Capítulo 15.

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Llevaba media hora sentado en el portal. Tenía ganas de verla, e intentar sacarle mas información, pero después de lo que me dijo ayer casi se me había acabado la fuerza y también las mentiras. 

No podía fingir que quería volver con ella, que todavía la quería, cuando no recuerdo haberla querido tanto como digo. 

Además, ella cree que he vuelto de verdad para recuperarla, estoy utilizando a una persona para mis propios beneficios, además de estar poniéndola entre la espada y la pared; por mi culpa podría acabar con su novio. 

Era una mujer especial, guapa, lista, divertida, pero me sabía mal estar utilizándola de esta manera. Me gusta, es obvio, pero es diferente. 

Ella recuerda todo, en cambio yo solo recuerdo las cosas que ella me hace recordar. No es justo. 

Me levanté del suelo que estaba congelado y caminé escaleras arriba. 

Llamé a la puerta y abrió Aylem al minuto. Llevaba una trenza recogiendo su cabello lleno de mechas rubias, y un pijama holgado. 

-Buenos dáis. -Me dijo mientras bostezaba. 

Me percaté de la taza de café entre sus manos. 

-¿Puedo pasar? 

-Ali no está. -Me dijo mientras se hacía a un lado para que pasara. 

-Oh. -Entré dentro y Aylem cerró la puerta detrás de ella. -¿Y dónde está? 

Me senté en un taburete de la cocina y observé a Aylem mientras huntaba en dos tostadas la mantequilla. Me ofreció una y le di un mordisco. 

-Trabajando. 

-Entonces no puedo verla, ¿no? 

-Siempre tiene una hora de descanso para desayunar. -Miró el reloj. -Pero aun queda una hora para su descanso. -Volvió a bostezar y esta vez me contagió el bostezo. -Te apunto la dirección, ¿vale? 

Asentí y Aylem me apuntó la dirección en un post-it. 

-Si no sabes dónde es te pido un taxi. 

-Gracias. 

No entendía por qué me ayudaba cuando seguro que su amiga le había dicho que no me dijese nada

Después de un rato, salí del apartamento después de darle un beso en la mejilla a Aylem y un abrazo. Me caía bien. 

El taxi que había llamado Aylem no tardó en llegar, así que me subí y le dí el post-it con la dirección. En un rato estuvimos allí. 

Caminé hasta la cafetería donde se suponía que debía estar Alisson. 

En ese mismo lugar de la ciudad, quince minutos antes: 

Narra Alisson: 

Entré en la cafetería a paso rápido. Cuanto antes desayunara, mas tiempo tenía para revisar los casos de mis clientes y menos trabajo tendría para esta tarde. 

La cafetería estaba vacía, exceptuando a uno de mis compañeros de trabajo que siempre solía estar ahí leyendo el periódico. 

Me senté en la barra y toqué la campanita. 

El chico del otro día apareció por el umbral, secándose las manos en una balleta. Sonrió al verme y se acercó a mi. Suspiré resignada.

-Dijiste que ibas a quejarte de mi, pero nadie me ha informado de que lo has hecho. 

-Buenos días a ti también. -Respondí. 

-Buenos días, princesa. -Me miró con una sonrisa arrogante. 

Let me love you (#2 DJM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora