Y me quedé ahí, en silencio absoluto. No busqué a Aage ni tuve la intención de hacerlo nuevamente, en realidad, me sentía de pocos ánimos de seguir ahí. Busqué a algún trabajador que estuviera por el lugar y le pedí que me ayudara a conseguir transporte, no pasó mucho para estar en camino a mi departamento.
Me sentía triste.
Cuando llegué seguí sintiendo un vacío en mi pecho, esa sensación que se comparaba a cuando uno de tus padres te regañaba y la culpa te corroía por el día. Sabía que Aage estaba irritado y cansado, pero no podía evitar mis sentimientos de esos momentos.
¿Qué había hecho mal? Mis ataques de celos eran nuevos, nunca había experimentado con eso y no sabía cómo actuar. Tampoco sabía cómo iba a reaccionar Aage, recién nos estábamos conociendo más a fondo, ¿Esa era una buena excusa? ¿debía sentirme de esta manera?
No quería seguir pensando en ello, solo me hacía sentir más angustiado y confundido. Simplemente esperé que actuáramos como si nada hubiese pasado, y si fuese mejor, disculparnos por ser así.
Pasaron los días, ya era lunes y ninguna palabra se habría cruzado entre nosotros. Actué como si nada en mi vida diaria, asistí a mi trabajo y me relacionaba con naturalidad, pero no iba a negar que me sentía inquieto.
Me sentía apagado.
No volví a pensar en Asher y su actitud, menos en la traición de Ros por unas mujeres que se encontró en el camino. Solo los bloqueé de mi mente y esperé al fin de semana o un nuevo mensaje por parte de Aage para resolver las cosas.
Y, como si nada, el Alfa me contactó.
"Este sábado puedes venir" escribió en nuestro chat privado.
Solo fue eso.
Suspiré entre una especie de alivio y cansancio ¿Y si solo me estaba preocupando demás? Aage me había invitado a su casa como si nada, o tal vez, así lo presentí.
Llevé mi mano a mi pecho, apoyándola y sintiendo mi corazón. Aún seguía con esa pequeña preocupación, pero me llené de esperanza de que nada malo había ocurrido. Sí, solo había sido un pequeño malentendido y un mal momento para mis estúpidos ataques de celos.
Me preparé, me bañé y alisté para lucir presentable para Aage, y de cierta forma, apetitoso, si es que salía algo entre medio. Tenía tantas ganas de abrazarlo y que me correspondiera.
Solo necesitaba eso.
Mi corazón latía con ganas mientras nos íbamos acercando a la mansión con su clásico auto y chofer privados. Lo primero que pude divisar al ingresar en la propiedad fue a Roswell cercano a la entrada principal y el enorme jardín. Su sonrisa fue la bienvenida que necesitaba para sentirme a gusto.
—¡Cuñadito! ¿Cómo estás? —saludó este cuando llegué a su lado—. ¿Todo bien en el trabajo?
—Creo que podría estar mejor—respondí, consiguiendo que este se encogiera de hombros.
—No te culpo, estos días han sido algo pesados—contestó. Seguí su paso, adentrándonos en el enorme jardín decorado con perfección.
Me coloqué a su lado, su aura era bastante relajada.
—¿Cómo está Aage? —pregunté, observándolo de reojo.
—¿Mi clon? Ah, yo creo que bien. Se ha mantenido algo distante después de dejarlo solo en la reunión del otro día—decía entre una especie de mueca. Ros me observó, algo apenado—. No creo que fuera la gran cosa, ¿tú también te molestaste?
Alcé una ceja.
—¿Qué crees tú?
Roswell sonrió inocente.

ESTÁS LEYENDO
Riot
Teen FictionClaude se siente pleno con su vida, tiene un trabajo que disfruta y un lugar para llamar hogar, pero como siempre, Claude encontró una piedra en su camino y el mayor problema aquí es que no esperaba que fuera de oro. [MUNDO OMEGAVERSE] [Continuació...