El Reino del Sol y el Reino de la Luna han estado enemistados por eternidades. Ambos reinos son muy diferentes entre sí. Especialmente en cuanto a religión se refiere. Nosotros, adoramos a la bella y sabía Mysiat, la diosa luna y su séquito. Mientras que ellos, rinden culto a Adlaw, el dios sol y a sus acompañantes. Ellos veneran la fuerza, mientras que nosotros respetamos la destreza. Uno de sus caballeros sin mucho problema podría acabar con cuatro de los nuestros y apenas cansarse, pero antes uno de nuestros arqueros le metería una flecha por el yelmo. Ellos buscan el vigor de la juventud y nosotros, la sabiduría de la vejez. Ellos viven en la luz del sol, mientras que nosotros vivimos bajo los rayos de la luna. Su piel es bronceada y está curtida por el sol, mientras que la nuestra es clara y suave. Podría seguir con las diferencias, pero no me alcanzaría la vida.
En tiempos de paz, no es raro ver a solares rondando las tierras lunares, o viceversa. Existen relaciones comerciales entre ambos reinos, incluso de vez en cuando llega a establecerse un lunar en territorio solar o al revés. No hay ninguna regla que prohíba la convivencia entre solares y lunares, lo único que hace falta para mantenernos alejados son nuestras diferencias culturales, religiosas y un sinfín de guerras entre ambos reinos. Además, solares y lunares somos de sangre caliente y muy buena memoria.
Esta guerra, inició por problemas fronterizos. Hace muchos años, la frontera era controlada por una fuerza donde la mitad eran solares y la otra mitad, lunares. Esto se acordó porque así se creía que la frontera, mejor conocida como el Eclipse, sería custodiado por una fuerza neutra, ni controlada por los solares ni los lunares. Pero esto no fue por mucho tiempo, comenzaron a haber disputas entre solares y lunares al punto de que estaban demasiado ocupados peleando entre ellos que protegiendo las fronteras. Por ello, hubo un concilio entre los gobernantes de ambos reinos en el que se acordaron los límites de las fronteras entre ambos reinos y también se decidió que quiénes controlara la frontera, serán los eclipsares, hijos de lunares y solares. Los eclipsares nunca han escaseado en los Reinos del Sol y la Luna, las guerras por aquí son constantes, y al terminar, siempre dejan desgracia, muertos, cosechas quemadas, hogares destruidos, huérfanos, lisiados y eclipsares, frutos de la violación de los saqueos. A estos tres últimos siempre ha sido más un acto de misericordia matarlos al terminar la guerra que dejarlos vivir, ¿qué van a ser un lisiado y un huérfano más que volverse una boca más que alimentar?, ¿por qué un eclipsar querría vivir entre una sociedad en la que no encaja? Un eclipsar, es repudiado por todos, incluso de su propia madre, nunca se llegan a sentir totalmente cómodos con ninguno de los dos Reinos, así que sus vidas se reducen a dos opciones, vivir en el desprecio de quiénes lo rodean y ese constante sentimiento de no lograrse identificar en ninguno de ambos reinos, o unirse a la guardia del Eclipse, el único lugar donde pueden aspirar a ser alguien. Un grupo de cazadores solares, cruzaron el Eclipse y mataron a algunos de nuestros ciervos. El problema no fue que cruzaran la frontera, lastimosamente existe una simbiosis entre ambos reinos y no podemos independizarnos por completo, así que es normal que haya solares en el Reino de la Luna. En fin, ese grupo de cazadores tuvo la desgracia de toparse con oficiales fronterizos y fueron ejecutados al momento, sin dar aviso a sus superiores. Cuando el jefe de los oficiales fronterizos, un tipo algo blando para ese puesto y más aficionado a los postres que a su trabajo, se enteró, envió los cuerpos de los cazadores, junto con una compensación monetaria, a sus respectivas familias en el Reino del Sol.
Los familiares de los cazadores tomaron más como una burla la entrega de los cuerpos que como una compensación. Exigieron la ejecución de los hombres del Eclipse que habían asesinado a sus cazadores, decían que había sido un plan orquestado por el rey Percival, mi padre y rey de los lunares. Desde luego que tal petición fue descartada al instante, los eclipsares se mantienen al margen de los conflictos de los Reinos. Obviamente, aquellos granjeros se lo tomaron como otro insulto, así comenzaron los problemas. Al principio, los granjeros solares comenzaron a hacer pequeñas excursiones al Reino de la Luna donde arruinaban las cosechas de los lunares y robaban sus animales, los lunares respondieron estas afrentas. Los ataques fueron subiendo de nivel, hasta que lord Hubert Grenzmond, señor de Mondberg del Reino de la Luna, el asentamiento lunar más cercano al Eclipse, envió a un grupo de caballeros defender sus tierras. Lord Gylbard Gelfer, señor de Doralia del Reino del Sol, el asentamiento solar más cercano al Eclipse, respondió a los caballeros que lord Grenzmond había enviado. Cuando ambos señores hubieron mandado a todas sus fuerzas, pidieron ayudas a sus respectivos reyes quiénes no tardaron en dar respuesta y enviar ayuda al Eclipse.
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La Arquera
RomanceEl Reino del Sol y la Luna han estado enemistados por eternidades, siempre es cuestión de tiempo para que la guerra estalle y el momento ha llegado. Wilhelmina Hetterstern yace acostada en su celda, capturada por los solares. La desesperanza y la cu...