Capítulo 7.

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Me observo con una esplendida sonrisa en el espejo del baño, llevo puesto un vestido negro suelto y unas zapatillas del mismo color, está vez me maquille liso.

Luego de que Daniel me tocara con sus dedos maravilla, me comentó que una de mis amigas vive a pocas cuadras de aquí. No me dijo cual de todas, pero con tal de ver a una me conformo.

—Emma, ¿Ya estás lista? — Me pregunta Daniel detrás de la puerta. Doy un breve repaso a mi rostro y abandonó el baño.

—Estoy lista. — me mira de arriba a abajo.

—Te ves hermosa. Me dan ganas de desnudarte — me dice acercándose a mí, levanto mi mano deteniéndolo.

—Primero mi amiga y después habrá sexo ¿Bien?

—Bien.

Engancho mi brazo con el suyo y salimos de la habitación, pasamos por el pasillo y bajamos las escaleras donde Lucas y Chris nos están esperando.

Después de unos minutos llegamos a una extraordinaria casa, estos lobos sí que son ricos. Hay muchas casas, una seguida de la otra, la del lado izquierdo son color marrón (Algunas tienen plantas colgadas en sus ventanas) Las del lado derecho, sus paredes exteriores son de piedras.

Caminamos hacia la puerta principal marrón, esta se abre mostrando a una seria Alison. Me suelto de Daniel y corro hacia ella, ambas caemos al suelo, sin importarme que la haya aplastado la abrazó con fuerza.

—Ali.

—Emma.

Extrañe a está pequeña ogra.

Alzó la mirada al ver una mano posarse frente mío y la tomó.

—Gracias.

Un chico de cabello castaño y ojos grises me sonríe. Siento que la mano de Daniel se envuelve alrededor de mi cintura tirándome hacia él ¿Cómo se que es Daniel? Simple, por su olor. Daniel huele a tierra mojada, no es desagradable es adictivo.

No sé cómo explicar, pero estaría con mi cabeza enterrada en su cuello todo el día. Apoyo mi mano sobre la suya logrando que deje de estar tensó.

—Tranquilo, no te la voy a robar. Ya tengo a mi chica — comenta divertido mirando de reojo a Alison.

—Emma, ven.

Juntas caminamos y no puedo evitar observar todo, esta casa parece para once personas. Es muy elegante, tiene muchos objetos de vidrio y mucha iluminación. La cocina es más grande que la de mis lobos.

Tomó asiento en un banco quedando frente a frente con Alison, ella se ve como cansada, pobre deben estar volviéndola loca.

—¿Quieres algo? — pregunta amablemente. ¡Amablemente!

Niego algo aturdida ¿Por qué no está gruñendo como siempre o diciendo algún comentario sarcástico? ¡Me cambiaron de mejor amiga!

Me mira fijamente por unos segundos y niega con una pequeña sonrisa, ya me descubrió.

—Te lo follaste.

—Solo a uno.

Me faltan los otros dos, todo a su tiempo.

—Emma.

—¿Qué? No lo pude evitar, su dedo maravilla me obligó.

Ese dedo es mi perdición.

—¿Dedo maravilla? Mejor no contestes no quiero saber, ni pasaron dos días y ya te lo tiraste.

—¿Es que no lo viste?... Dios — muerdo mi labio recordando como esta Daniel vestido, mi mente pecadora recuerda el momento en que se desnudo frente mío — esas piernas, esos brazos y tiene un mie....

—No, no. — pone su mano en mi boca deteniendo mi discurso de mi hombre.

¿Le dije mi hombre?

Me gusta como suena eso.

Mi hombre.

Suelto una carcajada al ver su cara de asco.

—Guardatelo para ti.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Te lo tiraste?

—No, no me desperté y tuve sexo.

Ahí está la Alison de siempre.

—Que aburrida, ¿Hace cuánto no lo haces?

—Emma.

—Contesta.

—¿No te vas a detener hasta que no te conteste verdad? — asiento con una sonrisa, me conoce tan bien — Creo que seis meses.

Un jadeo sorprendido escapa de mis labios.

—¿¡Seis meses!? — Estoy que no me lo creo — Santa mierda esa vagina está pidiendo a gritos ser follada.

—No todo es sexo, Emma.

—¿Te masturbas? ¿Te va el otro bando? Si es así, no hay problema. — tomo su mano por encima de la mesada —. Te apoyo, no como crees, si no como amiga...¿Se entiende?

—Emma — se queja y golpea mi mano.

—¿Qué? No te quejes, es que no logro entender como una chica preciosa como tu no se acostó con nadie estos seis meses.

Se encoge de hombro como si nada, yo no podría vivir sin tener una sacudida en mi vida.

—Cambiemos de tema. ¿Viste lo que son?

—Sí, el chico que te ayudó a levantarte me lo dijo después de que lo golpeara.

—¿Lo golpeaste? — le pregunto a punto de reírme.

—Es lo que dije.

—¿Por qué?

—Quería besarme.

Amo a Ali.

A todas las quiero por igual, pero siento que con Alison tenemos una conexión especial.

Detengo mi risa y la miró preocupada.

—¿Crees que Astrid y Emily están bien?

—Lo están, son fuertes además el idiota de Maiden me dijo que "Cuidamos, protegemos y amamos a lo nuestro" Así que están a salvo con sus lobos.

Eso espero.

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EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora