Un día de Marzo, en el centro de España
Caminé con seguridad, agarrando mi maletín negro con mi mano derecha, y ajustándome la falda de tubo con la izquierda. Sonreí al espejo de pie que había delante de la puerta del despacho y sonrío.
¿Quien iba a decirme hace siete años que iba a ser abogada? Seguro que mi padre estaría orgulloso de mi, y de la persona en la que me he convertido.
Con cuidado, ajusto la camisa blanca que deja entrever un poco mis pechos, pero sin ser excesivo y llamo con seguridad a la puerta.
Ernesto Álvarez, un señor de unos 40 y pocos años, amable fuera del trabajo, y serio cuando debe serlo, y también conocido como mi jefe, abre la puerta sonriente.
-Pasa, Alisson, estábamos esperándote. -Asiento y camino hasta la silla vacía en esa gran mesa, donde un pequeño cartelito de metal con mi nombre la acompaña.
-Buenos días chicos. -Sonríe Ernesto mientras pasea de un lado a otro frente a nosotros, con sus manos entrelazadas. -Veréis, como sabéis, este es el mejor bufette de abogados de toda españa, y como ya sabéis, dentro de una semana se dará una conferencia donde tres de nuestros mejores abogados tendrán que asistir para representar a españa. -Hace una pausa para rascar su barbilla con cuidado. -Se que estáis impacientes por saber quienes de vosotros tenéis un viaje gratis y fuera de España, y por eso estoy aquí.
Pablo, un compañero de bufette levanta la mano y Ernesto, con un asentimiento de cabeza le da la palabra. Pablo se lleva su mano hacia su barbilla y la deja descansar en esta con elegancia.
-¿Dónde se realizará la conferencia, Ernesto?
-Según nos han informado, será en Los Ángeles. -Pablo asiente con la cabeza y no dice nada mas. Ernesto espera a otra pregunta, pero nadie mas dice nada. Entonces prosigue. -Los abogados elegidos, y no me vale un no por respuesta, serán Clara. -Observo a Clara que sonríe a su compañera de al lado. -Alberto. -Este sonríe también. -Y Alisson. -Cierro los ojos con fuerza y aprieto mis labios cuando escucho mi nombre. Al abrir los ojos, todos mis compañeros me miran sonrientes mientras me felicitan.
Suspiro y finjo una sonrisa. Al menos no tengo que ir a New York.
New York. Vuelvo a suspirar. La de cosas que he dejado atrás, desde la persona a la que mas he querido, hasta la que mas he odiado.
-¡Mira la jodía! -Oigo gritar a Natalia, una chica nueva en el bufette, bastante simpática y muy extrovertida. Le sonrío. -¡Que suerte tienes! -Entrelaza su brazo con el mío y da saltitos de alegría. Estoy segura de que está mucho mas feliz que yo, pues no es que me venga demasiado bien ir de viajes ahora.
Dejo a Natalia saltando de alegría donde estábamos hasta hace un minuto, y camino hasta Ernesto, quien está observando unos papeles con el ceño fruncido.
-Ernesto. -Llamo su atención, al levantar la cabeza, su ceño fruncido desaparece y me sonríe cálidamente. -¿Cuantos días estaremos en Los Ángeles?
-Siete días, ¿por qué?
-No se si me viene bien. -Hago una mueca.
-Alisson, es tu trabajo. -Deja su sonrisa a un lado y opta por su lado serio. -Tienes que hacerlo por la empresa si quieres seguir con nosotros y conservar tu trabajo. -Abro la boca para decir algo, pero, Ernesto con la mirada, me calla. -No hay mas declaraciones, o vas o estás despedida. -Me señala con un dedo acusadóramente y bufo. Asiento y Ernesto relaja su rostro.
-Está bien.
-¡Sabía que no me podrías fallar! ¡Que haríamos aquí sin ti! -Dice efusívamente, y me abraza, pillándome totalmente por sorpresa, pero no digo nada.
ESTÁS LEYENDO
Let me love you (#2 DJM)
Romance2ª PARTE DE DON'T JUDGE ME. {.Ella fue por el camino de la derecha, él por el de la izquierda, pero los dos olvidaron algo, y es que el mundo es redondo.} Después de siete años, Tayler y Alisson vuelven a reencontrarse gracias a una conferencia que...