Tres años, diez meses

9 1 0
                                    

Como pude, tomé rápidamente cinco trozos de carne y caminé hasta mi mesa. Me sentía como un pequeño ratón cuidando a que ningún gato me comiese.
Sebas y Alex bailaban animadamente en el centro de la pista, mientras que todos los demás invitados se disponían a comer del delicioso banquete que habían preparado con anterioridad. Aunque quisiera, había demasiada gente y sería una extremada mala suerte el encontrarme a Lavi de frente.

Tranquilo, estoy tranquilo; soy la persona más tranquila de este asqueroso mundo.

Todo estaba bien, solo tenía que seguir así por el resto de la fiesta; después de los discursos me despediría de Alex junto a Sebas y saldría corriendo.
Me dispuse a comer con ese objetivo en mente, tan dentro mío que casi caigo al suelo cuando sentí el peso de una mano sobre mi hombro.

-Vaya.- Alex rió delicadamente.- no creí que Lavi te diera tanto miedo.- sentí mis mejillas tornarse rojas del coraje y desvié la mirada.

-Anda a bailar con Sebas, trato de esconderme.- lo que dije le generó aún más risa, ¿todavía tenía que decir que uno de los pasatiempos favoritos de Alex era molestarme?

Puede que no.

-Vamos.- habló con una voz bastante aniñada.- venía a pedirte un favor.

-¿De qué tipo?- por mero respeto pregunté, ya que al final del día seguía siendo su boda.

-¿Podrías ir a un cuarto del fondo por una caja llena de copas para el brindis?

Claro que podía hacerlo; si estaba loco.

-Hombre, no.- le dije como si fuera obvio.- ¿y si me encuentro a Lavi en el camino?

-Amigo hay como por lo menos doscientas personas aquí, dudo mucho que te lo encuentres.- me abrazó fuertemente.- aparte eres el único sentado y amargado, ¿puedes hacerlo?- fruncí el ceño.- ¿puedes, puedes puedes?

-Agh, eres tan molesto.- susurré al momento de levantarme de mi sitio y mirarle.- ¿dónde está ese cuarto?- pareció que el rostro del pelirrojo se iluminó en cuanto le dije esas palabras, y por un momento no me imaginé que hubieran pasado cinco años sin haberlo visto.

-Si sigues por este pasillo hasta el fondo, das vuelta a la derecha y en la tercera habitación está la caja.- fruncí el ceño tratando de prestar toda la atención posible.- y oye.- le miré.- toma esto.- No me dio tiempo ni de preguntar cuando acercó un pequeño vaso lleno de alcohol a mi rostro, no le presté tanta atención cuando lo engullí por completo.

¿Qué había sido todo esto?

-Al fondo del pasillo, a la derecha en el tercer cuarto.- repetí deseando no olvidar sus palabras.

-Que listo.- Alex solo acarició mi cabeza y salió de ahí, dejándome completamente solo.

____\\\\\______\\\\

-Amor.- musitó Sebas por detrás mío, llamando mi atención. Cuando giré y lo miré no pude pensar en algo más aparte de lo hermoso que era.

-¿Si?- lo abracé.

-¿Ese no es el cuarto en donde se queda Lavi?

De un momento a otro la saliva dentro de mi boca se sintió más densa, y fue casi imposible tragarla.

-¿No?- intenté mentir, pero es que él era tan duro a veces, que cuando me miró con su típica expresión molesta no me quedó de otra más que decirle la verdad.- tal vez.

Cinco años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora