Especial

3.8K 402 197
                                    


¿Necesitaban los detalles? Bien, aquí los tienen 🛐🌈💅

🍩🍩

Los besos aumentaron con cada roce de ambas manos por debajo de sus prendas. No sabían como habían llegado a tal grado de querer ser uno, pero la tensión que estaban viviendo hace varios días se rompió en este instante, confesandose ambos que se sentían igual el uno con el otro. Querían fundirse en besos, en gemidos placenteros y miradas lascivas llenas de coqueteos. Estar juntos.

- a-ah Tanaka... Vayamos a la cama... - dijo entre suspiros pero volvió a ser callado por el rapado con una nueva conexión de labios moviéndose entre los suyos, además de sentir esas grandes manos sobre su trasero. Al aparecer sería el de abajo... No le importaba, quería sentir esa carne ya erecta de Tanaka dentro suyo para rellenarlo tal como un bizcocho. - a-ah si... Tocame más ahi...- era un maldito caliente -

Ya a los minutos después, siendo llevado en brazos por Tanaka, fue dejado con suavidad sobre la cama. Observó con los ojos algo nublados por el placer como el bulto en la entrepierna de Tanaka crecía, así que sin vergüenza se la acarició de arriba hacia abajo con entusiasmo.

- esta ansioso por salir... - se mordió su labio inferior con sensualidad mirando con los ojos entrecerrados como Tanaka comenzaba a sacarse sus pantalones junto a sus bóxer, dejado ver esa carne viril a su exposición -

-...¿Me ayudas?

No tuvo que decir nada cuando tomó de los hombros al contrario y esta vez lo dejó acostado sobre la cama. Se quitó su camiseta dejándola a un lado por la calor del momento y repartiendo besos por el marcado abdomen del mayor bajó hasta comenzar a lamer la puntita del miembro, llegando a lamer todo su largo para acabar por meterlo de lleno a su boca, con un exquisito vaivén. Los suspiros y jadeo a roncos de Tanaka lo volvieron loco, más cuando esos dedos comenzaron a jalarlo del cabello para que lo hiciera más rápido. No se negó, en verdad le encantaba.

Unas lamidas más y ya estaba el liquido pre-seminal saliendo de aquella roja puntita para que fuera el lubricante. Ansioso volvió a subir para besar los labios de su amante y unos dedos un tanto húmedos se colaron en su entrada. Fue raro al principio pero era esencial para que esa cosa entrara de una vez por todas y no le doliera tanto.

- a-ah... Tanaka, eso se siente raro... Pero bien, mnhg...más. - gimió en el oído de Tanaka y este solamente le dio un nuevo beso apasionado enredando sus lenguas con deseo, acariciandole sus mejillas con tal suavidad que le estremeció todo su cuerpo y piel. -

- ya estas listo bebé... Necesitamos el condón... - pero fue callado al instante por lo último, haciéndole saber que Ennoshita quería tenerlo todo sin estropeos. Querían hacerlo al desnudo completamente y no pudo negarse, esos ojos de Ennoshita suplicantes lo convencieron. -

Ya listos ambos, con aquella voz ronca por la excitación a flor de piel, dejó que Ennoshita lo montara y se veía feliz por ello, lo supo cuando ansiosamente tomó su pene entre sus manos y lo metió despacio hasta que estuvo todo adentro. Ambos soltaron unos suspiros y se miraron diciendo "lo hicimos, somos uno"
Estaban felices con las mejillas rojas por los sonrojos y sus pechos subían y bajaban.

Montar, eso es lo que estaba haciendo Ennoshita, montar a Tanaka había sido una fantasía sexual que había tenido días antes. Pero claramente hacerlo en la vida real era mejor que en los sueños.

Saltaba y saltaba haciendo rebotar sus nalgas contra los muslos de Tanaka y estos sonaban como aplausos en toda la habitación. Ricos chapoteos.

Tanaka lo tomó de las caderas para hacerlo adentrarse más a profundidad y ayudarlo a moverse en un vaivén más certero y placentero que volvió locos a ambos. No callaron sus jadeos jamás, querían escuchar ambos orgasmos.

Tanaka y sus dientes curiosos mordieron sus pezones, lamiendo y mordiendo toda esa parte dejándole varias marcas que durarían varios días.

Y luego de eso fue puesto en cuatro para empezar una nueva ronda donde el mando de Tanaka era tan fuerte y demandante. Una embestida, dos embestidas... Fueron diez embestidas con mordidas sobre su espalda donde volvieron a venirse. Tanaka llenando a Ennoshita y Ennoshita ensuciando sus apreciadas sábanas.

La noche cayó y ambos estaban acurrucados, abrazados entre las sábanas intentando recuperar sus alientos. Había sido tan...fantástico. Y no pudieron decir nada, terminaron tan cansados que se durmieron al instante con los corazones palpitando y sus estómagos con mariposas revoloteando

🌈Estaban felices🌈

Donas para el caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora