𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱

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Hubo en Alemania una época de relativa calma para los homosexuales y lesbianas que terminó cuando Hitler tomó el poder. Se clausuraron bares de temática gay y se organizaron retenes de seguridad en plazas o bares frecuentadas por hombres y mujeres atraídos a su mismo sexo. Por ello, los homosexuales fueron asediados y, a pesar de que eran reconocidos como ciudadanos, se les excluyó de toda esfera pública y de reconocimiento social.

Las orientaciones sexuales desviadas eran una "amenaza" contra la creación de la "raza dominante" aria, ello implicaba que los homosexuales, contando con la "oportunidad" de proliferar la estructura y la grandeza del régimen, decidían abiertamente adquirir una posición social que no les pertenecía. Los nazis nunca dudaron sobre la condición aria de quienes eran procesados por homosexualidad; de tal manera, no fueron programados para el asesinato sistemático, sin embargo, fueron detenidos y enviados a campos de concentración.

Dentro de los campos, los homosexuales se identificaban por el uso de triángulos de color rosa. En Dachau, por ejemplo, los homosexuales fueron sujetos de experimentos hormonales, lobotomías y violaciones, pues se creía que los tratos severos ayudarían a modificar su comportamiento y no hay que hablar mucho de los judíos porque es un gran caso por la caza que hizo Adolf Hitler.

Jungkook en toda su vida siempre se había considerado una persona pura y servible a Dios, pero no sabía lo que significaba la idea de ser homosexual hasta que conoció un chico en su escuela de artes y música. Por supuesto se llevó demasiados golpes y al entender el mal significado y la religión, quien estaba al mandato, tuvo que borrar cualquier rastro como lo haría la niña Ana Frank, pero jamás pensó que un día volvería a dudar sobre quién le gustaba.

Jungkook siempre pensaba que tenía algo de diferente a la demás gente, se esforzaba por ser un buen amante en la vida y en la cama, pero en aquel momento estaba teniendo un sueño húmedo por un hombre.

Después del ataque de aquellos chicos, Taehyung se ofreció a ayudarlo a curarlo por lo que lo llevó a su hogar; y en la cama paseó sus manos por ese torso formado, ocasionando que su piel se erizara por completo y cuando Taehyung se retiró el permaneció con un bulto entre su pijama.

Quería tocarse, necesitaba masturbarse por el gran dolor y lo apretado que se sentía pero recordó el versículo de su biblia y lo que el mismo judío quien le predicaba la palabra:

''Aquella persona que estreche sus manos o su cuerpo con el mismo sexo siempre será castigada y juzgada a la vista de nuestro Dios, quien, a pesar de todo, no otorgará el perdón porque creó a la mujer para el hombre, no el hombre a la mujer o la mujer para la mujer''.

No sabía que era más triste, si recordar siempre esas palabras o no poder saber si era un amor puro o simplemente atracción. Pero Taehyung jamás salió de sus pensamientos y sueños, sus manos en sus recuerdos eran grandes y cálidas, paseaba las propias sobre su propio cuerpo intentando recrear la misma sensación que corrió por su ser al tenerle cerca.

— ¡Taehyung, ah!

Gimió la mujer en su habitación, tampoco él pudo resistirse en pensar del cuerpo de Jungkook, pero no podía haberle hecho algo más lejos. Pudo hacerlo, pero algo le detuvo por querer conocerlo aún más, sin embargo su cuerpo aun parecía extasiado, tanto que debió buscar con quien poder liberarse, Yoongi no se encontraba allí, después de todo siempre escapaba con Jimin, y ya sabemos la historia de estos dos soldados que mejor prefieren coger para terminar sus necesidades.

— ¡Taehyung lléname!

Exclamaba la mujer en los cielos. La cama apenas rechinaba lo que era y Taehyung no podía simplemente complacerla porque le encantaban los juegos, el hombre sólo había salido a un bar cualquiera a buscar una bebida, la camarera no se resistió en coquetearle a cambio de dos cervezas por un roce pero sabemos bien como acabarían los roces de manos.

𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒍𝒐𝒅𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝑱𝒆𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora