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Cuando Hyunjin se lo llevo de nuevo a la sala de prácticas luego de comprar bebidas, pensó que quería hablar en privado otra vez, pero cuando Hyunjin paso primero a los vestidores, dejándolo solo supo que no seria así.

Así que se quedó ahí, sentado y mirando para todos lados hasta que el ruido de la puerta lo distrajo, quedando de nueva cuenta embobado al ver a Hyunjin con la ropa adecuada para poder estirar y bailar.

— ¿Por qué te cambiaste?

—Para estirar me tengo que cambiar—sonrió.

—Ah...entonces ¿Qué hago aquí?

—Me vas a acompañar, si quieres solo ver porque no puedes no hay problema...

— ¿Insinúas que no puedo? —preguntó ligeramente ofendido, pero sin quitar la sonrisa de la cara.

— ¿Puedes? —sonrió con cierta malicia, ya se había lanzado el reto.

—Espérame aquí...—tomo su mochila y salió de la sala de prácticas rumbo a los vestidores, 5 minutos después regreso con la ropa con la que entrenaba en el club de lucha.

Hyunjin estaba sentado en el piso, esperándolo, cuando lo vio entrar sonrió al verlo tan serio, claro que la sonrisa se le fue cuando empezó a estirar ¡el maldito podía hacer un Split casi completo! Faltaba poco para que llegara el piso, pero eran escasos 10 centímetros.

Y al parecer la sorpresa en su rostro era muy obvia porque de nuevo lo vio sonreír de esa manera tan alegre con una ligera burla pintada.

—No tedia idea...

—Ya te había dicho que para poder hacer buenas patadas tienes que tener buena flexibilidad en las piernas. —Después de eso regresó a su posición inicial y tomó un poco de jugo— ¿quieres que te ayude a intentarlo?

Se lo pensó, era una oportunidad para estar cerca pero el mismo se conocía, no sería capaz de abrir tanto las piernas.

—Podemos intentarlo...

—Bien.

Entonces Felix se levantó y la tortura para Hyunjin comenzó.

Y nada más se aguantó los gritos de dolor porque no quería que nadie fuera antes de tiempo, menos ahora que estaba abrazando a Felix, aunque no pudiera emocionarse por el dolor.

Lo intentaron un par de veces, pero al final el rubio decidió parar, era demasiado para él.

—Es oficial, no voy a poder bailar hoy—lloriqueó recostado en el piso, utilizando las piernas de Felix como almohada.

—Lo siento...—se disculpó al mismo tiempo que acariciaba su cabello.

—No pasa nada—sonrió y tomo su mano, apegándola más a su rostro—Pero saliendo de aquí me tendrás que cargar.

—No veo el problema.

—Bien—cerró los ojos y dejó que los mimos siguieran hasta que la campana les dijera que era el momento de que Felix se fuera, lo cual paso unos 15 minutos después.

—Te veo en los vestidores al terminar la practica ¿bien? —dijo Felix recogiendo las botellas de jugo y su mochila.

—Está bien—dijo aun sin levantarse del piso.

— ¿Seguro estas bien? —se acercó de nuevo.

—No siento las piernas...

— ¿Tan así? —y la preocupación se pintó en su rostro.

—Si...

— ¿Es muy necesario que ensayes hoy? ¿Los chicos pueden hacerlo sin ti?

—Si, pero sé que si no estoy presente no lo harán—hizo un puchero.

FEELINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora