“Podemos negar que nuestros ángeles existen. Convencernos de que no son reales. Pero de todas formas aparecen, en lugares extraños. Gritarán a través de demonios si es necesario. Retándonos, desafiándonos a pelear.”
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Solo había un lugar a donde ir, la comisaría donde estaba Forest esperando ser procesado por los crímenes que se le adjudicaban. Faith quiso pasar por el hotel así que hacia allá se dirigieron antes.
— Después de hablar con el lo dejaré que se pudra en la cárcel — bufó la chica mientras iban en un taxi que los llevaba a su destino — no puedo creer que haya sido tan tonta.
Taesh no pudo evitar reír ante ese comentario, entendía el sentimiento de Faith pero su cabeza tenía los pensamientos más claros.
— Estás pasando por alto cosas importantes. Primero: Necesitamos el cristal para salvar a tu hermana y para cumplir con nuestro trato, es el elemento fundamental para poder resolverlo todo y, segundo, Belfegor es un demonio, el único motivo que veo para que haya dejado que lo llevasen es para evitarte los problemas. Tenemos que pagar esa fianza y sacarlo de allí, luego veremos qué hacer con el.
— Cierto, perdón, es que han sido muchas cosas en muy poco tiempo, pasé de tener la vida más tranquila de todas a estar en una montaña rusa de cosas que jamás pensé siquiera posible.
— Tranquila, te entiendo. Escúchame bien, cuando lleguemos allí debe parecer que no sabemos nada más de lo que él te haya contado, si nota algo raro estamos perdidos.
— Taesh, quiero pedirte un favor.
— Adelante.
— Cuando sea el momento correcto, quiero ser yo quién mate a Fo... a Belfegor.
— ¿Estás se...?
— Sí, solo piénsalo. Es el asesino de mi padre, hirió a Bruce y, si Asmodeo no tiene nada que ver con esto, él debe tener a Hannah en algún lugar, eso si es que no...
— Vale, de acuerdo. Cuando llegue el momento tienes el derecho de matarlo.
— Gracias, nunca pensé en convertirme en una asesina.
— Tampoco pensaste que eras una semihumana y sin embargo lo eres.
— Supongo que tienes razón.
El taxi se detuvo frente al hotel. Ambos fueron primero a la habitación de la chica. Faith decidió tomar un baño, lo necesitaba antes de enfrentar a Belfegor. Mientras el agua le rodaba usando el cuerpo como tobogán no pudo evitar pensar en todo aquello. Había besado al asesino de su padre y posible secuestrador de su hermana, le había planteado la idea de estar con él hasta el final. Hannah, su pequeña hermanita, esa mitad de su vida que complementaba su timidez y su carácter reservado; esa niña que un día fue y que la llevaba a hacer las cosas que ella jamás se atrevía, estaba perdida por su culpa. Había confiado en la persona equivocada, había confiado en un demonio y estaba pagando el precio por ello. Inevitablemente las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos juveniles, lo que empezó como una llovizna poco a poco se convirtió en un aguacero rodando por sus mejillas y fusionándose con el agua fría de la ducha. Estaba allí, acurrucada en una esquina de la bañera culpándose de todo, con los brazos rodeándole las piernas. Jamás se había sentido tan débil, tan vulnerable, tan desnuda como en aquel momento.
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La Nuera del Diablo
FantasyFaith Jennings acaba de graduarse de la preparatoria y de ser aceptada en la universidad de sus sueños. Para celebrar se embarca en un viaje a Hawaii con su hermana un año menor y su mejor amigo. En lo que deberían ser unas vacaciones muy merecidas...