Capítulo 8.

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Estoy decidida a acostarme con los otros dos, ya pasaron cuatro días y no lo he logrado. Estuve planeando algunas cosas e investigué a mis dos presas, Lucas es tímido, dulce e inseguro, lo he pillado observarme los labios pero nunca da el primer paso y Daniel me comentó que nunca tuvo novia que él siempre me espero, fue el único que me ha sido fiel. Mi corazón se calentó ante ese gesto, Daniel también me dijo que él es el mayor de los tres, después sigue Chris y por último Lucas.

Aceptó que me puse celosa de saber que Daniel y Chris compartieron una chica hace mucho tiempo. Alguien más probó a mis chicos.

Chris es frío, reservado y serio. Va a ser algo difícil hacerlo caer en mis redes, pero a mi nada ni nadie me detiene.

Primero voy a empezar con Lucas.

Debe estar en su cuarto, por lo que sé es que le gusta mucho la arquitectura así que está armando un edificio para las personas que vienen a visitar su manada. La conocí, no tengo palabras para describirla es....alucinante. Todo este mundo lo es.

Abro la puerta y efectivamente está ahí.

—Hola — lo saludó entrando y cerrando la puerta a mis espalda.

—Hola, Emma. — sus ojos brillan y se acerca a mí dejando unos papeles en la mesa que tiene a unos metros de la cama —. ¿Sucede algo?

—Soy una persona muy honesta y no me gusta dar vueltas — me acerco a él a paso lento, veo que traga saliva — te deseo.

Sus ojos se abren sorprendidos ante mi declaración y también veo un brillo de lasciva igualito al de Daniel.

—Yo no sé qué decir.

Nervioso mira hacia otro lado, tomó su rostro en mis manos y rozó mis labios con los suyos, entreabre los propio.

—Emma — súplica.

No tiene que suplicar más que estampo mis labios con los suyos, nos besamos de forma lenta y suave. Pongo mi mano en su cuello para acercarlo más a mi, sus labios principiantes me siguen, pronto le enseñaré.

El beso se rompe y nuestros ojos se miran con ansias.

—¿Qué sucede? ¿Quieres parar? — arqueó una ceja.

—¡No! — me contesta enseguida, sus mejillas toman un color rojizo — Solo es que.....no he estado con ninguna chica.

—Entonces déjame ser la primera. ¿Quieres que sea tu primera vez?

Mordiéndose el labio asiente decidido, vuelvo a besarle, los labios de Lucas ya no lucen tímidos sino más bien ansiosos. Mientras nos besamos lo hago retroceder haciendo que se siente en el colchón de la cama. Me alejo de él provocándome que me haga un tierno puchero, me llevo las manos a mi blusa y me la quitó, él observa todos mis movimientos. Llego a mi corpiño, su mirada baja a mis pechos y una sonrisa crece en mi cara al verlo mirar mis senos con deseo, también me quito el short y quedó en bragas.

—Emma — balbucea.

No he terminado de desnudarme que ya siento el calor emanando entre mis piernas, me llevo las manos a cada tira de las bragas y bajo la suave tela, levantó una pierna y luego la otra dejando las bragas en el suelo. Me acerco a un ansioso Lucas y miro el bulto que se formó en su short.

—Tócame — demandó.

Lo hace.

Inexperto y nervioso empieza a tocar mis pechos, mientras los mira como si fueran la octava maravilla. Por alguna extraña razón me encanta ver a esos ojitos rojos verme como si fuera la única mujer en la faz de la tierra. Muerdo mi labio reprimiendo un gemido cuando estruja mis senos, retrocedo apartándose de sus maravillosas manos.

—¿Hice algo mal?

—Claro que no, el problema es que yo estoy desnuda y tú no — le susurro impaciente, muero por sentirlo.

Lo ayudó a ponerse de pie y me permitió desnudarlo, estos hombres están bien dotados. Acaricio su miembro envolviendo mis dedos alrededor y apretando, Lucas gime y mueve involuntariamente sus caderas para tener más contacto con mi mano.

Sonrió y lo empujo sobre la cama, me ubicó encima suyo. Sus manos se atreven a recorrer mi cuerpo desde mi espalda hasta mis glúteos.

Es todo un curioso.

—¿Estás listo?

—Si.

Agarró su miembro y alzando un poco mi trasero me inclinó, apoyó mis manos en sus hombros y bajó lentamente provocando que entre centímetro por centímetro.

Jadeó al tenerlo por completo.

Gruñe.

Al principio me muevo lento haciendo que disfrute estar dentro mío, pero después comienzo a moverme a mi antojo. Quiero que me recuerde siempre, que sea yo la única que lo lleve al abismo. Las manos de Lucas se ubican en mis caderas y echa la cabeza hacia atrás, se ve tan candente haciendo ese movimiento, coloco mis manos en su torso y lo hago salir para dejarlo entrar de golpe. Esta estocada se sintió increíble, él levanta la cabeza encontrándose con mis ojos verde lujuriosos, hay una capa de sudor sobre su frente.

Me tiro para al otro lado generando que él quede arriba.

—No se como..yo no...

—Tranquilo. — tomo sus mejillas haciendo que sus ojos perdidos me miren —. solo muévete.

Empuja sus caderas y yo jadeo —¿Así?

—Si.

Yo prefiero ir a lo violento, pero esto no está para nada mal, al contrario sus estocadas se sienten sublimes, únicas. Arqueó mi espalda y gimo, mi gemido fue un detonante para él porque sus estocadas se volvieron fuertes como a mi me encanta.

—¡Ah! ¡Si! — envuelvo mis piernas en su cadera para sentirlo más y echó la cabeza hacia atrás, jadeo, sus gruñidos me tienen encendida.

Él me está follando como un animal, estoy creando a un monstruo, la sensación de piel con piel de nuestras intimidades me enloquece, es mi segunda vez sin condón. Mis pechos rebotan con cada empuje, vuelvo a mirar esos ojos intensos y el orgasmo nos golpea a los dos. Él cae a mi lado con la respiración agitada.

—Eso fue..

—Increíble.

Gira su rostro para mirarme.

—¿Cuándo lo volveremos a hacer?

Me río.

—Cuando quieras.

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EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora