Toda mi vida me han dicho que estaba destinada a la grandeza, qué gobernaría una nación, pero lo que nunca me dijeron era la carga que con lleva serlo.
Me enseñaron cómo debe comportarse la heredera al trono, sin embargó me encuentro en una encruci...
+21 ADVERTENCIA: contiene escena sexuales, consumo de sustancias, que pueden ser fuertes para algunas lectoras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amanecí con algunas marcas de la noche anterior, para ser honesta no recordaba mucho, desde la ultima vez que había tenido sexo con tres hombres, lo volvimos a repetir otra vez.
En la fiesta de anoche la cual está muy borrosa porque antes de llegar Jacob y yo, bebimos y nos dopamos.
Mes y medio desde que no habló con mis papás e incluso Nate a Jacob no le agradaba mucho, y Nate no es que se haya comportado como un buen amigo últimamente.
Por esa razón deje de llamarle e insistirle, Jacob me dijo que era lo mejor.
"No los necesitas, me tienes a mi"
Me había comentado Jacob.
Tal vez tenía razón.
Pero no dejaba de preguntarme muchas cosas y en ocasiones cuando estaba un poco lúcida si estaba correcto, en estar peleada con mi familia.
—Hoy no quiero salir. — estaba un poco cansada de tantas fiestas y mi cuerpo lo estaba reflejando. —He quedado con nuestros amigos, pequeña. —Me dio un besó en la cabeza. —Vamos. —No tengo muchas ganas, Jake. —Conozco algo que puede levantarte. —No quiero hoy. —No sé que te pasa últimamente Phoebe. —¡SOLO NO QUIERO SALIR HOY! —¡PENSÉ QUE TE GUSTABA! —¡ME GUSTA! y me gusta porque a ti te gusta es por eso más que nada, pero me gusta más estar contigo. —no seas aburrida, Phoebe. —¿Ya no te basto? —Si, solo que quiero divertirme hoy.
Me enojo que dijera eso, y lo empujé.
—¡largo entonces! —Cálmate Phoebe.
Empecé a empujarlo con enojo.
—Se que te gusta más ella.
Le pegue en el pecho lo más fuerte que podía, me agarró fuerte y me empujó lo que hizo que cayera al piso.
—No permitiré que sigas golpeándome —dijo con enojo en los ojos, un rostro que no había visto.
Mi corazón golpeaba mi pecho.
—¡ME VOY!
Sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo al escuchar esas palabras.
—¡ESTOY HARTO!
Como pude me arrastre hasta él y lo agarré de las piernas.
—Perdóname, por favor. No me dejes, te necesito. Te amo Jacob —le dije mirándolo desde mi posición. — ¿Me amas? —el se agachó para quedar a mi par. —Si, no puedo vivir sin ti.
Él me sonrió otra vez esa sonrisa que no sabía cómo interpretar. Me besó y lo recibí gustosa.
—Ya no iré a la fiesta. —murmuró triste. —No, está bien vamos. —¿en serio? No quiero que hagas algo que no quieres. —Yo solo quiero estar contigo. —Gracias pequeña.