« talking to the moon »

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" at night when the stars light up my room
I sit by myself talking to the moon
trying to get to you

—o—

• un pequeña viñeta improvisada porque mi inspiración se avivó de momento y hay que llorarle al EreMika que, por cierto, es canon :') •

—o—

Cuando él susurraba su nombre en sueños, ella despertaba sollozando y buscando aliento.

No fue real, él no está aquí.

Prendía con prisas la lámpara y comprobaba su soledad para, entonces, a solas y a oscuras, darle rienda suelta a su llanto desconsolado. Abrazaba su almohada con todas sus fuerzas y sabía bien por experiencia que, la oscuridad, como única testigo y usual compañía en noches cómo esta, jamás la juzgaría por las lágrimas que empapaban sus sábanas.

Detestaba eso, lo sentía tan cerca, tan corpóreo y real aún cuando ya estaba despierta...

Había convivido tres años ya con aquello. Despertarse sudando de madrugada luego de haber soñado con unos ojos grises observándola de lejos, sus labios curvados en esa sonrisa dulce que conocía tan de memoria. Lo reconocía de inmediato con tan sólo escuchar su voz y nuevamente sus heridas (esas que nadie podía ver, las que llevaban su nombre escrito) volvían a sangrar. Su sistema entero de creencias se derrumbaba y lo que creía enterrado en el pasado volvía a atormentarla en cuanto la luna se alzaba en el firmamento.

Sin embargo, Mikasa estaba convencida que no había sido creada una tortura más dulce y reconfortante que sentir sus brazos envolverse alrededor de su cintura y permitirse a sí misma respirar su aroma, disfrutar de su efímera compañía y el cálido abrazo en el que todo dolor se convertía en un mito y, aunque fuera sólo por instantes que ni siquiera eran reales, sentirlo tan suyo como lo fue alguna vez.

Vivir de recuerdos, y verle a través de ellos, quererle. Tenía las fotos de ambos en un cajón de su closet, guardadas con tanto cuidado como si fueran la joya más valiosa, y de cierta manera, lo eran. Allí descansaban varios de sus días más felices y junto a ellos, su bufanda: opaca y cargada con tanta nostalgia que Mikasa no se creía capaz de utilizarla de nuevo sin echarse a llorar como una niña pequeña.

Lo extrañaba, la vida se le iba extrañándole. A él, a esa calidez suya que le hacía tanto bien a su alma, el sonido melódico de su risa. Simplemente Eren.

Y eso es todo lo que bastaba para hacer que sus ánimos decayeran. No podía esperar el día que su recuerdo (que a veces brindaba consuelo y a veces era el verdugo que se encargaba de hacer doler aún más su corazón ya hecho trizas) le haga sonreír. Que pueda contar sus anécdotas con una sonrisa de oreja a oreja y no con las lágrimas cayendo como ríos desbocados por sus mejillas sonrojadas, decir lo mucho que lo quería y cuan presente lo tenía sin sentir que un vacío que le comía las entrañas y se le hundía la vida.

El primer año había sido el más difícil. Y aunque Mikasa ya era un alma rota, se sentía más hueca. Sus ojos grises ausentes y su voz tan lejana como el pasado en el que siempre vivía. Había adelgazado y apenas hablaba. Le preguntaba al cielo qué había hecho para merecer aquello. Armin juraba visitarla seguido ahora que residía en Shiganshina y aunque él dijera que era para disfrutar de la compañía de una vieja amiga, Mikasa sabía muy en lo profundo que también quería cerciorarse de que seguía viva, al menos físicamente, puesto que el rubio era más que consciente del vacío permanente que sentía. En ocasiones, él también compartía con ella lo mucho que lo echaba de menos, al mismo Eren y a los buenos y viejos tiempos. Si le pedían sinceridad, Mikasa diría que no supo cómo sobrevivió al primer año viviendo por su cuenta y en resumen: sola y en un lugar rodeado de fantasmas de su pasado. Pero Shiganshina había sido una parte fundamental de su vida y supo siempre que cuando todo terminara, regresaría allí.

El segundo año, visitó Hizuru. La insistencia de Kiyomi le pudo y alentada por sus amistades, sobre todo por Armin y Jean, decidió conectar con sus raíces. Sin embargo, la vida real y los tratos por conveniencia no fueron lo suyo y volvió a donde pertenecía y a los suyos más pronto de lo esperado. Los meses pasaron y creyó haber sanado hasta que, de frente a su tumba, los recuerdos afloraron una vez más. No tuvo forma de contener el llanto.

Las noches se volvieron más amenas el tercer año. La soledad le había terminado asentando y había creado su propia rutina. Al menos ahora, no se echaba a llorar en el viejo árbol de la colina donde descansaba Eren y su vida social había incrementado al Armin y los demás asentarse también en el Muro María. Los veía satisfechos con su pequeño progreso. Había aprendido a medias a convivir con su fantasma, con los arrepentimientos de lo que pudo haber sido y nunca fue. Qué ojalá no hubiera terminado de tal manera, que ojalá hubiera sido honesta con él y consigo misma esa noche y que quizás así lo tendría a su lado, que ojalá Eren hubiera sido el indicado; pero no lo fue, y debía sí o sí lidiar con ello.

A veces creía verlo mientras caminaba en la calle, sólo que al voltear o al cruzar la esquina el espejismo ya había desaparecido. Y así sucesivamente, con su voz, detrás de su reflejo y en pequeños detalles de su día a día.

Había Eren, bailando con ella bajo la lluvia, Eren en los atardeceres más cálidos, Eren cuando soplaba la brisa, en el viento (libre, presente aunque no visible) que le despeinaba el cabello largo que él siempre alabó y ahora se daba el lujo de tener. Eren, cuando miraba a las estrellas y éstas brillaban con más intensidad. El verde grisáceo de sus ojos en prácticamente todo su alrededor. No había manera de soltarlo por completo y tampoco es que aquellas fueran sus intenciones.

También había Eren en ella: cuando pudo al fin sonreír al recordar el roce sus manos, cuando decidió volver a usar su bufanda y en como lo sentía presente cada día más.

No había necesidad de seguirle hablando a la luna y preguntarle si algún día las heridas sanarían, cuando sin darse cuenta, estas ya habían cicatrizado.

—o—

No hay palabras, sólo llanto, angst y sufrimiento :(
Fue un placer haber leído este manga con ustedes y ver el desenlace (trágico pero maravilloso). Me duele pero tampoco esperaba un final Disney. Voten si les gustó; pronto subiré algo más elaborado y más angst MUAJAJA ?)

isa🌸.

One Shots; EreMika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora