00: Puto Dorrance

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—¡Es un puto Dorrance, Claude!

Fruncí los labios por novena vez durante la noche. Luke no dejaba de mirarme con claros signos de querer matarme.

—Ya lo sé —respondí de mala gana— ¿Y qué importa? Me da más que una buena paga y hace que mis días sean menos estresantes.

—¡Sé perfectamente que te da más que una buena paga! —volvió exclamar llevándose las manos a la cabeza—. Llegas a pasar más de cuatro horas con él, ¿y no se te ha ocurrido la forma de engañarlo?

Di una suave calada a mi cigarrillo.

—No necesito de ese idiota, puedo sobrevivir por mis propios medios.

Luke estaba que se quedaba calvo.

—¡De verdad no lo entiendo!

Rodeé mis ojos ante su desesperación, ¿Qué mierda le ocurría? Desde el inicio del contrato no ha dejado de insistir en que lo engañara, pero la verdad, es que no estaba nada dispuesto a hacerme alguna clase de víctima para que un Alfa me marcase de por vida. 

Menos uno como él. 

—No lo haré —volví a repetir.

—Claude, cariño—empezó a decir el pelirrojo, intentando parecer calmado—. Estás en el lugar donde miles de personas les encantaría estar, ¿y no planeas quedártelo? ¿Qué tiene de malo?

Estampé mi cigarrillo en el cenicero una vez acabado.

—Luke, amigo mío—empecé a decir esbozando una de mis mejores sonrisas falsas:—. Escúchame bien: no voy a embarazarme de ese idiota y tampoco haré que me marque. 

— ¡Pero...!

 — ¡Qué no!

— ¡Agh!

Escuché una risa a mis espaldas mientras que era rodeado por un delgado brazo.

— ¡Ustedes dos son tan buenos para hacerme reír!—decía Verónica, la gerente del recinto—. Luke, entiendo tu frustración, pero viendo el caso de Claude también mantendría esa postura.

—¡Hasta que alguien piensa igual que yo!—exclamé. 

—¡Claro! Imagínate si al final se arrepiente de cargar con ese cachorro, tendrá que abortar de la misma forma que hizo con el bebé de George.

Me atragante con mi propia saliva al recordar ese día. Luke soltó una pequeña risa.

—Oh, sí. Recuerdo lo desesperado que estaba cuando la prueba de embarazo le dio positivo—sonrió. 

Apoyé mi mano en mi frente, frustrado.

— Gasté casi todos mis ahorros para poder deshacerme de esa cosa. 

— Pero, ¿sabes como fuiste capaz de sobrevivir?—me preguntó Luke—¡Claro que sí, con la paga de ese Alfa!

Y ahí volvía de nuevo.

—No me voy a embarazar de él—repetí—. Me vale que sea un puto Dorrance, me vale que sea la próxima cabecilla de la familia, me vale que me forre en millones de billetes al día, ¡Entiéndelo, Luke! ¡Me vale ser la maldita puta de A-!

—¡Aage está aquí!

Montones de voces emocionadas invadieron el recinto. Al girarme, podía ver como las personas empezaban a acumularse mientras un hombre vestido de negro le abría paso al famoso Alfa.

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