Me senté en la sala, después de que volviera a correr al baño, más bien me dejé caer en el sillon para llorar como un niño de nuevo, el me abrazaba, estabamos en silencio, mi celular sonaba insistente, Yuuri se levantó a buscarlo en medio de todos esos retratos rotos en el piso, dejó de sonar cuando lo tuvo en la mano - Es JJ, te esta llamando.
- No contestes, da lo mismo.
- Debe haber una explicación?.
- Si claro que debe haberla, las típicas excusas cuando justificas infidelidad, como la clásica me sentía solo, o que te parece el típico, solo fue una vez, no sabía lo que pensaba, ese tipo de excusas tontas, que me dirá y no pienso oirlas.
- Si es verdad, debió dar indicios, o algo, no puedo creerlo.
- Si los dio, solo que fui muy idiota como para justificarlo - me levanté del sofa, fui a llenar mi copa de vino de nuevo.
Si, habia dado señales, señales de su torrido romance, señales que como idiota quise negar, el era un alfa que ahora maneja un auto último modelo, no uno de segunda mano, que tiene en sus manos las carreras de varios idols en potencia, un alfa que ya no trabaja de mesero en algun bar de mala muerte, un alfa atractivo que no perdió el tiempo en buscarse un amante.
Recientemente habia encontrado varios indicios, varios tickets en su auto, estados de cuenta donde habia gastos en lujosas boutiques, o centros nocturnos, lugares que el no frecuentó conmigo, regalos que no eran para mi, pero la soledad es convenientemente selectiva, te hace tenerle miedo, te hace aceptar incluso las migajas de amor con tal de que ella no se quede a tu lado, acepté todo, aunque moría por dentro, aunque estaba consciente que eso solo me destruiría.
Estaba consciente que su piel y caricias ya no me pertenecían solo a mi, me decidí a aceptarlo, decidí a esperar que su aventura pasara, pero hoy ya no pude más, llegué al borde, llegué al borde de mi mismo, hoy mi corazon dijo basta y mi razon dijo ya fue suficiente.
- Sabes Yuuri, a veces aceptamos lo que creemos merecer, acepté sus excusas, sus ausencias frecuentes e injustificadas, pero ya fue suficiente, no merezco un amor a medias.
- Sabes que si quieres llorar aquí estaré, si quieres huir tambien, si quieres golpearlo lo haremos, estoy seguro que Viktor ni yo permitiremos que te deshagas.
- No importa como me sienta, no importa que sienta que mi mundo se desmorona, solo quiero llorar lo suficiente para no llorar frente a el, no pienso darle el gusto.
- Qué quieres hacer? - mi celular volvio a sonar, un mensaje suyo, que Yuuri leyó , bufo con sarcasmo, me dio el movil para que leyera sus idioteces
" Amor te siento muy intranquilo estas bien?"
- Jodido idiota... maldito idiota!!! - estabamos enlazados, eramos compañeros, sentía lo que yo sentía, eso fue lo me que hizo ir a su oficina, eso fue lo que me hizo no estar tranquilo, eso fue lo que me ha hecho no poder dormir, eso fue lo que me abrió los ojos, porque senti toda la excitación contenida y no era yo el causante.
- Sabes algo Yuuri?, no voy a quedarme a llorar por ese imbécil - dije limpiando mis lágrimas.
- No claro que no... ni yo te lo permitiría, te vas a cambiar de ropa, te pondrás lindo, y vamos a salir de este lugar, qué te parece? - asenti, minutos más tarde el llegó sorprendentemente con el auto de mi hermano, manejó vários minutos, me sentía desolado, pero no había vuelta atras, no era el hecho de que dejara de amarme, ni mucho menos aquella situación en como lo encontré, era lo que juraba todos los dias, eran sus mentiras y su falta de sinceridad lo que mataba mi alma.
Llegamos a un bar, muy conocido de nuestra ciudad, un bar con servicio de acompañamiento, alfas y omegas trabajaban en aquel sitio, las luces neon, lo hacian mas llamativo, la escasa luz y los meseros con ropa corta te hacia ver la realidad de donde estabamos - Nunca me imaginé que tu frecuentaras este lugar - le dije a Yuuri.
- Un amigo mio trabaja aqui, estoy seguro que nos daran bebidas gratis - entramos al lugar, la musica era estridente, gente de todos los generos y sexos, con tragos en sus manos, dinero en sus bolsillos dispuestos a tocar y tener placer con alguno de los bailarines.
Pasaron unos minutos, cuando lo vi caminar, un chico castaño, con un pantalón negro ajustado, y su torso descubierto, con uniforme de policía, contorneaba su cadera de un lado a otro, su presencia era efervescente, desbordaba seguridad, seriedad y testosterona, un alfa condenadamente atractivo, con unos bien formados pectorales, y unos gluteos bien redondeados que se veian sexys con aquel atuendo, le sonrió a Yuuri, para ir directo a el.
Yuuri y aquel castaño platicában, no tardaron demasiado, en rodearnos con atenciones como clientes vip, lo vi desaparecer entre la multitud, antes de que apagaran las luces, pero mis ojos se dirigieron a aquella retaguardia, era una tentación andante, un alfa que me hacía dejar de lado toda moral y decencia.
Las luces se apagaron y la música comenzo a sonar, Gimme more, comenzaba a tocarse a lo alto, y aquella representación de masculinidad se subía al escenario, movía aquella cadera de un lado a otro, sus bíceps eran contraidos con maestria, se me hacia agua no solo la boca de mirar a semejante hombre bailando, la tentación subió a mi límite, cuando aquel chico se sacó el pantalon de un solo movimiento, un boxer negro resaltando su miembro, me sentí morir, un calor que inundó mis sentidos, crucé mis piernas tratando de ocultar mi erección, estaba a mi límite al borde de saltarle encima y pedirle que me hiciera un desastre.
Me imaginaba tenerlo entre mis piernas, un deseo que aumentaba mi libido, mi corazón latia a mil, y peor aun al sentir ese rocio de sus feromonas en el ambiente, el sabia muy bien como utilizar sus dotes de alfa para excitarte solo al olerlo, madera y pino, su existencia era un bosque, y yo quería perderme en el.
ESTÁS LEYENDO
Tu no sabes amar
Fiksi PenggemarA Yuri Plisetsky le rompieron el corazón, pero encontró el remedio para su tristeza y fue nada mas que Otabek Altin, aquel bailarín de tan conocido centro nocturno. El error no es tener un encuentro casual, el error es enamorarse cuando no debia hac...