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El domingo llegó y con ello una plática seria entre Chan y Felix, estaban sentados en comedor, desayunando las ricas galletas de chocolate que Felix había hecho hace no mucho junto con un vaso de leche fría.

—Channie quería hablar contigo sobre algo...

—¿Qué pasa Lixie?

—Es sobre Hyunjin...

—¿Te hizo algo? —y ahí estaba la mirada de la que Hyunjin siempre hablaba, ahora entendía porque el pelirosa le tenía tanto miedo a Chan.

—N-No, no me hizo nada, es solo que hoy va a venir porque es 14 pero tampoco te quería dejar solo, así que vamos a estar los 3 aquí...

—Está bien, sabes que no tengo problemas con que el venga a verte...

—Si lo sé, pero el asunto aquí es...—respiró profundo y los soltó—¿podrías... intentar llevarte bien con él? Y no solo fingir que él no está ahí... ¿por favor?

—Bueno, claro que podría, si el no bajara la cabeza y entrara en "modo tieso" cada que me ve.

—Tal vez él no se pondría así si cada que lo ves le dirigieras una mirada normal.

—Mi mirada es muy normal.

—Conmigo si, con los demás también, pero con el... lo miras como si quisieras golpearlo.

—Eso no es cierto—respondió haciendo un puchero.

Y es por eso que Felix no le creía a veces ¿Cómo es que su adorado Channie podría ver a alguien mal si era la persona más buena y bondadosa del mundo?

Pero recordó la mirada de hace unos pocos minutos, esa tan dura y fría, dando una advertencia más que una amenaza.

Suspiró.

—Chan... si es cierto... con el sí al menos, tus ojos cambian, lo miras como si quisieras golpearlo.

—Sabes que lo golpearía si te hiciera algo.

—Lo sé, pero no me ha hecho ni me hará nada...

La habitación se quedó en un tenso silencio unos minutos, Felix sabía que Chan estaba debatiendo en su cabeza sus próximas palabras.

—Solo te estoy cuidando—dijo en voz baja y con un poco de culpa, el mismo sabía que su mirada cambiaba cada que veía al alto, pero no podía evitarlo, veía a Hyunjin como una posible amenaza a la felicidad de su pequeño Lixie, y eso lo ponía alerta, desde siempre había cuidado al menor...

Le era imposible luchar contra ese instinto paterno que tenía sobre él.

—Lo sé, sabes que te adoro por eso, pero él no va a romperme el corazón—tomó las manos de Chan sobre la mesa y las acarició con suavidad.

—Ojalá así sea, porque si llega a pasar odiaría tener que decirte te lo dije.

—No vas a tener que hacerlo, tranquilo, sé que Hyunjin es incapaz de ello, me lo ha demostrado, así que por favor... ¿puedes intentar no asesinarlo con los ojos cada que lo ves? —pidió con ojos suplicantes.

—Está bien—dijo en un suspiro—¿Seguro que no huira si intento entablar una conversación con él?

—Ya hablé con él también, dará su máximo si no lo ves feo.

—Está bien ¿se va a quedar a dormir?

—No, mañana tenemos escuela, así que no.

—Bien—dio un suave apretón en las manos del menor y siguieron desayunando, Hyunjin llegaría más tarde, así que tenían tiempo para acomodar la casa y arreglarse.

FEELINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora