Las personas seguían pensando que nadie podría comparar la cercanía que tenía Wei Ying con Lan Wangji, eso hasta que Zhou Zi Shu se convirtió en su único y más cercano amigo.
Los malentendidos para ellos y sus acompañantes no se hicieron esperar.
D...
El camino a la posada fue tranquilo, de vez en cuando hacía paradas para acomodar a Ke Xing sobre su espalda o porque simplemente necesitaba un pequeño descanso, había mandado un mensaje a A-Xiang diciéndole que llegarían hasta el día de mañana y cuidara de su dicipulo. La luna era lo único que iluminaba su camino, el silencio de la naturaleza le calmaba.
La posada frente a ellos tenía un par de linternas encendidas, después de recojer el número de su habitación subió las escaleras y entro al lugar, una habitación no muy grande lo cual no parecía problema. Pero en realidad se quedó quieto al darse cuenta que la habitación solo contaba con una cama.
Lo sentimos, es la única habitación que tenemos disponible
Genial, solo tenía la opción de dormir en el suelo si haci prefería
Regreso a la habitación después de tratar de conseguir otra habitación o algunas cobijas extras para improvisar algo en el suelo, pero fue un fracaso y tendría que acomodarse junto a Lao Wen
—Lao Wen, a un lado no seas asi— trato de empujarlo con cuidado de no despertarlo, pero parecía una roca. Trato de hablarle pero solo sé quejaba en respuesta.
Suspiro, un poco más y se rendía. Pero fue justo cuando Ke Xing se dió media vuelta en la cama, quedando de costado y con un libre espacio para acostarse. No lo pensó dos veces y se acomodo de manera rápida, no sabía cuándo se daría la vuelta.
Aunque la cama era amplia se sentía un poco incómodo, sentía que cualquier movimiento le haría despertar al otro y por mucho que lo negara no quería hacer eso. Sabía las constantes pesadillas que sufría, comprendiendo cuánto les costaba dormir prefirió no interrumpirle. Cerrando los ojos relajo su respiración en busca del mundo de los sueños, pero el viento que se filtraba por la ventana no le dejo tan fácilmente.
A punto de levantarse cuidadosamente y cerrarla, uno brazo fue puesto sobre el
—A-Xu...— el joven detrás de el hablo somnoliento, le agarro en un abrazo impidiendo moverse de su lugar.
—Ke Xing, dejame— tiró el brazo a un lado dejándole libre, pero no duró mucho cuando el otro le jalo de las tunicas.
Sin muchas opciones decidió quedarse ahí, talvez solo era cuestión de tiempo para caer dormido, boca arriba contemplaba el aburrido techo, quería dejar su mente en blanco y así consolar el sueño, pero le estaba siendo más tardado de lo que pensó.
De nuevo sintió un brazo encima de el.
Oh, y una pierna también ¿Acaso era una almohada?
—A-Xu...eres tan calientito— la voz adormilada le susurro prácticamente en el oído, Zi Shu quiso reír porque pocas veces eran las que veía a Lao Wen tan pequeño e infantil.
Esta vez no hiso nada, no protesto ni alejo su cuerpo del otro porque en realidad haci ya no sentía el frío viento. La manta que cubría a Ke Xing la acomodo sobre los dos con el brazo izquierdo (el único libre), el menor acomodo su cabeza en el pecho del otro. De verdad le había tomado como almohada.
—Descansa Lao Wen— dejo reposar su mano en la espalda del chico, haciendo pequeñas palmadas como si se tratara de un niño pequeño.
Poco tiempo después pudo cerrar los ojos en paz, perdiéndose en un profundo descanso.
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