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Cap. 31

San Lorenzo
3:00 a.m.
55 horas después del atraco.
Día del interrogatorio.

Valentín.

Un par de gotas de agua empezaban a caer, el resto del camino luego de haber perdido a la patrulla hubo un gran silencio dentro del auto, todos sabíamos que no era seguro y no había algo más de qué hablar que no nos recordara eso.

Por mi parte quería salir del auto y detenerme para no alejarme más.

Pero ya estábamos bastante lejos.

Eso suponía al menos, no sé cuánto tiempo había pasado, aún seguíamos dando vueltas por la ciudad, y mientras siguiéramos dentro de este auto éramos un blanco fácil de encontrar en su radar.

- Ahí - señaló Manu y todos volteamos a ver.-

Decir que era una calle desolada era quedarse corto, el ambiente húmedo y el frío viento no ayudaba nada al panorama, parecía ser un edificio abandonado por el desgaste de la pintura y la falta de luz en todo el alrededor.

- Habrá que dejar lejos el auto - hablo Ecko -.

Todos observábamos el edificio sin decir mucho, aún siendo concientes del poco tiempo que teníamos, de alguna u otra manera siempre que hacíamos pequeñas cosas encontrábamos un refugio y nos reíamos de lo sucedido.
Esta vez era diferente, el miedo era real.

Tomé aire con dificultad, ya había sentido eso un par de veces, ahora sentía que algo me faltaba.
Y sabía perfectamente que no se trataba de los chicos.

- Bien, llevemos esto lejos entonces - Mateo volvió a acelerar con dificultad yendo hacía la dirección contraria, no nos movimos mucho, quedó aparcado en una de las calles secundarias de la zona, luego emprendimos el camino de vuelta al viejo edificio que sería nuestra casa por una noche.

Las veredas estaban vacías y oscuras, la hora ayudaba a que nuestra tarea de fugitivos fuera más fácil, a un paso apurado no tardamos mucho en llegar a nuestro destino, la puerta eran unos pedazos de cartón mal colocados, parecía haber sido un negocio hace mucho tiempo, los vidrios de las ventanas estaban rotos y otros faltaban, el piso estaba húmedo y el ambiente un poco saturado debido a la falta de ventilación, las paredes eran grises por la falta de mantenimiento pero había el suficiente espacio para correr, en caso que fuera necesario hacerlo.

Nos sentamos lo suficientemente cerca para escucharnos pero un poco lejos para no sentir más pesado el aire.

Subí la cremallera de mi overol hasta el cuello y doble el pasamontañas para que me sirviera como gorro, doble mis piernas y apoyando mis brazos en estas llevé mis manos hacia mis mejillas buscando la forma de darme calor.

Intenté tranquilizar mi cabeza y ablandar un poco mis pensamientos, dolía y ya no era solo la falta de sueño.

- Ahora tiene más sentido - abrí mis ojos un poco exaltado encontrándome a Manuel sentado sobre la caja en la que yo estaba apoyado jugando con el encendedor.

- ¿Qué? - fruncí el ceño intentando recordar sí había dicho algo antes de eso.

- Intenté - continuó - intenté hacer que te fueras, lo hubieras podido hacer sin dificultad - hizo una pausa, mi cara seguía igual - no te hubieras metido en este lío, de hecho nadie se hubiera metido más de lo que debía en este lío - sentenció serio.

Atraco ; WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora