Capítulo 16.

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Hace unos meses mi amiga Emily se casó con el precioso de su novio Evan, él tiene lo suyo, pero mis hombres no se comparan.

Ese día lleve un vestido violeta con escote V, tenia que mostrar mis nenas, unos tacones negros y me maquille.

Los tres se pusieron como locos al verme con el vestido y me encantaron sus reacciones ¿Saben por qué? Porque tuve sexo, mucho sexo y del duro. Lo más gracioso es que "Intentaron" convencerme de no ir con él a cambio de tenerlos.

Rio, recordando cómo cada uno me tomó en su cuarto, no lo he hecho con los tres. Todavía.

Recuerdo la noche caliente que tuve con Chris.

Me acerco a él hasta que solo hubo un metro de distancia entre nosotros, mi mano se levantó y la apoyó sobre su pecho.

Mis ojos subieron a los suyos y pude ver cómo sus pupilas se dilataban a medida que mis dedos paseaban por su abdomen. El cual está muy marcado.

Una de sus manos sube hacia mi cuello y me acerca de un tirón hacia el.

Que rudo.

Sus labios tomaron posesión de los míos, suspiro cuando su lengua entró en guerra con la mía.

Sostuvo mi rostro entre sus manos para darle más profundidad al beso, deslizo mis manos hacia sus glúteos y lo acercó más a mi.

Gruñe excitado.

De un solo movimiento me obligó a rodear la cintura con mis piernas y se giró para estrellarme contra la pared de su habitación.

Gimo en sus labios y su boca desciende hacia mi mandíbula y luego hacia mi cuello, en donde succiona y muerde robándome unos jadeos.

Lo siento aspirar mi aroma.

—Emma, haces que pierda el control — Susurra con la voz ronca — quiero hacer las cosas despacio, pero tu me lo pones difícil.

Muevo mis caderas haciéndolo gruñir.

—Chris. — lo miro.

—Sabes que no seré dedicado ¿No? Estuve mucho tiempo sin ti, y no tienes idea cuánto me muero por estar dentro de ti una y otra vez.

—Ah, joder. Eso me puso más caliente.

Ríe.

Se presiona contra mí haciéndome notar lo duro que está.

—Por favor — le suplico, mi vagina pide a gritos ser follada por él.

—Mierda. — se separa de mí y se baja la cremallera de su pantalón, vuelve hacer que enrede mis caderas en su cintura y entra de una estocada haciéndome gemir.

Empezó a moverse con fuerza.

—Oh — gime en mi boca.

Sus manos fueron a mis glúteos y los apretó con fuerza al mismo tiempo que yo comenzaba a acompañarle con sus movimientos.

Muerdo mi labio.

Si que sabe moverse.

Volviendo al presente estoy esperando que la rojita salga del baño para ver si está embarazada o no. Emily sale del baño pálida.

—¿Y? ¿Qué dio? — le pregunto ansiosa.

—Estoy embarazada.

—¡No me jodas! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! — bailo emocionada — ¡Espera! Soy la madrina ¿No?

Frunce el ceño y me mira molesta.

—¿Estás bien? Acabo de decirte que estoy embarazada y me saltas que si vas a ser la madrina.

EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora