❝Only the pure in heart will find their way back.❞
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Hope creía que la situación no podía ser más extraña pero ahí estaba frente a sus vecinos quienes resultaron ser los tan mencionados hijos de Adán y Eva, pero la sorpresa también se la llevaron ellos cuando el castor hizo mención de que la hija del sol y la luna estaba frente a ellos y debían ser respetuoso, ni Peter, Susan o Hope tenían la intención de ser respetuosos ante las cosas que estaban pasando, pero tampoco querían ser tan groseros con el castor —que a Hope le causó un susto cuando habló— que no tenía la culpa de que ellos se sintieran tan fuera de lugar .
— Debemos movernos. —dijo nuevamente el castor atrayendo la atención de los cuatro humanos mientras trataba de mover su pata para que lo siguieran y alejarse de lo que sea que los persiguiera a ellos y a Hope.
— ¿Eres la heredera de ese pueblo? —preguntó Susan mirando de reojo Hope quien parecía mas concentrada en mirar como la vegetación poco a poco dejaba de estar cubierta por aquella pesada capa de nieve.
Hope miró a Susan y se encogió de hombros mientras su ceño se fruncia levente ante la pregunta formulada, tenia que decir si aun cuando ni siquiera estaba segura de que todo esto fuera algo muy inteligente de su parte al dejarla a cargo de un pueblo entero.
— Al parecer, no me dijeron mucho, dicen que debo esperar a que vea a Aslan.
— ¡Eres una princesa! —exclamo Lucy con emoción pues los castores también hicieron una breve mención sobre aquel pueblo oculto entre las montañas que una vez ayudó a varios narnianos.
— ¿Cómo llegaste? —inquirió Peter con curiosidad.
— Estaba con Marie buscando algo cuando aparecimos aquí, fue un lobo quien nos ayudó hasta que llegó este chico que decía que tenía que protegerme. —Hope se detuvo abruptamente ante la mención de su amiga, Peter y Susan la vieron enfocar su mirada detrás de ella.
— Ella debe estar bien. —dijo uno de los castores percatándose de cómo se detuvo ante la mención de los otros humanos— Vamos, ya no estamos tan lejos.
— ¿Cómo llegaron ustedes? ¿Dónde está Edmund? —cuestionó ahora Hope, el trío de hermanos se vieron entre ellos.
— Por un armario. —respondió Peter mientras ponía la mano sobre la cabeza de la menor de los Pevensie— Lucy entró primero y nosotros la seguimos, Edmund se fue con la bruja blanca.
— ¿La culpable de todo esto? —cuestionó y Lucy asintió— ¿Por qué?
— A nosotros también nos gustaría saber.
Hope guardó silencio ante las palabras de Peter. El castor señaló algo a lo lejos, frente a ellos se alzaba el campamento donde Aslan y sus tropas se resguardaban, Hope no mentía al decir que cada vez todo se volvía más extraño, nunca en su vida pensó ver las criaturas que estaban frente a sus ojos, mentiría en decir que no se sorprendió al verlos, Peter a su costado sonrió al verla dar un leve brinco ante las criaturas, esa era la razón por la que ni siquiera prestó atención ante las miradas que se posaron en ellos, Hope estaba demasiado preocupada observando todo a su alrededor como una niña en una tienda de golosinas.
El centauro fuera de la carpa frente a dónde los detuvo y los miró como si estuviera esperando algo, de seguro lo hacía, Hope no quería llegar a saber.
— Hemos venido a ver a Aslan. —informó Peter mientras alzaba su espada, el centauro lo miró y volvió a ver a la carpa como si estuviera enviando la señal a quien sea que estuviera dentro para que pudiera salir.
Y lo hizo, pues de la carpa salió un enorme león, el cuarteto entonces mostró respeto ante su presencia tal y como el resto lo hizo, Hope aun con su postura de respeto confirmó que si no fuera porque Marie y los Pevensie estaban ahí habría pensado que su cordura se perdió hace mucho tiempo porque incluso si rogaba por despertar, sabía que no lo haría, Marie se encargado de dejar una marca en su brazo a causa del pellizco que le dio para comprobar nuevamente que todo eso no era un producto de un sueño o su imaginación.
— Bienvenida Hope, hija del sol y la luna. —la mencionada salió de su ensoñación ante la voz de león diciendo su nombre y el título que al parecer le pertenecía gracias a su abuela— ¿Dónde están los otros humanos? —pregunto Aslan observando al par de rubios.
— Alguien nos persiguió y tuve que separarme de ellos, yo... Yo no sé si están bien. —dijo Hope mientras se levantaba.
— A eso hemos venido, a solicitar su ayuda. —explicó Peter— Nuestro hermano fue capturado.
Hope miró de reojo a Peter, capturado, decir que era un secuestro no sonaba tan mal que decir que prefirió irse con la culpable de todo esto, pero Hope no podía sacar conclusiones tan rápido, nadie podía hacerlo porque desconocían la razón del actuar de Edmund. Ella sentía cierto cariño por el menor, era con quién más tenía una conexión de los hermanos por ende fue la primera en querer lanzarse y golpear al centauro cuando abrió la boca.
— Edmund es un niño, no tienes derecho a tratarlo así. —soltó Hope atrayendo la mirada de todos, Peter sujeto de su muñeca como si con eso fuera a evitar que se moviera.
Ambos sabían que no lo evitaría.
─ ✦ ─
— Por allá queda Virdlan, el pueblo oculto entre las montañas. —dijo Aslan mientras caminaba junto a la rubia, fue una completa sorpresa cuando alguien llegó a decirle que Aslan quería hablar con ella en privado.
Hope no hizo nada malo, eso era más que obvio y aun así se sintió nerviosa de tener que reunirse con el ya mencionado, sobre todo luego de como actuó ante la acusación de Edmund, el centauro dijo que no la iba a regañar, pero ella lo sentía así, sin embargo, el enorme león solo quería caminar por una de las montañas que dejaban a la vista no solo el lugar donde los hijos de Adán y Eva estarían si no también el camino hacia donde quedaba el pueblo por el que se supone estaba Virdlan.
— ¿Cómo fue que llegaron ahí si está oculto? —cuestionó.
— Hace mucho tiempo, hubo un grupo de humanos que entró a este lugar, ustedes lo dirían error de cálculos yo lo llamo destino, junto a ellos hubo gente mala y otros que pagaron por lo que estos hicieron, de ahí viene la maldición de los hijos de la luna, solo los puros de corazón encontrarán el camino de regreso. —explicó Aslan— Dilys era la contraparte de Jadis, cálida y alegre, fue ella quien encontró a ese grupo de humanos y los llevó hasta allá, una fe ciega que dio frutos.
— ¿Por qué los ocultó?
— Jadis no estaba contenta con su presencia, Dilys me prometió que ellos no serían una molestia y le di la opción de irse con su pueblo. —contestó— Jadis estaba molesta, pero lo hecho ya estaba hecho, de vez en cuando iba hasta Virdlan, el lugar prosperaba, se veían felices, los humanos supieron convivir con las criaturas de aquí, existía equidad y paz.
— ¿Qué paso con quiénes no lograron encontrar el camino?
— Son los lobos que ahora vez junto a Jadis.
— Dilys decidió regresar a su pueblo a su forma de lobos para protegerlos, ¿Cierto? —Aslan asintió— ¿Cómo es que voy a regresarlos de regreso?
— Tu corazón ya encontró la manera de regresar aquí, desde aquí yo voy a guiarte. —Hope lo miró— Además no estás sola.
Hope vio al león señalar a un lugar en la lejanía, ella hizo un sonido de sorpresa y emoción al ver a su amiga junto a Noah caminar hacia el campamento.
—Los corazones puros siempre encuentran su camino.
