-Lucia yo amo a Roberto, no quiero casarme con otro hombres que no sea él. - Roberto es un trabajador de la finca que por años a profesado su amor por ella, aun a sabiendas que la familia no permitiría tal relación.
-¿Que podemos hacer al respecto...
El momento llego. La ceremonia dio comienzo, parte de mis nervios se tranquilizaron cuando la familia Bristal no se presento a la boda que supuestamente seria de su hija tal y como Emely me lo prometió.
En todo el discurso que el sacerdote pronunció yo estaba sumergida en mis pensamientos y preocupaciones, ahora había hecho un trato con él, solo al recordar sus palabras mi cuerpo se eriza.
*Quiero poner de mi parte para que este matrimonio sea de lo mas agradable para los dos. *
El haber aceptado implica cumplir como esposa y es algo a lo que he tenido miedo desde que llegue aquí sin embargo ya no puedo dar marcha atrás ahora que las ultimas palabras del sacerdote son pronunciadas.
-Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia. - mis ojos se posan en él que con una encantadora sonrisa obedece. Su beso fue muy tierno y aun en los ensordecedores que eran los aplausos pude escuchar sus palabras.
-No puedo esperar para hacerte completamente mía. - lo que he retrasado este tiempo va a suceder, no podre negarme ahora que la boda ya se realizo.
En el banquete trate de beber lo mas que pude para perder el conocimiento en nuestra noche de bodas sin embargo los nervios que tenia me mantenían sobria.
Ya no puedo seguir prolongándolo por mas tiempo así que ya al terminar la fiesta subí a la habitación y prepararme para lo que me esperaba. Me cambie tranquilamente pero la tranquilidad no duro lo suficiente, la puerta se abrió y por ella apareció él con una cara de depredador haciéndome sentir una presa que ya a sido cazada.
Se acerco lentamente haciendo que mis nervios explotaran y ya no pude contenerme mas.
-Yo... Yo lo he pensado y no puedo cumplir con nuestro trato. - él parece no escuchar lo que estoy diciendo porque comienza a quitarse la camisa.
Ver sus abdominales completamente desnudo corto mi respiración, sin pedir permiso me beso de manera diferente al beso de bodas, este era desesperado pero mi sorpresa fue grande cuando él me lanzo literalmente a la cama.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Cariño te dije que no me voy a detener ahora que ya eres mi esposa. - se subió sobre mi cuerpo para besarme, acariciar me y en un abrir y cerrar de ojos yo ya me encontraba totalmente desnuda ante sus ojos.
