Agente encubierto Wilde

Juega conmigo una vez más

Punto de vista de Nick Wilde

-La cague- dije mientras tomaba un cigarrillo y me recargaba en el barandal.

-¿Y ahora qué? -dijo William.

-De la nada perdí el control.

-Espero que de la televisión.

Bajé la mirada -Estoy hablando enserio.

William dejó de fumar y aventó la colilla por la borda.

Su expresión cambió por completo -¿Tomaste algo con el jefe?.

Asentí lentamente con una mirada de preocupación.-Solo alcohol.

William simplemente cerró los ojos y frunció el ceño.

-No tome drogas ni nada de eso. -agregué

-Jack, la bebida está alterada. -dijo mirándome a los ojos.

Me quedé quieto unos segundo procesando sus palabras, luego fruncí el ceño al notar mi estupidez. -Mierda.

-¿Qué sentiste?.

-Al principio me sentí mareado, luego mi cuerpo tomaba control de sí mismo. Llegue a mi habitación y al cruzar la puerta, vi a Judy solo con una prenda muy tentadora. La desvestí y le di sexo oral.

Hubo un silencio incómodo, oía el lejano golpear del agua contra una superficie sólida.

-La cagaste a lo grande.

-Ya lo sé.

-¿Qué piensas hacer ahora?.

-No tengo idea. Supongo que darle su espacio.

-¿Qué te dijo ella?¿Estaba asustada?

Inhalé mi cigarro para luego soltar todo lentamente.

-Creo que a ella le gustó. -dije con inseguridad. -Cuando desperté ella estaba dormida y salí de inmediato a buscarte.

-La verdad no sé qué podría decirte, pero tendré que informar lo antes posible. No es nada personal solo protocolo.

-Lo sé, lo entiendo. -el fuego había llegado a mis dedos, solté inmediatamente el cigarrillo y pisé la colilla.

A lo lejos los hombres del jefe le hicieron una señal a William. Todos ellos tenían una mujer de la subasta, lo que me enfermó es notar como ellas tambaleaban con un rostro de resignación. No imaginaba las cosas horribles que le pueden haber hecho y en estos lugares era todavía peor, violadas, drogadas y torturadas por el simple placer de esos psicópatas.

-Están drogadas ¿cierto?- dije sin dejar de verlos.

-Si. -William se acomodó el saco y dio algunos pasos hacia enfrente para luego dar media vuelta. -Deberías hablar con ella, debe estar muy asustada. -sin decir otra palabra siguió su camino hacia los hombres mientras sacaba un cigarrillo de su cajetilla.

Observé el paisaje que brinda el océano y decidido fui en busca de alcohol. Caminé entre los hombres y observé de reojo a las chicas que se encontraban desnudas en la piscina. Pasé por unas largas puertas de cristal para encontrarme con el casino bar, las luces de las máquinas se reflejaban en mi rostro y el sonido ensordecedor estaba en todo el lugar. Llegué a la barra y pedí algunos caballos con vodka. Me empeine cada uno de ellos azotando el vaso en la barra de caoba.

-Juder. -dije sintiendo como ardía el alcohol en mi garganta. Alcé la mano pidiendo otra ronda y en menos de un segundo estaban listos en la barra.