Narra willy:
Cerré mis ojos y respire hondo, arrepintiéndome al instante, ya que el frió aire de la colina se abrió paso a mis pulmones sin piedad, provocándome un escalofrió, odiaba que hiciera tan mal clima.
–Guille, guille date prisa
La voz de mi hermana al frente me llamo, abrí los ojos entonces para encontrarme con ese blanco paisaje, al cual no me había acostumbrado todavía, solté un sonoro suspiro desanimado, ante la idea de tener que bajar la colina en esas condiciones, justo ahora se tenían que terminar los víveres, maldije en voz baja, antes de abrirme paso a través de una gruesa capa de nieve estancada en la entrada de la casa.
–Vamos guille – me apresuro nuevamente
–Ya voy tranquila, tranquila
A diferencia de mi, a carol, mi hermana, no parecía molestarle el clima frió, ella disfrutaba mucho los días como ese, sonreí al verla bajar deprisa camino abajo, haciendo surcos con sus pies, me alegraba verla tan animada, no me importaba que tuviera que aguantar que se me congelara el culo todo los días, con tal de verla así de feliz.
Acelere el paso tanto como la nieve me lo permitía, ya que carol me haba sacado bastante ventaja al bajar de esa forma. Di un mal paso que casi me hunde en la nieve, caí de frente cayendo de rodillas, a lo lejos escuche la risa de mi hermana, que divertida veía mis inútiles intentos por salir de la nieve.
–Por que mejor no te ruedas, así bajarías más rápido – me grito entre risas
No pude evitar reír, al imaginarme como una inmensa bola de nieve bajando la colina. Como pude, logre levantarme sin caer de nuevo y llegar hasta ella. Aun teníamos un largo camino por delante.
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Cuando por fin llegamos a aquel viejo establecimiento, lo primero que escuche fue el alto volumen de la tv mal sintonizada, carol fue la primera en entrar en busca de lo que necesitábamos, yo me quede atrás limpiando el exceso de nieve de mi ropa. Tras el mostrador, una mujer mayor peleaba inútilmente con la antena del televisor.
–Deja eso ya mujer – tras ella salio su esposo –No lograras nada, esa televisión es mas vieja que nosotros
–Calla, este maldito aparato funciona, solo necesita un trato mas rudo – Su esposo meneo la cabeza, sin creer sus palabras
De pronto la imagen de la pantalla se aclaro, la mujer exclamo su triunfo por todo lo alto, además de su conversación a un excesivo volumen de voz, lo que llamo mi atención fue lo que mostraba el televisor, que hablaba sobre la reciente desaparición de varios estudiantes en lo alto de las montañas.
–Crees que ya llevamos todo - Gire mi cabeza hacia carol, que se acercaba con una lista en la mano
–Si, paguemos rápido, antes de que se ponga a nevar otra vez
–Y entonces no solo tú te convertirás en un muñeco de nieve, si no también yo - rió bajo cargando las copras
La idea de terminar empapado por la nieve no me gustaba nada, así que mejor me apresure a pagar todo.
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Cargando con varias bolsas de papel emprendimos el ascenso de vuelta, nuestra casa quedaba en lo alto de una colina, que por falta de auto, debíamos subir y bajar a pie. El lugar donde vivíamos, quedaba situado junto a un pequeño poblado, hacia ya un año que carol y yo vivíamos de esta manera, soportando las inclemencias del tiempo y mal clima, desde que mamá murió, las cosas no habían sido fáciles, nunca lo fueron, ni aun cuando nuestro padre hizo todo lo posible para sacarnos adelante. Ahora estábamos solo. Dentro de las pocas cosas con las que contábamos, estaba aquella casa, donde nos vimos obligados a vivir por falta de recursos.
Sumido en mis pensamientos, no me di cuenta cuando carol se detuvo, mirando fijo un lugar en específico.
–Carol – la llame, pero no respondió – ¿Que pasa? – pregunte, regresando atrás junto a ella
Siguió sin contestarme, con la vista perdida, busque con la mirada lo que ella veía, cuando de pronto exclamo.
–¡¡Se mueve!! – el grito que dio que hizo dar un salto
–¿Que se mueve? – dije enojado
–Eso de ahí, lo ves, lo ves – señalo al frente – Creo que es un animal o algo, pero esta vivo
Agudice la mirada y logre distinguir una figura cubierta por la nieve, parecía inmóvil.
–¿Que crees que sea?
–No se, pero será mejor que no te acerques – le advertí
–Y si se trata de una cabra, morirá de frió la pobre
–Una cabra no es tan grande
–¿Como lo sabes?
–Y como sabes tú que es una cabra
–Bueno… podría, recuerda que muchas personas sacan sus animales a pastar y algunas veces se pierden
Rodé los ojos, ¿una cabra? ¿Enserio?
–Si no vas tú, iré a ver yo
–No, quédate aquí – la detuve entregándole las bolsas que cargaba y fui al rescate de la dichosa cabra
–Con cuidado, no la vayas asustar – me aconsejo
Me acerque con cuidado de no hacer ruido, en caso de que fuera un animal herido y pudiera asustarse. A menos de diez pasos de distancia me detuve en seco, eso no era una cabra, era una persona. Un chillido de sorpresa a mis espaldas, me indico que carol no se había mantenido alejada como le dije.
–¿Que haces? te dije que esperas
–¿Pero quien es?, ¿que le paso? – Pregunto nerviosa, ignorando mis palabras – ¡¡¡AAAH!!! Se mueve, se mueve, guille
Carol se puso de tras mía cubriéndose, yo espere y vi que el cuerpo sobre la nieve tiritaba de frió, su rostro quedo al descubierto, su piel pálida y labios resecos, una cabellera oscura, un chaval, que no aparentaba ser mayor.
–Y ahora ¿que hacemos? – me pregunto en un susurro
Me llevo tiempo decidir que hacer, pero en ese momento, algo mas me impulso a querer ayudar al desconocido chaval.
–Ayúdame a sacarlo de la nieve
Solo esperaba estar haciendo lo correcto…
