Luego de aquella acalorada discusión con Forest la chica necesitaba descansar. Taesh la llevó a la única habitación del lugar y puso sábanas nuevas para ella, las condiciones no eran las mejores. La cama era algo incómoda y el panorama general no parecía ser higiénico, al igual que el cuarto en donde estaba Forest, las paredes estaban impregnadas de una humedad asfixiante y todo el lugar estaba marcado por un desagradable olor; aún así pudo dormir, estaba lo suficientemente cansada como para pasar por alto todo aquello.
Faith jamás había visto nada igual. Las dos alas del ángel colgaban de su cuerpo sin vida como las hojas secas de un árbol enfermo, de las puntas de las mismas, una sangre muy brillante goteaba y formaba un charco en el suelo de piedra. Sus ojos estaban abiertos pero inmóviles y en su cara había quedado tatuada una expresión de extremo horror, la misma que había puesto justo antes de que la lanza atravesara su pecho. Hannah estaba a su lado, con las manos empapadas de una sangre idéntica y el terror dibujado en el rostro, completamente en shock mirando sus dedos envueltos en rojo.
— Hermani...
Faith se sentó en la cama, estaba despierta pero no podía sentir el hedor de la habitación, parecía que sus sentidos habían desaparecido. Era la segunda pesadilla en tres días, estaba empezando a preocuparle aquello. Se levantó y se puso las botas, observó el teléfono y cayó en cuenta de que eran las siete de la mañana justo antes de ver un mensaje de texto que había recibido.
Nos vemos en la cafetería del hotel donde se hospedaba, a la una de la tarde. Vaya sola. Daniel.
Colocó el teléfono boca abajo sobre la cama y quedó unos minutos pensando en todo aquello, en todo el cambio que había sufrido en aquel tiempo. Pensó en si podría ir a la universidad, en si el esfuerzo de tantos años había sido en vano, en si eso realmente importaba. Se paró y salió del cuarto y encontró a un Forest golpeado, débil y lastimoso. No pudo evitar sentir lástima aún entrando en conflicto con todo el odio que le profesaba. Caminó y se ubicó a un metro de él, parecía dormido aunque lo más probable es que estuviera desmayado.
— No tuve opción, no quería hablar — explicaba Taesh por sorpresa mientras entraba por la puerta principal. — Igual no sirvió de mucho, no dijo una palabra.
— Y exactamente ¿Qué querías saber? — la chica se levantó y pronunció esto en tono molesto.
— Pareciera que intentas protegerlo.
— No veo la necesidad de torturarlo de esa manera — explicó ella — merece morir por lo que ha hecho, estoy dispuesta a matarlo cuando sea, pero me niego a formar parte de algo tan cruel como esto.
— O sea que no te importa convertirte en asesina, pero la tortura está más allá de los límites ¿Entiendes que matar a alguien que ha hecho tanto daño es un acto de compasión? ¿Has pensado en ello? Él merece sufrir, merece ser castigado por las cosas que arrastra.
— No te corresponde decidir eso, no te ha hecho nada.
— Eres demasiado débil todavía.
— Puede, quizá no tenga lo que se requiere para causar este tipo de dolor, quizá sea demasiado blanda para eso pero no lo hagas más, no te corresponde juzgar a nadie.
— ¿Y a ti sí?
— Tampoco, pero tengo motivos para hacerlo a diferencia de ti, tío.
— Haz lo que quieras, igual he terminado con él. El único motivo por el que sigue vivo es que lo necesitamos para llegar a su padre.
Taesh salió del local, Faith miró unos minutos a Forest pensando en cómo alguien que parecía tan.... Frágil, indefenso, podía haber matado a su padre y secuestrado a su hermana. No, no podía permitirse dudar, aquel ser delante de ella era el único culpable de toda su desgracia y debía pagar por ello. Aún así le lavó la cara magullada, lo despertó y le dió un poco de agua.
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La Nuera del Diablo
FantasyFaith Jennings acaba de graduarse de la preparatoria y de ser aceptada en la universidad de sus sueños. Para celebrar se embarca en un viaje a Hawaii con su hermana un año menor y su mejor amigo. En lo que deberían ser unas vacaciones muy merecidas...