capítulo doce: oh dios.

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— ¿vas a hablar o vas a seguir callada, ______? — negan se notaba tenso parado enfrente de mi.

luego de habernos encontrado a daryl y a mi juntos, se notó extrañamente tranquilo ante la situación y nos separó.

— ¿qué se supone que tengo que decir? — me movía en mi silla, y él sólo se limitada a caminar de un lado a otro, esperando que yo hable.

— no sé, supongo qué... ¡porqué mierda estabas con él ahí adentro!¡eso sería un buen comienzo! — comenzó a gritar, erizando los pelos de mi piel, sólo pude quedarme mirándolo y él al reencontrarse con mis ojos, se notó arrepentido de haber gritado, pero luego sólo suspiro y apretó el puente de su nariz — ¿lo conoces?

suspire y me intenté levantar de mi asiento, dónde estaba siendo interrogada.

— ¡quédate ahí! — su voz se notaba sería y enojada, no quería hacerlo enojar más así que me volví a sentar, sintiendo cómo la rabia subía por mis venas.

— no tengo nada que decirte, negan — escupí mis palabras con desprecio — sólo me parece algo no humano dejar a alguien ahí adentro y darle comida de perro! —

— ¡pues al parecer no comió comida de perro!¡ya que tu con tu estúpida bondad le dabas de nuestros suministros! — levantó más la voz, mirándome mientras podía ver cómo las venas saltaban por su cuello

— ¡al menos soy mejor qué tú! — me levanté de la silla, poniéndome enfrente de él — ¡lo conozco!¡el es mi amigo! y no voy a permitir que alguien cómo tu... le haga algo — fruncí el ceño, el miraba mis ojos, respirando con dificultad — esto se terminó, la charla se terminó

lo miré de arriba a abajo y abrí la puerta, saliendo de ahí y caminando hacia la salida con un leve picor en los ojos.

busqué entre los pasillos una habitación, mi habitación desde el principio de todo. entré, recordando y sintiendo nostalgia con sólo ver el pequeño cuarto.

vi un pequeño ropero a un lado de la pared y me acerqué, sacandome el vestido y los zapatos. buscando entre este encontré una ropa más decente para salir de aquí y ser más rápida que los zombies.
me coloqué las zapatillas, atandolas bien y me miré en un espejo medio roto que había.

en espejo roto me traía recuerdos, no muy buenos, así que suspiré y me até el pelo, haciéndome una cola y me coloqué una gorra.

busqué con mi vista mi cama, me arrodille y levanté el colchón, ahí estaba, una pistola la cuál había estado guardada tanto tiempo ahí, junto a unas más o menos quince balas dentro de una pequeña bolsita de tela. revise el cargador, contando otras quince balas más, eran suficientes para sobrevivir al menos ahí afuera, la pistola no tenía silenciador, así que tenía que ser cuidadosa.

saqué de mi ropero un cinturón dónde podía colocar la arma y un pequeño cinturón para el muslo, dónde podía colocar un pequeño cuchillo. suspiré y también encontré una pequeña mochila entre los rincones de la habitación, guarde las balas y miré hacia la puerta, viendo si nadie entraba.

cuándo confirmé que nadie rondaba por ahí, me acerqué al ropero de la habitación, me coloqué a un lado y comencé a empujarlo, intentando hacer en menor ruido posible, una vez corrido del todo, vi una madera puesta para tapar algo, la agarre con mis dos manos y empuje levemente, sacando la de ahí y revelando in agujero en la pared. miré de nuevo la puerta y salí por el agujero, desde fuera tape este.

me levanté, limpiando mis piernas, mirando al rededor, estaba fuera, realmente fuera, había salido del santuario y adelante mío sólo se podía ver árboles, lo que me daba cierta desconfianza siquiera acercarme, pero lo hice y comencé a caminar por este, intentando seguir todo recto para no perderme. era tranquilo dentro se todo, ya que en estos tiempos nada lo era.

encontraba sesos por todos lados, lo cuál hizo que sacara mi cuchillo de la funda, mi mano temblaba, hace mucho que no hacía esto y eso me daba miedo, él no recordar la adrenalina que era tener un zombie adelante.

me adentre más al bosque, encontrando un pequeño campamento destruido, revisé las carpas destrozadas y sí lo pude encontrar una pequeña hacha.

mientras revisaba tranquilamente una carpa, escuché fuera ruidos de pasos, acomode mi cuchillo en mi mano y me acerqué a la salida de la carpa, vigilando un poco fuera. no se veía nada, así que salí despacio y agachada.

miré a mi alrededor y negué, levantándome.

pero de pronto algo cubre mi cuello, haciéndome soltar un pequeño quejido, a lo que pude ver, otra mano cubrió mi boca y la que estaba en mi cuello tenía un cuchillo apretando mi piel.

me sorprendí y me moví, intentando sacarme las manos de encima, pero no podía, eran muy fuertes. obte por una cosa que me había enseñado dwight. pise con todas mis fuerzas el pie del extraño, mientras mi codo se estampó sobre su costado y mi boca se abrió, mordiendo fuertemente su mano, el extraño soltó un quejido y me soltó, me escapé de sus brazos y saqué mi arma, mirándolo por primera vez, era un hombre, levantó su vista hacia mi mientras estaba en el suelo, abrazando su estómago.

lo miré, lo patee en el pecho para que cayera y puse mi pie en este, apuntandole con él arma, mientras los dos respirabamos agitados.

— ¿quién mierda eres? — gruñi, mirando cómo el ponía sus manos al costado de su cabeza.

— m-me llamo aron... — su voz se notaba entrecortada, mientras miraba la punta de mi arma — ¿vas a disparar?

— no.... digo, ¿por qué no? — bajé el seguro a mi arma y sentí como algo se posaba en la parte de atrás de mi cabeza

— déjalo y nadie saldrá herido — la voz de una mujer se hizo presente detrás mío, una la cuál me traía recuerdos

me giré levemente, mirando sólo el arma apuntando en mi cabeza. suspiré y tiré el arma, levantando los brazos, mirando a aron levantándose del suelo, una risa femenina se mostró detrás de mi, cruzando por mi lado y ayudando a aron, la miré, casi ahogandome con mi saliva a tenerla como un vago recuerdo.

— la chica te dio una paliza — me miró, riendo.

aron rodó los ojos y agarró mi arma del suelo, mirando el cargador.

— ¿pueden soltarme ya?, se me cansan los brazos — suspiré y en arma en mi cabeza bajó, haciéndome girar por inercia.

me sorprendí al ver la cara de dos personas en particular, mis ojos se abrieron y mi boca estaba seca.

— ¿______? — las dos voces me hablaron, sorprendidas igual que yo.

— oh, dios mío..... — maldeci para mis adentros, soltando una pequeña sonrisa — los encontré

𝗵𝗼𝗽𝗲. (𝗇𝖾𝗀𝖺𝗇 𝗒 𝗍𝗎) - PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora