Había pasado una semana de aquel fatídico dia, ahora acudía a clases con mi omega amigo, buscando un motivo o excusa para acercarme a aquel alfa castaño.
El habia llegado, su rostro la primera vez que me vio fue de sorpresa, se acercó a mi con una sonrisa de medio lado que lo hacía verse aun mas atractivo - No solo vas a verme bailar si no que ahora me sigues?.
- Asi que me recuerdas?
- Fuiste el unico que puso un billete en mi pantalon sin medir su espacio personal.
- Dejame decirte que me gustó tanto como bailabas que quiero bailar como tu - el sonrío - Soy Yuri Plisetsky - le di la mano.
- Otabek Altin, eres amigo de Yuuri?.
- Si, somos amigos, aparte seremos familia, se casará con mi hermano.
- Eres hermano de Viktor? - asenti.
- Lo conoces?.
- Claro, Viktor me gruñia cada que me acercaba a Yuuri, ahora que sabe que no tenemos nada, nuestra relación es más cordial.
- Perdona a mi hermano, tiene actitudes muy infantiles.
- No te preocupes, ama y cuida a Yuuri, estoy feliz por ello.
La clase comenzó, calentabamos siguiendo a Yuuri, el me habia enseñado varios pasos tenia buena agilidad, la usaría a mi favor.
Bailabamos a su ritmo, aquel omega azabache sabia bien como utilizar el pole dance a su favor, se movía con destreza, llegaba a ser demasiado sensual sin caer en lo vulgar, desbordaba seguridad cuando se movia, era un encanto para tus ojos, ahora entendía porque mi hermano estaba tan enamorado de el.
No me refiero al hecho de que pudiera ser sexy en la pista, me refería a que era un alma libre, un alma sin rencores, un alma que podia ser el perfecto equilibrio entre amor y deseo, una persona segura, un omega valioso, un buen amigo.
Tomaba algo de agua tratando de saciar mi sed, cuando aquel castaño bailaba al lado de Yuuri, I see red, se movian frente a la pared, bailaban de manera sexy, un baile de pareja, una complicidad, un encanto mutuo, veia aquel cuerpo tonificado ser tocado por Yuuri, podia causar emociones excitantes al mirarlos de cerca, pero faltaba algo, deseo, me imaginé por un lapso de tiempo ser yo, quien fuera descaradamente coqueto, tocando su cuerpo sin ningun rastro de decencia, pararme tras de el, tocar su marcado abdomen, siendo arrinconado en el piso, mientras el elevaba mis piernas, estoy seguro que mi mirada jamas ha dejado de ser lujuriosa.
La voz de Yuuri me sacó de mis pensamientos - Viste bien la coreografía? - asenti - tu bailaras con el Yuri - ambos nos sorprendimos - quiero que aprendas a bailar en pareja - conocía bien la mirada del azabache, esa mirada sujerente, una mirada que me decía sus verdaderas intenciones y no lo pasaría por alto.
El castaño solo reía - No creo que el este a mi nivel - le dijo al azabache.
- Quieres ver que si? - le respondí.
- Veremos... - aquella mirada seria era una de sus mejores cualidades, estaba embelesado en su manera de mover su cuerpo, en la forma en la que atraía mi atencion, como si tuviera fuerza de gravedad propia, poco a poco me fui acoplando a el, la forma en la que podía hacer que mi cuerpo reaccionara a su toque.
Leroy seguia en su aventura, a mi poco a poco me dejaba de importar, era como si mi cuerpo se hiciera inmune al veneno de su traición, mientras que el alfa castaño comenzaba a ser mas consciente de mi.
Era como si mi presencia poco a poco comenzara a inquietarlo mas, y ese era mi mayor objetivo, ese alfa movia mi mundo, cada vez más sus toques en mi piel ardían, quemaban, estaba perdido, perdido en aquel bosque que significaba su existencia.
Me miraba atento, cada movimiento, no podia estar más complacido, no dude en mover mi cuerpo al ritmo de la musica, siendo coqueto, algo que no era, pero eso no importaba, solo importaba la manera en la que mis manos resbalaban por su piel, y como esta se erizaba ante mi toque, estaba llamando su atencion y eso me llenaba por completo.
Habia llegado a casa, siendo las 9 de la noche, un mensaje previo de aquel alfa con un "no me esperes para cenar", prendí el televisor sin nada que ver, me meti a bañar metiendome en la tina, escuchando aquella música de los 80's en mis audífonos y cerré los ojos, dejandome guiar, haciéndome soñar.
Me veia en un hermoso lugar, un hermoso jardin con flores diversas, la luz de la luna iluminandome, mientras bailo tomado de la mano, de un alfa caballeroso que me ama, quiza los anhelos de encontrar el amor no se han ido, quiza aquel niño amoroso, no murio como pensé solo se escondio sin querer volver jamas, pero mi corazon se acelera al descubrir que aquel alfa es aquel bailarin que conoci en aquel bar.
Me levanto asustado, a punto de tirar mi celular en la bañera, haciendo movimientos ninjas tratando de impedirlo, seco mi cuerpo y me dejó arrastrar por mi cansancio.
El dia comienza, preparo como siempre un poco de fruta para almorzar, llegué demasiado temprano al estudio, estoy solo con aquel alfa, quien trae una playera mas apretada de lo normal, copio sus movimientos, me hago uno a su ritmo, sus manos han comenzado a rozar mas de mi espacio personal, su mano toca aquellas partes de mi abdomen que están visibles con aquella playera pequeña que se sube al mover mis brazos, llegando al borde de meter sus manos, tocando mi espalda, haciéndome sentir preso de sus toques, se acerca a mi dejándome ver sus pupilas dilatadas, me sujeta de mi cadera, me arrincona a su cuerpo sin posibilidad de huida, nuestras miradas se cruzan, me dejo llevar y me acerco lentamente a el, observando sus labios, pidiendole con la mirada que me bese, y el beso llega un beso necesitado, un beso que nació en medio de un baile.
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Tu no sabes amar
FanfictionA Yuri Plisetsky le rompieron el corazón, pero encontró el remedio para su tristeza y fue nada mas que Otabek Altin, aquel bailarín de tan conocido centro nocturno. El error no es tener un encuentro casual, el error es enamorarse cuando no debia hac...