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El dolor puede ser la forma más terrible de sentirte vivo, pero al final es la que más te enseña.
Elena Poe.

Nos adentramos en el pueblo guiados por Paul. Abarcaba tres manzanas y parecía haberse construido a mano, desde las casas hasta las calles de tierra y las aceras de madera.

- ¿ Te encuentras bien ? - le pregunté a Enoch.

- Por supuesto que si - respondió - ¿ Por qué no habría de estarlo?

- Es solo que hace un rato vomitaste hasta tu alma - le recordé - Te ves pálido.

- No te preocupes por mí alma, sigue intacta para desgracia de todos - dijo divertido - El problema fue que pasé unas mil infernales horas en el interior de un incómodo maletero. Creo que incluso llegué a experimentar claustrofobia en un par de ocasiones.

Enoch me preocupaba. Sentía que en cualquier momento caería inconsciente al suelo. Se veía más pálido de lo normal , pero nunca aceptaría que le pasaba algo. Así era él. Tal vez mi preocupación estuviese influenciada por algo más, por nuestra historia en común, pero eso no lo hacía más fácil. Pensé en nuestro último beso, y supe que nunca existió algo llamado olvido. Lo seguía amando.

Estábamos en 1935, nos explicó Paul, y el bucle de Portal se había creado durante la peor parte de la Gran Depresión. A pesar de todo, la gente había plantado flores y elegido pintura de colores alegres en cada lugar. Reinaba una atmósfera alegre y acogedora.

- ¡ Paul ! - gritó alguien .

Una chica de unos quince años corrió hacia él.

- No llamas, no escribes ¿ qué te pasa ?

- Lo siento, Alene. Tengo prisa.

- ¡ Prisa ! - exclamó enojada - ¡ Llevas dos años fuera !

- He estado liado.

Otras dos chicas se acercaron. Paul nos las presentó como Jules y Fern, sus hermanas.

- Gracias por traerlo - dijo Fern - Espero que no os haya causado muchas molestias.

- En absoluto - respondió Jacob - Nos ha hecho un favor enorme.

- ¿ Podemos hablar con la persona que esté a cargo dr todo esto ? - dijo Emma.

- Esa sería Miss Annie - dijo Jules.

- Miss Annie lleva aquí más tiempo que nadie - dijo Alene - Si tienes una pregunta o necesitas consejo, acudes a ella.

- ¿ Podríamos verla ahora ? - pidió Emma .

- Creo que está durmiendo - dijo Alene .

- Pero quedaros a cenar - propuso Fern - Elmer ha preparado su famoso cordero de setenta y dos horas y Miss Annie nunca se lo pierde.

No lo pensamos dos veces, íbamos a quedarnos a cenar.

Paul nos guío hasta una bonita casa con cortinas en las ventanas y un jardín del tamaño de un sello de correos repleto de flores. Nos limpiamos la tierra y el polvo del camino y luego Paul nos llevó a un gran patio compartido entre varias casas en el que habían preparado una gran mesa para la cena . Cuando nos pusieron delante los humeantes platos de cordero con patatas, arrancamos trozos de pan y bebimos jugó de naranjas. Estábamos extremadamente hambrientos.

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