FINAL ALTERNO

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ADVERTENCIA: autolesionamiento

Otra vez en las calles, Patrick encendió un cigarrillo y frotó sus ojos. Estaba cansado. Cansado de vivir, de hacer un esfuerzo al mantenerse de pie. Las alucinaciones lo perseguían, como la imagen de Lester frente a un edificio en la otra calle.

Se detuvo de golpe. Volteó hacia la calle paralela a él. En serio era Lester, mirando asustado hacia los lados y jugando nervioso con las mangas de su abrigo. No lo pensó, sin dudar puso un pie en la calle, dispuesto a cruzar y hablarle. Pero algo le arrancó la voluntad y la pisoteó; no un auto, un hombre. Malvo apareció junto al rubio y lo besó, se podría jurar que mientras lo besaba estaba mirando hacia Patrick. Burlándose de él, refregando en su cara lo que dejó ir.

De haber estado en sus cabales y pensado con calma, Patrick se hubiera dado cuenta de que Lester rechazaba el afecto del otro. Su cuerpo contraído y esfuerzo por tener el menor contacto posible con el cuerpo ajeno eran claras señales de que no quería estar en esa posición. Pero Patrick estaba cansado, de intentar, de pensar, de creer que le importaba a alguien. Subió el pie a la acera y se fue por donde vino, con el cigarro en los labios y los ojos irritados de tanto frotarlos. Un cubo de basura sufrió su ira al ser pateado. Se negó a voltear, a verificar que era real; pero si lo hubiera hecho habría visto al rubio ser arrastrado en contra de su voluntad al interior del edificio y quizás podría haberlo salvado. Pero se estaba ahogando en su propia miseria y no tenía fuerzas ni para salvarse a sí mismo.

🚬🚬🚬

Johnny y Willy se miraron preocupados. Patrick estaba con su equipaje en la sala de la casa, sentado en el suelo contra el sofá y con varias latas de cerveza a su lado. Pensó que era mejor quedarse con sus amigos y no en un departamento sucio

-¿No quieres darte un baño?- ofreció Johnny

Patrick solo bebió y se llevó un cigarro a la boca.

-Pat, amigo. Esto te matará- dijo Willy

El castaño enseñó un dedo del medio y siguió ahogándose en alcohol. Johnny negó con la cabeza decepcionado, creía imposible cambiar la conducta de su amigo. Se acercó al sofá para quitar las cenizas de cigarro que el castaño había dejado y alzó la cabeza cuando escuchó ruidos en el exterior; corrió la cortina para espiar por la ventana, frunció el ceño ante la extraña escena frente a su casa

-Es él-dijo.

Willy se trepó al sofá y también se asomó a ver.

-¿Quién es él?

-El "novio" de Lester

Patrick reaccionó a esas palabras, se levantó con ayuda del sofá y se tiró sobre sus amigos para echar un vistazo. En la calle había un taxi estacionado con el maletero abierto, el hombre de cabello blanco estaba metiendo valijas en el con ayuda de quien parecía ser el taxista. Tenía un semblante calmado, a Patrick incluso le pareció ver qué sonrió hacia la casa.

-¿Se irá de viaje?- preguntó Willy.

-Pero no veo a Lester por ningún lado- dijo Johnny por lo bajo.

Patrick escuchó a su amigo genuinamente preocupado y también comenzó a tener sus dudas. Los tres se sorprendieron cuando el hombre cerró la cajuela y se metió al auto sin otra compañía mas que el conductor. El taxi encendió el motor y se fue, los tres salieron a la calle de inmediato y vieron alejarse al vehículo. Johnny puso una mano en su barbilla y torció la boca.

-Lester tampoco estaba en el auto

Patrick entonces tuvo un mal presentimiento, miró la calle en la dirección contraria por donde se fue el taxi y un pensamiento perturbador le quitó el aliento

-Lester

Salió corriendo desesperado, daba pasos lo mas largos posible, el viento frío le secó la boca y le tapó la nariz. Intentó recordar el edificio en donde vio al rubio por última vez, recordar todo el recorrido hasta ese punto. Tropezó en una esquina y cayó por el envión de su cuerpo, sus palmas se rasparon comenzando a sangrar y se le salió un zapato, pero igual siguió corriendo. Su estómago comenzó a doler por el frío que llegaba a su abdomen, el abrigo le caía por los hombros y el cabello sobre el rostro. Nada le impidió llegar a aquel edificio, tocar cada timbre, preguntar por el departamento correcto y empujar a cualquiera en su camino hasta ver a Lester. Pateó la puerta del departamento y entró agitado, con la sala vacía empezó a buscar por todas partes hasta finalmente encontrarlo en el cuarto.

Tirado en la entrada del baño, con la mitad de su cuerpo en la alfombra de la habitación y la otra sobre la cerámica; con el rostro golpeado, ropas mojadas y sangre por todas partes. Así lo encontró, sangrando por la nariz, la cabeza y las muñecas. Se acercó a él lo más rápido que pudo y alzó su cabeza; llamó su nombre tantas veces como le fue posible hasta quedar sin voz, le quitó sus lágrimas que le cayeron en el rostro y apartó unos cabellos pegados con sangre a su frente. Tomó su mano con cuidado y le abrió la palma, de ella brotó sangre provocada por una hoja de afeitar que Lester apretaba en el puño.

Lo dejó con cuidado en el suelo y entró al cuarto de baño; llenó la bañera, mojó una toalla y se puso a limpiar el rostro de Lester. Pasó con cuidado el paño por sus ojos sin pestañas y por sus labios sin piel, le limpió las mejillas simulando caricias y trató su nariz como una obra de arte. Al acabar, lo despojó de sus ropas manchadas de sangre seca y otros fluidos, lo cargó en brazos y fue a dejarlo en la tina. Posó suavemente su cuerpo en el agua tibia, se metió junto a él sin quitarse la ropa y comenzó a tratar sus muñecas y otras multiples heridas. Terminada la curación prosiguió a darle un baño, tratando cada parte como si de una muñeca de porcelana se tratase; lo sacó del agua para llevarlo a la cama, donde lo acomodó con extremo cuidado, y cubrió su cuerpo con las sabanas hasta los hombros. Volvió al baño, tomó su abrigo y sacó su último recurso para recuperarlo.

💉💉💉

Johnny y Willy entraron corriendo a la habitación y quedaron de piedra al encontrarlo así, sentado a la orilla de la cama, a los pies de su amado, con la cabeza gacha y en un silencio sepulcral. Johnny se acercó al rubio y negó penosamente ante lo que era obvio, mientras que Willy se acercó a su amigo y vio el horror. El cuerpo de Patrick cayó inerte sobre el colchón, tenía una jeringuilla clavada en su brazo izquierdo, el ojo hinchado ante una reacción alérgica y la piel fría de un muerto. La pareja intercambió miradas de profunda tristeza e incredulidad, no esperaban eso de ninguno de ellos, confiaban en que lograrían escapar de sus demonios; pero la vida real pocas veces tenía finales felices para quienes realmente los merecían, y al parecer sus amigos eran de los desafortunados que no tendrían el suyo.

Eso es mío (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora