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Cap. 15

Movistar Arena.
5 horas después del atraco.
2 días para el día D.

Daniel

Me sentía helado tenía hambre, sed y ganas de irme. Pero no era tonto, sabía que sí estaba en esta situación era por el dinero de las cuentas de mi papá y si tenían esos datos no me dejarían ir tan fácilmente. Había pasado por una situación similar cuando era niño por lo que me pusieron con seguridad, a medida que crecí me parecía absurdo andar dos hombres atrás mío todo el tiempo, claramente no me pasaba nada así que me parecía más innecesario. Ahora desearía no haber sido tan necio con ese tema.

La habitación estaba oscura, permanecer sentado me dolía por la dureza de la silla pero moverme empeoraba el dolor al sentir el roze de mis manos con el lazo, seguramente quedaría una herida al final.

El chico rubio permanecía enfrente mío pensativo, a pesar de la escasa luz el reflejo de fuera me permitía apreciar su sombra, no se cuanto tiempo habrá pasado, seguramente minutos pero se han sentido como horas. Sabía que no me quedaba mucho tiempo, también era consciente que el chico de enfrente tenía el poder para matarme en cualquier momento, pero con él era una sensación distinta a la de los otros que habían entrado anteriormente a la habitación y también era consciente de eso.

Si encontraba sus ojos me abordaba el miedo e inmensas ganas de irme y correr al topar con ese destello frío que tenía en una fina capa de su mirada, pero a medida continuaba observando se volvía más profunda, se ablandaba y dejaba ver al temeroso niño que ocultaba y encontraba un espejo de mi miedo reflejándose en su azul. Y ya no me causaba miedo él sino las raras emociones que él despertaba en mí.

-¿Cuánto tiempo me quedaré? - pregunté en un murmullo, posiblemente no iba a recibir la verdad pero necesitaba aferrarme a algo, aunque se tratase de una mentira.

Él permanecía en silencio solo se dedicaba a observar y apretar sus labios en una línea recta.

No esperé a que me contestara, sabía que su silencio era porque no quería decir la respuesta, la verdadera.

-¿P-puedo hacer una llamada? - pregunté de la misma manera.

No pareció esperar esa pregunta por lo que frunció su ceño a la vez que ladeaba un poco su cabeza, prestándome más atención esta vez.

- Necesito hablar con alguien - recordé lo asustada que debería estar mi vieja en casa, ella también necesitaba aferrarse a una mentira al escuchar que yo estaba bien.

- No creo que sea posible - habló con voz ronca - ¿es con tu mamá? - preguntó, yo asentí débilmente.

Permanecí quieto cuando lo vi acercarse un poco más a mí, una de sus manos se apoyo en el respaldo de mi silla provocando un mayor acercamiento de este.

-¿Vivís con tu vieja? - no entendí el por qué de su pregunta de igual manera negué con mi cabeza cuidando mis movimientos para no hacer nada demasiado brusco.

-Yo era muy unido con la mía - dijo dando una pequeña sonrisa con los labios cerrados- supongo que vos también ¿no? - podía sentir su aliento chocar en mi cuello debido a su cercanía y la posición recostada que mantenía su cabeza.

Una sonrisa ladina salió de mí inconscientemente y decidí preguntar también.

-¿no me vas a decir tu nombre? -

Atraco ; WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora