viii

418 48 1
                                    

Need practice.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Aprender a usar una espada, que idea tan estúpida tuvo Hope, el arma un tanto más pesado de lo que se imaginó y su fuerza no ayudaba mucho en el proceso, pero los que estaban cerca debían darle crédito en el esfuerzo que la adolescente de cabellos rubios estaba poniendo en cada movimiento.

Lo que definitivamente causaba las pequeñas burlas de Edmund Pevensie al verla. Hope ya había usado su puño para golpear al de cabellos oscuros al ser víctima de su comentario burlón, pero era un alivio para ella el verlo ahí luego de que supiera que estuvo bajo las garras de aquella horrorosa mujer. Le iba a dejar pasar esos comentarios, solo unos pocos, porque los otros él tendría que pagarlos a base de golpes o empujones.

Al final quizás le resultaba más encantador usar un arco y flecha como pudo ver a Susan a lo lejos practicando junto a Marie hace unos minutos atrás, pero Hope se propuso el aprender a usar una espada y aún si le costara luego el incómodo dolor de cuerpo lo iba conseguir.

— Un arco es mucho más fácil. —escuchó decir a sus espaldas, Hope miró a su amiga y le sacó la lengua— Que madura, Hope.

— Voy a conseguir esto.

— Entonces necesita algo mejor. —dijo el lobo que las acompañó desde el principio, su cabeza se movió indicándole que tenía que seguirlo— La primera reina se caracterizaba por ser una hábil luchadora, la espada era su don.

— Pues definitivamente no lo heredé. —murmuró provocando una risa por parte del lobo.

— Necesita práctica, uno no nace sabiendo las cosas, las aprende y perfecciona con el tiempo.

— Inspirador. —susurró Marie sintiendo la mirada de su amiga como la del lobo— No lo decía en burla, es cierto, cuando empezaste a tocar el violín sonaba como si estuvieras torturando gatitos y ahora tocas como si estuvieras recibiendo a alguien en el cielo.

— Me tomó años llegar a eso, ahora solo tengo horas.

— Bueno, solo necesitas saber apuñalar y evitar que te apuñalen.

— Suena más fácil decirlo que hacerlo. —bufó mientras se detenían frente a una carpa donde un par de centauros se encontraban, el lobo miró a uno de ellos y como si se comunicaran mediante sus pensamientos este se adentró al interior saliendo unos segundos después junto a un objeto entre sus manos.

— Los lobos cuidamos esto por años, representaba tiempos mejores y esperanza para nosotros, ahora que usted está aquí lo correcto es que usted lo cuide. —el centauro descubrió la tela roja dejando ver una espada reluciente, su guarnición contaba con detalles negros y dorados, desde donde se era capaz de apreciar la forma de un sol, la mano de Hope se alzó hacia dicho objeto con admiración.

— ¿Puedo? —pregunto dejándose ver dudosa, el centauro sonrió y mientras la parte superior de su cuerpo se inclinaba y sus manos se alzaban, como si estuviera dándole una ofrenda.

— Es suya princesa.

Hope todavía no estaba acostumbrada a que ellos le llamaran de esa manera, se sentía extraña, ella no era una princesa, pero para ellos lo era, la esperanza que por años estaban esperando se manifestó en una adolescente con mal carácter y torpe, que muy aduras penas podía con la carga que su época le otorgaba. Su mano agarró con cuidado la empuñadura de la espada y la tomó, el peso resultaba ser mucho más ligero a comparación de la que llevaba hace un par de minutos, pero no lo suficiente como para no resultar letal, era perfecta.

Hope hizo unos suaves movimientos con dicha arma notando la facilidad que ahora tenía para moverse junto a ella, una pequeña sonrisa surcó su rostro cuando bajó el arma, el centauro y el lobo observaron cada uno de sus movimientos sintiéndose extasiados al verla cargar con lo único que quedó de su pueblo, ahí frente a ellos estaba su luz al final del oscuro y largo túnel.

Los Pevensie no fueron los únicos que trajeron consigo esperanza, quizás la presencia de la chica Benson no tenía el impacto que los hermanos tenían, pero para ellos era todo lo que necesitaban.

— Cuidado le sacas un ojo a alguien. —se burló Marie y Hope alzó la espada en su dirección.

— Creí que era eso lo que querías.

— Bien, pero no saques mis ojos. —regañó a la vez que usaba su mano para bajar el objeto filoso de su rostro, no tenía miedo de que ella le hiciera daño aun así no se sentía cómoda siendo apuntada por algo tan filoso.

— ¡Oigan! —escucharon decir a sus espaldas, Noah se encontraba parado con una expresión seria en su rostro— La reina helada viene para acá.



─ ✦ ─



La presencia de aquella mujer de vestido blanco y cabellos claros no traía nada bueno, incluso con solo la mención de su llegada se podía adivinar que ella solo iba a traer problemas. Hope se paró a un costado de Noah quien al ver que la mirada de la bruja se posó en ella uso su cuerpo como escudo, no iba a atacar ahí, pero lo que su abuelo habría llamado instinto se apoderó de él, por sus venas corría el instinto de protegerla, ante la mínima advertencia de peligro su reacción iba a ser de inmediata, pero eso solo provocó el fantasma de una sonrisa en la mujer al ver dicha acción.

— No pongas tu vida por sobre la mía. —susurró Hope a sus espaldas tomando de su muñeca para relajar el cuerpo tenso de quien se proclamó su protector, pero él no bajó la guardia, en todo momento que la mujer estuvo en el campamento sus sentidos se pusieron alerta.

Mientras Hope estaba sentada en medio de Susan y Marie, Noah no hizo nada más que estar parado detrás de ella con su mano en su espada listo para atacar a cualquiera que quisiera tocarle un solo cabello. Su abuelo habló sobre el instinto protector que todos tenían ante su presencia, para un niño aquello sonaba tonto y sin sentido, cuando creció y volvió a escuchar la historia le parecía absurdo el tener que proteger a una persona que no conocía de absolutamente nada, pero actualmente ahí estaba dispuesto a desenfundar su espada y defenderla.

Así que cuando la reunión entre Aslan y Jadis terminó la tensión regresó a su cuerpo aun cuando la mirada de ella ya no se posó en la heredera a la corona. Hope sintió una ola de calma al saber que Edmund no tendría que pagar las consecuencias de ser un traidor, siendo ella de las primeras en abrazar al de cabellos oscuros.

— No vuelvas a hacer una estupidez, Edmund. —susurró para luego de soltarlo alborotar su cabello y dejarlo libre para ser acogido por sus hermanos bajo los todavía festejos del resto de narnianos, pero algo se veía mal cuando Hope dejó de ver a los Pevensie.

Hope sabía que la presencia de Jadis no era algo bueno y aquella noche lo comprobó.

Someday ➳ Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora