❝ sᴀʏ ᴍʏ ɴᴀᴍᴇ ❞ | SeongJoong

❖ Capítulo 12. Voz ❖

Ding - Dong

Hongjoong apartó la mirada de su libro nuevo de inmediato al oír el timbre de su casa. Pocos segundos después la pantalla de su teléfono se iluminó para informarle de que había recibido un nuevo mensaje de Mingi.

< Estamos abajo, ¿nos abres?

< Pooorfiiiis 😚

Sonriente, el pelirrojo negó con la cabeza ante los comportamientos tiernos de su mejor amigo y bajó velozmente las escaleras de su apartamento tras dejar caer la novela sobre su cama.

Era la primera semana completa de vacaciones que tenían desde que comenzó el curso, ¿por qué no aprovecharla para pasar tiempo con amigos? Una vez los hubo recibido los hizo subir a su habitación para hablar más cómodamente. Aunque estuvieran solos en casa, por alguna razón sentía que su dormitorio era el lugar más seguro del mundo.

— ¿"Dystopia"? —Preguntó el de cabellos oscuros tras ojear la cuidada novela que reposaba sobre el colchón de Kim.- ¿De qué va?

— Aún no estoy del todo seguro... solo sé que es sobre una secta bastante poderosa y subestimada. —Respondió sentándose a su lado. Mientras tanto, Mingi ya había tomado su lugar favorito de la sala: la cómoda silla de escritorio. — Por cierto, ¿no decís nada de mi venganza? —Dijo mirando a ambos muchachos interesado.

El moreno no tardó en comenzar a reír con fuerza, al principio esos sonidos preocupaban a su mejor amigo; y es que, cuando Song reía parecía que iba a morir asfixiado.

 — ¡No supo decir absolutamente nada! Yulie tuvo que hablar prácticamente todo el rato. — Contestó entre sus estremecedoras carcajadas.

Su rostro comenzó a tomar una tonalidad más rosada, mientras que el de pelo negro solo se quejaba porque, al parecer, había pasado un muy mal rato al tener que hablar en público.

— Podrías haber avisado antes... estaba muriendo de pánico. —Añadió el susodicho aún con las mejillas encendidas.

— No le hagas caso Joongie, fue maravilloso. —Concluyó acompañado de los asentimientos de su novio, en el fondo Dongyul también lo había disfrutado.

Su única preocupación era cómo reaccionaría Kwan; el heredero de una de las compañías más relevantes del país, el perezoso que de algún modo obtenía unas notas bastante aceptables de cara a su futuro como ejecutivo, el matón al cual todo el instituto le temía. Y peor aún, ¿aguantaría Hongjoong todo lo que le esperaba?

No era la primera vez que el pelirrojo le dejaba en evidencia frente a una gran cantidad de personas, pero sí la primera vez que lo hacía a conciencia.

Afortunadamente, se avecinaba una merecida semana de vacaciones y en caso de que Kwan quisiera ponerle una mano encima a su amigo, tendría que esperar.

— Bueno, mi querida fiera de la lectura; habíamos quedado en acompañarte a aquella librería de 8 pisos y ni siquiera veo que te hayas maquillado o calzado. —

El pelirrojo se levantó velozmente de la silla tras dedicarles una sonrisa ladina y a los pocos minutos volvió a entrar con unas converse negras de suela gruesa, algo de maquillaje y el cabello peinado hacia atrás aprovechando el crecimiento que había tenido en todos aquellos meses.