❝If you want to fight with these children, do it.❞
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El día llegó despertando a quienes se acomodaron bajo unos árboles para descansar, Hope fue la primera en despertarse al sentir caer una gota en su mejilla, la idea de despertar y estar en su habitación fueron rotos por esa pequeña gota que la despertó, lo que era extraño pues todo a su alrededor seguía cubierto de nieve, no importaba si pareciera como si el invierno estuviera terminando la nieve seguía cubriendo todo a su paso.
Ella siguiente en abrir los ojos fue Noah, la mirada azulada de él pudo ver a Hope extender su mano frente a uno de los árboles y dejar que las gotas cayeran sobre su palma.
— Se está descongelando.
— ¿Por qué no pasó antes? —preguntó con curiosidad.
— Los hijos de Adán y Eva tienen que ver en el descongelamiento, se supone que ellos acabarían con el invierno eterno.
— Al menos no tendré que pelear con esa mujer. —exclamó con una media sonrisa— Mi propósito aquí es solo librar al pueblo de su maldición, ¿cierto?
— Es lo que tengo entendido, pero si quieres pelear junto a estos hijos hazlo.
— Sería lo más justo, aquella mujer también condenó a mi pueblo. —dijo mientras sus manos imitaban unas comillas al decir las últimas palabras— ¿Sabes cómo era el lugar antes de esto?
— No lo suficientemente como para describirlo, solo sé que tenía una vista al mar, rodeado de montañas y con un castillo enorme.
— Supongo que tendremos que seguir para conocer el lugar.
— Suena lógico. —apoyó— Será mejor seguir, no es seguro.
Hope asintió con su cabeza y procedió a despertar a su amiga quién bajo insultos y quejas decidió levantarse, odiaba madrugar, era lo peor que podía hacer y su noche no fue la mejor así que tener un buen humor definitivamente no era algo que tenía esa mañana.
El grupo volvió a emprender camino, sintiendo como poco a poco el intenso frío que había atrás se desvanecía lentamente, seguía frío, por supuesto, pero ahora era más tolerable. El lobo dijo lo mismo que Noah acerca de que esto significaba que la Reina Helada estaba perdiendo poder y que además se estaban acercando hacia el territorio de Aslan.
Sin embargo, el camino fue demasiado fácil hasta ese momento, sospechosamente demasiado fácil, en cierto tramo del camino pudieron escuchar el aullar de un lobo, uno que no pertenecía al clan de quién los acompañaba, eso los puso en alerta llevándolos a caminar más rápido, pero eso solo alertó aún más a quiénes habían caminado cerca de ellos por varios minutos.
— Nos van a alcanzar. —murmuró Marie al darse cuenta que el sonido de pisadas en la nieve podía escucharse cada vez más cerca, dicho esto un lobo salto de entre los árboles atacando directamente al lobo que los acompañaba.
— ¡Corran!
— No podemos dejarlo. —chilló Hope, pero Noah al igual que Marie la arrastraron para que corriera, los otros lobos que los seguían no iban a tardar también en saltar hacia ellos.
— Deben seguir recto, llegarán a un río, será más fácil cruzarlo porque está congelado, luego sigan el camino entre los árboles, llegarán con Aslan.
— Tenemos un héroe. —musitó Marie, pero la mirada de Noah sobre ella la hizo callar.
— Solo voy a distraerlos, les daré tiempo.
Ambas lo vieron caminar en dirección contraria, dejándolas sólo con las indicaciones que dio. La mano de Hope se aferró a la de Marie y así empezaron a correr por entre los árboles, esperando poder alejarse de los gruñidos, pero no importaba cuanto corrieron ellos seguían haciéndose más cercanos, hasta que frente a ellas saltó un lobo de pelaje gris.
Hope observó al animal y en un impulso empujó a su amiga hacía un costado para ocultarla, el lobo se dio la vuelta y la observó.
— Mi reina estará contenta de saber que atrapé a una.
—No vas a atraparme. —exclamó con nada de seguridad en su voz, el lobo caminaba lentamente hacia ella, lo que la dejaba solo con el único movimiento de ir retrocediendo, lo que era una mala suerte al ver el vacío detrás de ella.
— ¿Qué tan segura esta princesa? —preguntó mientras dejaba al descubierto sus colmillos, Hope sintió un escalofrío recorrer su espalda, la mirada de ella se posó detrás del lobo solo para ver el rostro Marie, ella negó con la cabeza.
El sonido de algo romperse y el agua correr llamó la atención de ambos, Hope comenzó a hablar mediante señas hacía su amiga antes de sonreír a medias y pedir a quien sea que estuviera arriba que aquello no fuera un plan suicida.
— Mucho. —dijo antes de lanzarse hacia abajo, el aire golpeó su cuerpo, segundos después sintió el golpe y el frío del agua en su cuerpo.
Su cuerpo comenzó a sentirse pesado gracias a las capas de ropa y aun así luchó por nadar hacía la superficie y tomar aire, el río seguía corriendo con fuerza arrastrándola a un lugar que no conocía, Noah se equivocó o quizás no esperaba que se derritiera tan pronto, pero ahí estaba Hope siendo arrastrada por la corriente.
Su cabeza se movió en varias direcciones hasta toparse con una rama caída la cual a duras penas logró tomar para poder salir. Poco a poco el agua comenzaba a ser menos profunda hasta que por fin pudo salir del agua y librarse del pesado abrigo que llevaba, pero un bulto en el agua llamó su atención antes de poder librarse completamente, era una niña.
Hope se quitó el abrigo y sujetándose de la rama logró sujetarla antes de que el río se la llevara, el tirón la hizo tambalearse, pero no cayó, con ayuda de la menor salieron otra vez del río solo para quedarse estáticas en su lugar ante la presencia de la otra.
— ¿Lucy? ¿Qué haces aquí?
— ¡Hope! —chilló la niña para luego abrazarla con la emoción que caracterizaba a Lucy Pevensie— ¿Cómo llegaste?
— Solo paso... —contestó— ¿Eres uno de los hijos de Adán y Eva?
— ¿Cómo lo supiste? —preguntó, pero antes de que ella respondiera la voz del mayor de los Pevensie llamó la atención de ambas, la niña sonrió emocionada y tomando de la mano de Hope comenzó a caminar hacia donde podía escuchar a sus hermanos llamándola, se escuchaban desesperados y solo la voz de quien buscaban pudo hacer que se calmaran.
Y probablemente hubiese sido un reencuentro mucho más bonito si no fuera porque la presencia de Hope en el lugar hizo que tanto los dos Pevensie restantes la miraran con sorpresa, Hope se sintió intimidada ante su mirada y con una de sus manos alzada les sonrió.
— Hola. —saludó Hopepensando en que a cada segundo todo se volvía más descabellado.
