Capitulo 1

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– Sabia que aquí te encontraría.

No levante la vista porque reconocía perfectamente la voz, Nate se sentó a mi lado, seguí tocando una de mis tantas canciones favoritas de piano.

— ¿Me vas a extrañar?

Deje de tocar para mirarlo.

— Claro que si, chapulín — él me sonrió al escuchar el apodo que le había dado en español, que en realidad es la forma en la que su mamá se dirigía a él de forma cariñosa.
— ¿Cuándo irás a verme?
— Si fuera tan fácil, me hubiera ido contigo.
— Es verdad, creó que pediré cita de una vez para que nos podamos ver en un año.
— No es mala idea — Nos sonreímos, continúe tocando el piano — Consideró que mi competencia es el piano, Pebe.

Cuando éramos pequeños no podía pronunciar bien mi nombre así que siempre decía Pebe, por lo cual esa era la forma en la que él me decía.

– Lo siento – Volví a dejar de tocar, pero es que es inevitable no hacerlo, tocar el piano era una de mis cosas favoritas que había heredado de mi padre y aunque mi mamá intentó aprender se rindió rápido, pero no lo hizo conmigo y le doy gracias por eso — No es justo que tengas que regresar.
— Yo también tengo obligaciones en Nueva York, según mi papá.
— Dirigirás tu propio reino, chapulín.

Él puso cara de fastidio.

— ¿Y si huimos juntos? — sonrió como si fuera una excelente idea y tal vez lo era.
— Siempre que lo propones, ya sabes cual será mi respuesta.
— Lo sé, pero me gusta proponerlo porque algún día pueda que cambies de idea.
— No lo creó, pero gracias, me siento halagada que sea yo la persona que escojas para huir aunque no me sentiré mal si decides decirle a Becca — me burlé.

Reí por la cara que puso de fastidio.

— Gracias por recordarlo.
— Es una detestable persona, en primera no sé como pudiste andar con ella.
— Conmigo nunca fue así.
— No le convenía.
— No es mala, Pebe.
— Si tú lo dices.
— Lo qué pasa qué te puso celosa, porque pensaste que me perderías.
— Y lo hice por un tiempo, pero doy gracias que has recapacitado.
— Bueno en algún momento tomamos malas decisiones.
— Es verdad, aunque tú has tomado las peores.
— No exageres, cuando te toque a ti creó que no parare de fastidiarte.

Mi pequeño chapulín era de enamorarse muy rápido de las personas, yo era todo lo contrario. Me gustaba experimentar con los hombres, aunque mis padres no lo sepan nunca pienso casarme, no quiero a alguien que quiera más mi título que a mi, es muy difícil encontrar a alguien así y la única persona que encuentro es mi mejor amigo.

Inconscientemente suspire.

— No pasará porque soy muy inteligente. Ya sabes que me gusta sólo tener con ellos, no pretendo enamorarme, no sé si lo hacen por mi persona o por el título que represento.
— Ya veremos.
— Si llegará a pasar — él me sonrió divertido — Si llegará — puntualicé — No dejes que me vuelva una idiota por el amor.
— Lo prometo.

Alzó su dedo meñique, cruce el mío con el de él. Nos miramos, éramos cómplices, mejores amigos.

Todos absolutamente todos creyeron por un tiempo que éramos novios, pero mi chapulín era demasiado para mi, jamás arruinaría algo como lo que tenemos por amor.

Esa clase de amor, del cual no nací.

— Consideró que deberíamos volver a la fiesta.

Rompió nuestra mirada.

— Estás fiestas son aburridas.
— Es porque no puedes tomar, están tus padres, pero si vieran las fotos que tengo tuyas.
— ¡Cállate! — le di un pequeño golpe en el brazo.
— ¡OUCH! — se quejó aunque sé que no le había dolido.

The Throne || Secuela de la saga Real Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora