Capítulo 14.

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Me tiré en el sofá cual elefante tratando de cascar una nuez. Suspiré agotada y cerré los ojos unos segundos, con la esperanza de que, cuando los volviese a abrir, tener la certeza de que él no había vuelto. 

¿Qué quiere? ¿Por qué ahora? Y para colmo, se entera de lo mío con Victor y en vez de alejarse se plantea intentarlo mas duro. 

La noche de ayer fue demasiado dura. No he pegado ojo en toda la noche y, por suerte, Victor no me ha llamado desde nuestra discursión. 

Tayler se pasó la noche tratando de convencerme de algo, tratando de revivir recuerdos del pasado. Y me desquicia.

¿No puede irse y dejarme en paz y punto? 

Es tan grande la impotencia que estoy sintiendo, que no puedo evitar que las lágrimas salgan solas. Tayler me hace sentir como la niña de 18 años que se enamoró perdidamente cuando lo conoció. 

Me hace sentirme como la mujer de 20 años que se quedó embaraza y que no sabía que hacer. Me hace sentir débil, impotente, estúpida. Me deja sin fuerza para luchar. 

Las lágrimas se iban derramando, y con ellas el rimel de mis ojos. Doy gracias a dios por que Esperanza esté en el colegio y no tenga que verme así. 

Sollozos desgarradores, desesperados, salían en sonidos sordos. Mi corazón se encogía y me dolía la cara de llorar tan desconsoladamente. 

Por primera vez en mucho tiempo, me había vuelto a sentir sola. Y no lo estaba. 

Sabía que no lo estaba. Tenía a Esperanza, a Victor, a Aylem y a Liam. No se muy bien si también tengo a mi madre por que hace bastante que no hablamos, pero bueno. 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la puerta chirriante de la habitación de Aylem al abrirse. 

-Buenos días. -Dijo en un bostezo mientras se frotaba los ojos. -¿Todavía estás aquí? ¿No trabajas hoy? 

-¡Hostia! ¡El trabajo! -Me levanté del sofá y entré en mi habitación para vestirme. Aylem me siguió. 

-¿Estás bien? -Preguntó desde el marco de la puerta. 

La miré de soslayo y asentí. 

-Si, ¿por qué dices eso? 

-Por que el padre de tu hija ha aparecido de la nada para convencerte de que tienes que estar con él, por que no sabes si él conoce a Espe, por que piensas que Victor se va a dar cuenta de que..

-¿Algo mas? -La interrumpí. 

-Si, que has estado llorando. 

Suspiré. 

-No quiero hablar, Aylem.

-Al... -Se acercó a mi con una mueca en la cara, señal de lástima. -Ya verás que todo va a salir bien. -Acaricio mi hombro y besó mi frente. -Pase lo que pase voy a estar aquí contigo. 

Me dio un abrazo y las lágrimas volvieron a asomárseme por los ojos hasta tal punto que acabé otra vez llorando. 

-¿Quieres que llame al trabajo y les diga que estás enferma? Me quedaré contigo y veremos nuestras pelis pastelosas juntas, si quieres. 

-No puedo faltar al trabajo, Aylem.  

-Ultimamente has trabajado demasiado, Al. -Bufó. -Te han llevado a New York y te han alejado de tu familia. No pueden regañarte por que faltes un día. 

Asentí y Aylem llamó a Ernesto. 

Después de unos cinco minutos, Aylem volvió al salón y se desplomó en el sofá. 

Let me love you (#2 DJM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora