Capítulo 26

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Su mirada frunció angustia de recibir los altos gritos de la platinada agonizando del dolor cuando la doctora la atendía. Miró a la puerta alterado y con velocidad para aproximarse a esta, pero Pitch le sujeto del brazo para impedirle seguir.

-Tranquil, Jack, relájate -Pitch apagó el brillo de sus ojos ámbar para dejar de manipular sus miedos -Elsa está bien ¿Escuchas? Nada de ruido ahora.

Y tal como indico, los gritos de un segundo a otro se detuvieron igual a cuando detienes en pausa alguna canción o algún momento. Los ojos de Jack recuperando su pupila azulada mientras miraba al peligro extrañado y fuera de algún sentido.

-Un truco que aprendí -Estiró sus brazos a los costados aun mirando al peliblanco -No la amas ¿cierto?

-No es de tu interés entrar a mi mente para......

-No entro a tu mente, comprende que entro a ver sólo los miedos y claro que tienes miedo de que algo le suceda a Elsa, pero no es amor -Negó con la cabeza y cruzándose de brazos -Tienes culpa, de no haber sido por ti o por lo que sucedió hace un día.......Elsa no estaría en esa cama pendiendo su vida en un hilo.

-Involucraste a personas.....

-No me vengas con ese maldito sermón -Black se molestó dando un paso adelante- ¿Acaso yo contraté a Elsa para que te protegiera? Ese fue tu maldito jefe ¿También yo involucré a tus amigos para que te cuidarán? Nuevamente fue tu jefe.

Ambos habían entrado a una discusión mientras que en la habitación, la platinada estaba despertando y gracias a que percibía a escuchar la voz del peliblanco.

-Ja-Jack........-Murmuró mirando a la puerta y después a la doctora.

-¿Todo bien, señorita? -La doctora se acercó a la vista de que estaba despertando.

-Necestio levantarme -Elsa se movió lentamente y con dolor en su rostro, pero ahora la doctora le colocaba las manos a sus hombros.

-Estás muy débil, no puedes levantarte -Murmuró la doctora -Además, tengo órdenes de estarte inyectando anestesia y mantenerte aquí.

Elsa miró a la doctora dándose vuelta para tomar una inyección que terminaba de alistar, movió con discreción los dedos de su mano derecha a su costado para asegurarse que aun tenía sus dones, pero igual que su cuerpo, estaban debilitados.

-¿Si sabes que......es peligroso estar aquí? -Preguntó con calma la platinada.

-Será más peligroso si algo sale mal.

-Créame, doctora, las cosas ya están saliendo mal y es sólo cuestión de tiempo para que explote la bomba -Elsa colocó una mano a la muñeca de ella antes de acercarse a inyectarla -Le recomiendo que salga ahora mismo, diga que ya cumplió con su atención y cuando baje al primer piso.......Llame a los oficiales a que evacuen el edificio.

La doctora empezó a negar, pero Elsa insistió.

-Si su profesión es salvar vidas en todo momento, entonces cumpla con lo que le pido.

Los ojos de la mujer cerraron con fuerza mientras guardaba de un movimiento la inyección a su maletín. Inhaló y exhaló cubriendo el cuerpo de Elsa para tomar sus cosas y apresurarse a salir.

-No les interesan a Norte, sus vidas sólo las cuida por llevar el nombre de su maldita protección en los uniformes -Pitch concluyó justo cuando la doctora salió.

-Todo en orden con la señorita, sigue dormida y seguirá así unas cuantas horas.

-Gracias, Mildred, que amable -Pitch le sonrió como si no estuviera molesto -Hans, acompáñala a la entrada del hotel.

Guardiana de él. Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora