Obligado.

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Apenas se separó del abrazo del estudiante de medicina, (T/N) se encaró de nuevo al grupo de aspirantes y su enfoque se centró en un joven que sonreía a su llegada. Ella se acercó con cierta timidez. Sintió la necesidad de taparse la boca con una mano para ocultar la radiante sonrisa y aquellas lágrimas traicioneras que querían seguir cayendo. El arquero la recibió con alegría cuando la chica alzó los brazos y le abrazó. (T/N) era un desastre nervioso que oscilaba entre el llanto y la risa. Pokkle la sostuvo y la iba meciendo un poco, al tiempo que la iba felicitando. No duró demasiado, pues el grito de Leorio les distrajo cuando se giraron a ver qué ocurría. Al parecer, Hanzo le había recolocado el codo dislocado por su cuenta. El joven trajeado sollozó en voz baja, agachado en el suelo sosteniendo su extremidad, para luego mirar a la chica con cierto resquemor patente tras la reducción.

—Maldita sea... —se quejaba—. En mala hora te recomendé un libro... Joder, como duele...

La chica se rascó el cuello, incómoda.

—En realidad eso no lo aprendí por el libro.

—Por supuesto que no —añadió Kurapika, palmeando a su amigo en la espalda sin muchos miramientos, indiferente al dolor o las quejas de este. —Es imposible que alguien pueda aprender a luchar de esa manera únicamente leyendo.

Hanzo asintió.

—A mí también me sorprendió. La verdad es que nunca te había visto combatir realmente... —admitió. El resto pareció concordar. —Intuía que tenías un buen manejo de los cuchillos, pero desconocía que tuvieses conocimientos marciales. Era una especie de ju-jutsu, ¿no? Es extraño, no es un tipo de arte marcial de aquí...

—Un amigo de mi amigo me enseñó unas cuantas cosas —dijo ella distraídamente. Estaban comenzando los preparativos para el próximo combate. Todos se pusieron a observar... Los siguientes en pelear serían Pokkle y Hanzo de nuevo.

La joven le dio una sonrisa de aliento a su amigo. Aun así, no pudo evitar sentirse nerviosa. Una vez estuvieron el uno frente al otro, ambos se observaron con atención. Se midieron durante un buen rato. No obstante, el ninja no tardó demasiado en ponerse en marcha. Apenas le dejó tiempo al arquero para reaccionar cuando ya lo tenía en el suelo, completamente dominado. (T/N) entrecerró los ojos, frustrada. Ya sabía que aquel tipo de combates no eran algo que su amigo pudiera enfrentar fácilmente... Más cuando él acostumbraba a pelear haciendo uso del terreno y los elementos. Era un luchador de largo alcance. Una pelea cuerpo a cuerpo le habría resultado compleja, pero tener como oponente a Hanzo -un experto en técnicas marciales- era tener mucha mala suerte. La sonrisa de triunfo en el rostro del calvo hizo encocorar a la Cazadora. Ahora entendía mejor la razón por la que Leorio y Kurapika habían estado tan furiosos... Aunque podía comprender que era inevitable y que Hanzo estaba haciendo aquello por su bien, cosa que no podía reprocharle, le hervía la sangre al ver esa arrogancia en su expresión. Doblegó al joven arquero y dobló su brazo en la espalda, amenazando con partirlo al igual que había hecho con el niño de verde.

—Lo siento, pero no seré blando contigo —advirtió el calvo.

No pasó demasiado tiempo hasta que Pokkle se rindió. Así, Hanzo logró su título. (T/N) se precipitó a recibir a su amigo cuando se retiraron del campo de batalla. Le compartió palabras amables de ánimo y se aseguró de que tuviese el brazo bien. Pokkle apenas hablaba; lucía decaído a pesar de los esfuerzos de su amiga por alegrarle.

A continuación, se dio el combate entre Hisoka y Bodoro. Aquel también finalizó bastante deprisa. Fue bastante insultante por parte del mago. El anciano, quién se mostraba respetuoso y solemne, tuvo que soportar las humillaciones por parte del otro. Claramente, Hisoka estaba a otro nivel, pero bostezar ante su oponente y declarar que lucharía únicamente con su dedo meñique era el colmo de la descortesía. Bodoro, cabreado, no flaqueó a la hora de atacar. Sin embargo, pronto fue repelido con suma facilidad. Aun así, el anciano se mostró tenaz y siguió peleando. Consiguió golpear al mago de tal forma que lo envió a volar... Mas cuando este se levantó y volvieron a intercambiar una serie de brutales golpes, el viejo corpulento acabó por caer. Fue entonces cuando Hisoka se acercó a su contrincante despacio y se agachó, con el fin de susurrarle algo al oído, tal y como había hecho anteriormente con Kurapika. Segundos después, Bodoro se rindió, acabando el combate. Apenas habían pasado treinta minutos desde que la chica había terminado su pelea cuando ya habían finalizado otras dos. Hisoka era un Cazador.

Lo ilegible. (HxH y Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora