Guardiana de él. Primera Parte

Prólogo

Dedicado a Snow & Ice

Sentía el aire tan pesado y largo para inhalarlo y exhalarlo, su ritmo cardíaco le parecía ser tan acelerado que hasta podía escucharlo palpitar desde los oídos. Gruñó apretando los dientes de dolor tras ajustarse de nuevo las gruesas muñequeras sólidas azul marino que llegaban a sus codos de aquel traje marino que portaba.

Tenía una ceja partida y la mitad de su rostro con diferentes raspones sobre mejilla, sien y barbilla.

-¿Estás bien? -Escuchó la voz de su compañero por el auricular del oído- ¿Jackson? Jack, responde.....

-Estoy bien -Respondió echando hacia atrás su cabeza para apoyarla contra la pared de donde se resguardaba mientras recuperaba el aliento con media sonrisa - ¿Sabes a dónde se fue?

-No tengo idea -Respondió el peligris asomado por otra esquina – Pero está libre, estás muy herido y no cuento con más municiones.

-Él también quedó muy herido -Dijo apartando su peso de la pared para retomar fuerzas mientras chocaba sus puños contra el otro para emerger su aura azulada que escarchó sus nudillos – No dejaré que escape, no al menos con todas esas sustancias.

-Jack, estás arriesgándote demasiado.

-Aster, estoy arriesgándome lo suficiente como ese sujeto -Suspiró -Sabes que los refuerzos tardarán.......yo no pienso tardar un minuto más.

Con estas palabras dichas, Jack salió por la orilla de muro tragándose su dolor corporal para emprender un vuelo que impulso con fuerza para dejar una leve marca en el suelo de su escarcha y atravesar con un puño el techo del lugar.

Y tras un auto de los estacionamientos, estaba este joven pelinegro de ojos ámbar que también intentaba recuperar el aliento. Tenía su labio partido y raspones en su cara igual. La sombra del auto cobró la figura de un caballo de ojos ámbar para relinchas un mensaje.

-Claro que vendrá por mí -Gruñó mirando la mochila de piel que cargaba, rebuscó en su interior los frascos que había robado para leer rápidamente de uno por uno las etiquetas y resultados de estos.

Miró una que pausó su atención por más tiempo mientras una sonrisa blanca se extendía en su rostro. Cerró de nuevo la mochila guardando el frasco en su puño.

Llevó una mano a la sombra del auto intentando teletransportarse por medio de la oscuridad, pero seguía débil y agotado, por lo que gruñó para ponerse en pie y salir de ahí.

Intentó ser sigiloso caminando entre las sombras, pero tras de él a unos pocos metros aterrizó este peliblanco para enfrentarlo.

-Dime cómo acabará esto -Le llamó – Porque quiero asegurarme que sea la misma versión que la mía.

El pelinegro se giró para mirarle con media sonrisa. Ambos eran de la misma altura y de la misma edad, pues ambos tenían un pasado que compartieron debido a sus edades.

-Si no entra la opción de asesinarnos.....Entonces es la opción que decides acompañarme en esto también.

-Fuiste un traidor -Dijo con ronca voz – No traicionaré a nuestros compañeros como lo hiciste.

-No te pido que asesines a alguien.

-Y de haberlo pedido tampoco lo haría -Suspiró este con enojo y dolor en su mirada - ¿Por qué? ¿Por qué decides hacer esto?

-¿No te das cuenta de lo que nos reprime Guardianes? -El pelinegro levantó su mano creando unos polvos grises y ámbar sobre su palma - ¿Crees que mi don es la sombra y las pesadillas que veo?........No, me hicieron creer eso por años, pero lo mío es el miedo el que me alimenta, puedo percibir el miedo de tu compañero, pero tú.........tú como siempre no tienes miedo.

-Porque sé que no eres capaz de hacerme más daño -Jack apagó el aura de sus puños para avanzar unos pasos – Somos hermanos.

-No somos hermanos, que creciéramos juntos en un orfanato y compartiéramos dones no nos hace para nada hermanos.

-¿Me dirás entonces que nunca tuvimos aventuras juntos? ¿Qué nunca te apoyé tras las pesadillas que no controlabas o que nunca estuviste a mi lado cuando el frío se salía de mi control?

El ojiámbar miraba al peliblanco mientras asentía y bajaba su mirada.

-Guardianes nunca me dejó con tu nivel porque temía que me diera cuenta de lo fuerte que soy.

-Y esa fuerza puedes canalizarla, Pitch -Jack dio otro paso – Canalizarla para el bien.

El silencio se adueñó de esos segundos, pues Jack quería oír a Pitch que se remediaría de todos sus errores, de todos los asesinatos que cometió y el daño que hizo.

Pero tras de Jack, apareció Aster corriendo para alertarlo de los refuerzos, ante aquellas palabras el peliblanco se giró hacia el peligris para detenerle con la mano en alto.

-¡Alto!

Apenas se giró para intentar frenarlo, Pitch creó una delgada y pequeña lanza cuando rompió en su puño el frasco que tenía listo para Jack.

La sangre de su mano, los polvos grises y ámbar se crearon en la lanza que Black levantó en alto para impulsar al cuerpo de Jack.

-¡Jack! -Aster corrió impulsando a dar un salto que gracias a su don lo hizo saltar tan alto para intentar llegar a tiempo.

Pero no lo logró.

Pues la lanza ya había sido incrustada al costado del vientre del peliblanco.

Este se arrodilló con una pierna mientras gritaba con dolor hacia el cielo y tras ese grito pareció descargar su fuerza en un aura azulada que brilló de las piernas al pecho de Jack para expulsarse alrededor cuando siguió gritando.

Pitch se apartó sintiendo su corazón acelerado, pero el miedo que creció en ambos lo hizo sonreír para por fin entrar a las sombras de la calle y así desaparecerse.

Aster llegó aterrizando frente a Jack, se acercó más a este para ver la gravedad de su herida. Jack ahora empezó a respirar veloz y con desesperación mientras miraba su herida.

-Calma, vendrán a ayudarnos.

-Pu-Puedo con-congelarlo .....-Jack llevó una mano temblando con exageración a su herida, pero miró extrañado y angustiado su mano que no reaccionaba - ¿Qué....

Llevó su otra mano igual de temblorosa para intentar congelar su herida........pero no había cosquilleo alguno que emergiera de él.

-Tranquilo, estás muy herido y será mejor que...-Aster lo iba a ayudar, pero Jack terminó perdiendo la consciencia tras el dolor de su herida. Aster lo recibió en brazos para que no cayera y se encajara más la lanza - ¡Ayuda! ¡Por aquí!

Esa noche Jack no sólo perdió por definitivo a un hermano, sino también sus poderes.