Punto de vista de Nick Wilde
Recorrí con delicadeza su cálida espalda con las yemas de mis dedos, ella me seguía el beso y me desvestía con delicadeza. Solo me quitó el saco y la camiseta que llevaba debajo, dejando mi pecho desnudo. Sus labios llenos de desesperación y sus besos marcaban su nombre en mi piel.
-Judy..- No pude decir más, no podía pronunciar una oración en ese estado. No tengo control de mi cuerpo. Me siento como un títere siento usado por los hilos de la lujuria.
La lleve a la cama y la deje caer sobre el colchón. Solté el botón y bajé el zipper de mi pantalón ya que de repente se sentía muy ajustado. Me coloqué sobre ella y besé su cuello dando pequeños chupetones.
No sé qué me está pasando.
-¿Esto es lo que querías?- dije sin pensarlo - dime que soy yo el que te imaginas cuando te duchas. Sé que te masturbas cada que entras en la regadera-
Aprisione a sus labios de nuevo, sin dejarla contestar. Mis manos bajaron hasta sus glúteos y los manipulaba a mi gusto. Ella se sobresaltó al sentir mi mano y abrió los ojos por completo. Jadeaba con fuerza y se esforzaba por mantener la boca cerrada.
Su aroma, su cuerpo desprendía este olor tan exquisito, una mezcla de vainilla, rosas y otra fragancia desconocida. La vainilla siendo una de los extractos más demandados por la repostería, las rosas dan ese momento embriagador de noche de san Valentín, pero aquel toque era casi inexplicable, transmitía ternura con una parte instintiva de lujuria.
Subo la mano y aprieto uno de sus pechos , suave, con los pezones rosados y duros al tacto.
Punto de vista de Judy Hopps
Estoy muy nerviosa, nadie me ha tocado de esta forma. Nadie me ha tocado los pechos y se siente un poco raro como sus dedos jugan con mis pezones. No paro de jadear, ni de gemir, pero su mirada está llena de deseo. Y de repente su expresión se endurece y evita mirarme a los ojos.
Se detiene. - Tranquila, no te haré daño. -me dice en tono tranquilo, demasiado tranquilo, como si se contuviera de algo.
Me relajé un poco. Él dió un fuerte suspiro y tomó mis mejilla con una sola mano apretando mis labios y desesperadamente me besó de nuevo. Me estremecí al sentir su cambio de actitud.
Me dejé llevar, tomé mi papel de presa y permití que él hiciera lo que quisiera conmigo. No podía evitarlo, mi cuerpo lo pedía a cántaros, yo lo pedía a cántaros y él simplemente me lo está dando.
¿En qué momento me convertí en esto?.
Permití que mi cuerpo hiciera el resto del trabajo, mis piernas se enredaron en su espalda evitando que cambiara de opinión, mis manos recorrían su pelirrojo cabello atrayéndolo más a mi cuello mientras él me besaba, y mi boca soltaba su nombre junto con unos gemidos.
Sus besos subieron hasta la comisura de mis labios, luego se separó un poco de mi y lentamente metió dos dedos a mi boca. Me miraba con lujuria, sus dedos salían de mi boca y los volvía a meter, jugaba con mis labios dándome a entender que tenía que succionarlos. Los metió de nuevo y succione sus dedos lamiendo los un poco dentro de mi boca. Él frunció el ceño, excitado, dando fuertes gemidos.
No me había dado cuenta que escuchar a un hombre gemir por mi culpa es lo más exquisito que podía oír.
Sacó los dedos de mi boca y bajó la mano a mi entrepierna, mojando un poco los labios con sus dedos.
Al sentir sus manos me moví algo inquieta, aspire asustada y trate de quitar su manos.
-Espera, Nick..- bajé las piernas de su espalda, me alejé unos centímetros y coloque mi mano en su pecho dejándolo un poco.
ESTÁS LEYENDO
Agente encubierto Wilde
RomansJudy Hopps una estudiante de la Academia, era la tipica niña buena, siempre tenía buenas calificaciones, dispuesta a ayudar a otros, y siempre observaba el lado bueno de las cosas, pero un día todo su mundo cambio cuando fue secuestrada junto con su...