situación.

Pero ella impide mis planes, agarrandome el brazo y devolviendome a escasos centímetros de ella.

- ¿Todo esto es porque te dije que habia estado antes con otras chicas?- Pregunta ella visiblemente molesta ahora.

Suspiro pesadamente. Ha sonado como si fuera una celosa que no aguanta sus ligues del pasado. Pero es más que eso, es el sentimiento de no ser suficiente y ser solo un capítulo mas del largo libro de su vida.

- No es eso. No lo entenderías.

Trato de zafarme de su agarre pero es evidente que tiene más fuerza que yo.

- Si no me lo explicas jamás lo entenderé, ¡maldita sea, solo dimelo!

La pelirroja alza la voz y me sobresaltó, nunca antes me habia si quiera subido el tono de voz.

El alcohol aún sigue presente en mi sistema y el mareo es persistente.
No se si este en las mejores condiciones para explicarme de la mejor manera para que pueda entender como me siento realmente.

- Estoy mareada y solo quiero dormir. Mañana te contaré lo que quieras saber, solo déjame ahora, porfavor.

Alexia no responde, solo me arrastra, aún agarrando mi brazo, hasta fuera del local. Estoy tan cansada que no me opongo, tampoco creo que vaya a asesinarme.

Me guia fuera del local y una vez estamos al aire libre me suelta el brazo. Busca en su bolso su teléfono y hace una a llamada a alguien.

- ¿Que haces?- Pregunto cautelosa al ver que ha colgado la llamada.

- Pedir un uber para volver al college.

- ¿Tu también te vas?

- No te dejaré sola. Voy contigo.

Irrelevantes Decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora