Cap. 10 - ¿Te lastime?

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Poché

Me senté en el suelo y me puse las manos en la nariz.

- Lo siento ¿te lastime? Pregunto preocupada.

- No mucho. Respondí con humor mientras me estaba levantando del suelo.

- ¿¡No!? Pero si te esta sangrando la nariz, déjame ayudarte. Dijo ahora más preocupada.

¿Tan grave me veo que se preocupa mucho?

Observaba cada movimiento que hacía.

Me acercó una toalla húmeda para limpiarme.

- Estoy bien, en cerio. Dije retirando su mano y como en una película en cámara lenta vi como cayeron varias gotas de sangre en su ropa.

- Lo siento, no quería ensuciar tu ropa. Le dije apenada viendo las manchas.

Le solté la mano para que siguiera con lo que estaba haciendo.

- Deja que te ayude y con eso está todo bien. Me dijo como propuesta para dejarla ayudarme.

Se me quedo mirando y en el momento note que cambió su semblante, no se si estaba asustada o preocupada.

- Oye, tienes una cortada en la frente, cerca del cabello. Me moví con cuidado para no provocar que la manchar de nuevo. Con curiosidad moviendo a un lado unos cuantos cabellos que no me permitían observar la herida esa si no la sentí. Estaba un poco profunda pero to no le veía grave.

- No esta tan mal, al perecer. Dije despreocupada mirando la pequeña herida frente al espejo.

- Al parecer… pero necesito que vayas a enfermería, no se te vaya a infectar o algo y también para que te chequen la nariz.

- Esta bien pero tu me acompañas, tu le vas a decir que paso porque a mi no me van a creer y van a pensar que le tire un puño a alguien y que me lo regresó. Dije burlona.

- Ok, por lo menos la sangre cesó, pensé que no dejaría de salir.

Quito su mano y humedecido completamente la toalla y le quito los rastros de sangre.

- Te voy a quitar la poquito sangre que te esta saliendo en la frente.

- Ok. Respondí quedándome quieta para que lo hiciera.

Cuando terminó, volvió a humedecer la toalla y la dejó en sesto de las sucias. Vi que se iba a salir pero la detuve por el brazo.

- Espera. Le dije haciendo que se detuviera y regresará su cuerpo a donde estaba hace un momento.

- Tienes que limpiarte eso. Dije señalando las manchas en su manga.

- Ok. Dicho esto se desprendió de la prenda y humedeció la parte sucia.

- “Deja que te ayude”. Dije repitiendo lo que ella antes había dicho simulando comillas con sus manos.

Entonces con una toalla diferente, la ayudé a quitar las manchas de su manga.

- Si que tienes mano dura. Dije un poco burlona refiriéndome al golpe que me dio con la puerta.

- Supongo. Respondió.

- Yo digo que si, mira que me hiciste. Le dije señalando mi cara y se empezó a reír.

- Fue un accidente. Dijo justificando lo que pasó.

- Si me vieran pensarían que no. Dije pensando en las veces que fui a enfermería pero no porque yo fuera la herida.

- Pero no fue a propósito.

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