Atraco ; Wosani

36 -final-

Cap.36
final

Probablemente el Valentín de hace unos meses se estaría riendo de mí situación actual.

No lo culparia, si me estuviera viendo en un espejo y fuera consciente de mis mejillas levemente sonrojadas, mis ojos crispados e hinchados debido a la falta de horas de sueño, mis piernas y manos temblorosas y mi pelo siendo violentamente atacado y despeinado por estas cada cinco segundos, yo también sentiría pena de mi.

De hecho lo hacía, pero tenía demasiadas sensaciones atoradas para preocuparme de como me veía en ese preciso momento.

La verdad es que no tenía idea de cómo tenía que actuar, si de por sí estar parado en frente de él me daba vergüenza, recordar todo lo que le había hecho pasar me imposibilitaba mantener el contacto con su mirada por mas de un par de segundos.

Era irónica la forma en como los papeles se habían invertido.

De hecho, la situación en sí era jodidamente irónica, pero ya me había dado por vencido en intentar encontrarle explicaciones lógicas a la vida, después de un tiempo suele doler mucho.

Luego de haber subido por el balcón del castaño y entrar por su ventana todo el discurso que había construido en mi mente en las horas que tardé en llegar se desvaneció en fragmentos de palabras que a penas podía recordar y mi mente quedó en blanco, limpia, como su mirada puesta en mi ya había acostumbrado a dejarla.

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-¿Problemas para dormir Ribba?- dije suave terminando de entrar por la habitación y captando su mirada. 

Fue entonces cuando lo vi sentado al centro de cama mirándome con ilusión en sus ojos y usando un buzo mucho mas grande que el, fue entonces cuando supe porque me había quedado y porque había regresado.

Y que esta vez ya no quería huir, porque había recuperado ese sentimiento que hace mucho tiempo había perdido, me sentí en casa. 

Por primera vez en mucho tiempo me permití sentirme en casa.

Pero tan rápido como distinguí la ilusión en aquella mirada de ojos pardos, ahora veía el destello de algo mas, miedo. De hecho miedo era ser muy positivos, sentí como esa mirada se infiltraba en cada parte de mi cuerpo, y las preguntas aumentaron. Las preguntas intentando buscar las respuestas dentro de mi, porque esa mirada me hizo entender que habían muchas preguntas de parte de él. 

-Valentín.- pronuncio a la vez que se ponía de pie y daba pequeños pasos acercándose cauteloso.

- Lo siento. - dije mas rápido de lo que podía procesar mi cabeza aquella pequeña oración de dos palabras, pero realmente no quise hacer algo para corregirla o cambiarla, fue lo que salió y lo que necesitaba sacar. 

Era divertido estar en esta posición, había caminado durante un largo tiempo para llegar hasta acá y creía tener claro lo que diría. En cuanto lo vi supe que no funcionaria, fue la misma sensación de su mirada cuando lo vi entrar en aquel camerino y cuando lo vi aquí sentado en su cama, una mirada capaz de derrumbar todos mis planes.

Esa era la diferencia, yo destruía. 

Él hacia todo lo contrario.

No obtuve respuesta inmediata del castaño, tampoco estaba seguro de cual era la respuesta que quería recibir. En este momento deje que mi mirada le transmitiera todo lo que sea que estuviera sintiendo, todo eso que no me salía decir, que no sabia como decir. 

Él tampoco parecía tener muy claro lo que debía hacer, parecíamos dos niños epqueños y nerviosos.

En otro momento hubiera pensado en la ternura que me provocaba esa imagen, pero saber que yo me encontraba en la misma situación no me permitía concentrarme.